No hay mejor forma de comenzar un hermoso día primaveral, que alrededor de una mesa con cafés, tostadas, churros, aceite, manteca…. Y así fue como lo iniciamos nosotros en el Bosque.
Una vez repuestos y bien alimentados fuimos hacia Ubrique y después de que Justo se cerciorarse bien de que la ruta era la correcta, comenzamos a caminar.
Dejando a un lado el Puerto de la Silla y teniendo siempre al frente el Salto del Cabrero, viejos conocidos nuestros, recorrimos el camino entre majuelos, fresnos, acebuches, quejigos, escuchando el ruido de las aguas del riachuelo que nos acompaño hasta llegar al Pontón donde se abre una extensa pradera llena de humedad y frescura.
Seguimos por la margen derecha del arroyo hasta llegar a una especie de bosque y dónde el terreno se hizo más pedregoso y árido. En éste punto, algunos nos volvimos para la pradera a esperar que el resto coronara la cima.
Comimos todos juntos a la sombra de un viejo acebuche de tronco retorcido, fantástico que sirvió para dar cobijo, al terminar de comer al descanso de algunos.
Los árboles y florecillas multicolor que había nos sirvieron a otros, aficionados a la fotografía, de modelos para añadir a la colección.
Buscando un cafetito, volvimos al Bosque, después de disfrutar de un agradable día de primavera lleno de frescura y color.
Maribel
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