Primera salida Andakanos 2021
Hace pocos días dejábamos atrás el 2020 con alivio pesaroso
y entrabamos en el 2021 con esperanza templada. La señorita Filomena dejó su
manto de armiño sobre tres cuartas partes de España, y en Sevilla 10 andakanos
con frio y alegría partíamos al encuentro de otros 4 que nos esperaban en La
Palma del Condado, el grupo ya completo nos dirigimos hacia el paraje de Gadea
y allí en un recodo del puente del mismo nombre, dejamos los coches, para
emprender el sendero por la futura vía verde, que otros tiempos fue la vía férrea
que conducía los minerales de las minas de Río Tinto hasta el puerto de Huelva.
La ruta corre paralela al Río Tinto, único en el mundo en
sus características que da a su entorno ese paisaje metálico donde los rojos, violáceos,
ocres y grises se diluyen en matices infinitos, en el recorrido encontramos antiguos
molinos aún en pie, que eran accionados por la fuerza del agua, donde los hombres
del lugar cambiaban los granos en harina para el bendito pan, base de su
alimentación.
En la ribera, la vegetación es pobre y solo sobreviven los
eucaliptos traídos de las antípodas que se que se agarran a todos los terrenos.
Caminamos lentos por ese paisaje mágico hasta que en un recodo del río tomamos
otro sendero esta vez por un bosque de pinos donde la jara se prepara ya para
su explosión blanca en primavera, subimos un pequeño repecho y dimos vista al
pantano del Corumbel Bajo que, aunque bajo de nivel, no deja de dar al paisaje
esa sonrisa que, los rayos del sol le sacan al agua en quietud.
Llegó el momento de buscar un rincón soleado para el picnic,
y lo encontramos en la orilla del Tinto, donde pasamos un rato grato y
nutritivo, no faltaron bombones, turrones, higos secos y mazapanes, vestigios
de las pasadas fiestas.
Regresamos a los coches por el mismo camino, aunque la luz
del sol ya en declive da matices nuevos al mismo paisaje, ya desde el puente
divisamos en la cresta de las colinas, grupos de vacas pastando entre pinos
aislados, lo que nos hizo volver al planeta Tierra por si alguno se había
perdido en Marte. Y ya en tierra volvimos a los coches y a nuestras casitas
contentos y agradecidos como siempre, de haber vivido un día hermoso y por qué
no Feliz.
Fdo.: Blanca
Andakana Mayor
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