El viernes 21 de octubre, con cielo otoñal blanco y brumoso,
16 andakanos nos dirigimos hacia Fregenal de la Sierra para abrir el nuevo
curso de senderismo en ese entorno singular de la baja Extremadura. Nada más
llegar dejamos los coches en la puerta del hotel “Cristina” que sería nuestra
casa por dos días y emprendimos el sendero circular del arroyo del Gitano, la
primera parte del trayecto fue algo monótona por una pista de tierra, pero
pronto entramos en un sendero estrecho entre alcornoques y encinas que se
abrazaban en sus copas. Las dehesas se suceden unas a otras acotadas por vayas
y cancelas, en unas corrían resoplones los cerdos de la montanera, en otras las
vacas pacían a sus anchas mirándonos con descaro.
En un rincón encontramos unas piedras que nos sirvieron para
apoyo y descanso, comimos y seguimos andando, y una de las cancelas de las
fincas nos cortó el paso nos preparamos para el asalto y uno tras otro la
fuimos saltando, las damas ayudadas por algún empujoncito caballeresco en la
parte trasera, lo hicimos también como antaño.
En otra de las fincas las reses se pusieron nerviosas y que
rían asustarnos con sus carreras y embestidas pero con mucha disciplina las
dejamos plantadas.
Cenamos en el hotel y nos retiramos pronto, por la noche la
tierra recibió con júbilo las primeras aguas de otoño.
El sábado, salimos desde el mismo hotel hacia Higuera la
Real, el cielo estaba precioso con nubes grises y alguna ventana azul, la tierra
agradecida dejaba escapar sutiles aromas, en el horizonte los olivos lucían sus
copas aterciopelas, todo estaba en paz y silencio, llegamos a Higuera donde un chico de Turismo nos enseñó lo más
emblemático del pueblo, la iglesia de Santa Catalina con unas tablas de Luis de
Morales y poco más, en el paseo del Cristo nos paramos frente a la fachada de
la iglesia Jesuítica de San Bartolomé donde se encuentra el Cristo de la
Humildad patrón del pueblo. En el claustro austero del colegio de los Jesuitas,
se encuentran unas instalaciones modernas y didácticas que muestran la vida del
cerdo ibérico criado en montanera, interesante visita pero sin cata del
producto final, así que para no sentirnos frustrados nos fuimos al mesón “El
Espejo” donde degustamos como aperitivo unas buenas raciones de jamón, siguió
una comida bien regada con vinos de la tierra y una vez satisfechos regresamos
al hotel donde nos dispersamos hasta la cena.
El domingo a las 10,15 horas estábamos en la plaza de la
Constitución, antiguamente llamada paseo de la “perrunilla”, para la visita
guiada al pueblo.
La guía nos explicó las generalidades del pueblo y empezamos
la visita por la iglesia de Santa María, inserta en el castillo templario, así
como la casa parroquial neogótica y la plaza de abastos, continuamos recorriendo
algunas calles, parándonos en las fachadas de las casas nobles, conventos y
fuentes, merece especial mención la iglesia de Santa Ana por el magnífico
retablo atribuido a un artista flamenco. El antiguo convento de los
Franciscanos y su iglesia han sido restaurados con mucho acierto para uso del
pueblo, nos quedaba por ver el interior del castillo templario con sus torres
coronadas por dos campanarios y la magnífica plaza de toros aún en uso.
Haciendo uso hasta la comida el grupo se fue a visitar el
santuario de la Virgen de los Remedios patrona de la ciudad desde 1506, anexo
se encuentra la sala de hijos ilustres y el ajuar de la virgen.
Cuatro miembros del grupo nos volvimos a Sevilla sin subir
al santuario, contentos del reencuentro y agradecidos por el tiempo que nos
acompañó, casi sin mojarnos, quedó inaugurado el nuevo curso de los andakanos. Nos
vemos pronto.
Fdo.: Blanca
Andakana Mayor
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