jueves, 1 de enero de 2009

Navidad Senderista 2008. 20 y 21 de diciembre.

En el continuo retorno de lo idéntico llegó de nuevo la Navidad y para los 16 Andakanos que en esta ocasión nos reunimos, la cena de la amistad que compartimos hace ya algunos años.
Esta vez escogimos la serranía de Ronda, y empezamos el sábado 20 con un sendero por el angosto valle del Genal, con sus pequeños pueblos colgados de la sierra, con sus evocadores nombres que hablan de una época en la que el nombre Alá! El grande y misericordioso, resonaba en el valle.
Por la tarde paseo por Ronda, a la hora del café se nos unió la madre de Maribel, una encantadora y sabia mujer de 94 años que nos llevó a su residencia y nos enseñó su habitación, desde su terracita vimos como la última luz del sol resplandecía detrás de la sierra, llenando de magia el horizonte.
Después de ver el exterior de la Plaza de Toros y pasearnos por las calles en fiesta nos fuimos al hotel Sierra Hidalga donde nos alojamos e hicimos la cena. Ésta fue sencilla pero exquisita y casi privada, nuestras propias voces lo amenizaron, terminando con unos villancicos populares. Con armonía y paz nos fuimos a dormir.
El domingo 22 a las 10,30 horas, como estaba previsto, atravesábamos la puerta Almocábar, situada en el sector sur de la medina, construida en el siglo XIII y modificada en la época de Carlos V. Su nombre viene de la palabra “Al-maqabir”, cementerio, por estar cerca de la necrópolis principal a extramuros. Aquí iniciamos un recorrido cultural que con gran maestría había preparado Enrique.
Comenzamos por la iglesia fortaleza del Espíritu Santo, que los Reyes Católicos mandaran construir para celebrar la reconquista.
Subimos hacia la antigua plaza del mercado, hoy plaza de la Duquesa de Parcent donde está el Ayuntamiento de Ronda cuyo edificio fue cuartel de milicias, su construcción es de 1734. Alrededor de la plaza existen otros edificios de interés. Seguimos hasta el palacio de Mondragón, también llamado Palacio del Marqués de Villasierra que alberga el museo arqueológico. Paseamos hasta la casa del Gigante que nos embriagó con su olor a arrayán y sus naranjas derramadas por los blancos muros. El nombre proviene de dos relieves de piedra que decoraban las esquinas del edificio de origen fenicio. Luego pasamos al palacio de Moctezuma y pudimos contemplar la obra del pintor rondeño Joaquín Peinado, sucesor de Cèzanne e hijo espiritual de Picasso y muy cercano en algunos aspectos a su arte, está considerado como el más elegante de los pintores que constituyeron la llamada “escuela española” de París. Fue un descubrimiento para muchos.
La casa de Don Bosco, palacete modernista, nos deleitó con sus vistas del tajo, el puente y las sierras circundantes. A la una tuvimos la suerte de escuchar una misa rondeña, las voces de los campanilleros hermanaron no solo a los fieles sino también a los diferentes estilos arquitectónicos que componen la hermosa colegiata de Santa María la Mayor. Posteriormente nos dirigimos a los Baños Árabes y bajamos por esos 365 peldaños de piedra que utilizaran los cautivos cristianos para subir el agua a la ciudad. Está localizado en el antiguo arrabal islámico de la ciudad y construido junto al arroyo de las Culebras, lugar perfecto para el abastecimiento de agua. Estos baños se remontan a los siglos XIII-XIV d.C. y la componen tres zonas siguiendo el modelo romano: salas de baño frío, templado y caliente. En este trayecto pudimos observar los jardines de la Casa del Rey Moro, desde un estupendo mirador, la fachada del Palacio de Salvatierra, el Arco de Felipe V y el Puente viejo
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De regreso paseamos hasta el Puente Nuevo, símbolo de la ciudad, y bajamos a las salas donde están representadas las diferentes etapas de la construcción del puente en unos paneles con fotos y explicaciones muy interesantes.
Entre tanta subida y bajada los estómagos pedían su turno y sin más demora nos fuimos al “Mesón Rondeño” donde pudimos disfrutar a buen precio de los platos del lugar.
Aunque las cosas retornan cíclicamente no siempre las vivimos igual y esa es la magia de la vida, este año la comida de Navidad de los Andakanos ha sido:
Sorprendente, enriquecedora y serenamente alegre. ¿Se puede pedir más?
Fdo.: Blanca García

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