Volvió a llover azahar sobre Sevilla, y las bauhinias de la universidad están cubiertas con sus esplendidas flores blancas y lilas. Los desfiles de esta Semana Santa se han desplazado a los centros de vacunación con la esperanza puesta en que esas gotas de veneno nos salven la vida. Esa son las circunstancias, el hecho es que 17 andakanos nos fuimos a buscar una nueva aventura, esta vez por el valle del Guadalquivir que, aunque no tiene la fama mítica del Nilo, no lo envidia en fertilidad y belleza, pasamos blancos pueblos rodeados de naranjos y huertos, hasta que en una de las vueltas de la carretera dejamos la llanura y entramos en la sierra con la jara ya en flor. En las laderas de las colinas verdes entre las sombras de las encinas se movían tranquilas las ovejas esperando el esquilo.
Llegamos al parquin del parque
natural de Cerro del Hierro, donde dejamos los coches y nos hicimos la foto de
salida, delante de las ruinosas casas de los ingleses, desde allí sendereamos
entorno al cerro hasta llegar a la cumbre donde nos asombró por su abrupta
belleza. La tierra rojiza fue retirada a pico y pala para extraer el metal tan
preciado en la época del desarrollo ferroviario, allí quedó el esqueleto kárstico
formando paisajes únicos que se pueden contemplar desde los diferentes miradores.
En las simas y desfiladeros crecen plantas y arbustos, destacaban los saucos
con sus ornamentales flores blancas que parecían convocadas para el adorno de
una boda imperial. Después de otear desde arriba bajamos al fondo de la mina y
por un sendero estrecho cubierto de plantas recorrimos las entrañas de la mina
con cuidado de no perdernos en aquel laberinto.
Encarnita encontró la orquídea erótica
“la mujer desnuda” agrupadas ellas en un ramillete rosado de una delicadeza
exquisita.
Volvimos a los coches y nos
fuimos hacia el área recreativa de “El Martinete”, pero había tanta gente que
no encontramos sitio para aparcar, volvimos a San Nicolás y en la zona de
recreo junto al nacimiento del Huezna nos sentamos a comer los deseados
bocadillos, las botas de Baco circularon y bombones, turrones, dátiles y
chocolatinas endulzaron el festín. Ojeada al nacimiento del río y nos
despedimos contentos y agradecidos como siempre de haber disfrutado un día más
del lado bueno de la vida.
¡Feliz Semana!
Fdo.: Blanca
Andakana Mayor
No hay comentarios:
Publicar un comentario