Como cada año al acercarse la Navidad los Andakanos
emprenden su camino hacia Belén para un ágape amistoso. Este año ha sido el
viernes 14 y sábado 15 de diciembre, marcado por la ausencia de algunos
andakanos fundacionales, entre ellos el guía que confió el sendero a la
benjamina del grupo Juana, que lo hizo muy bien, animada por todos.
El lugar elegido fue La Puebla de los Infantes, en la sierra
norte de Sevilla y que ya conocíamos de otra ocasión, aunque en esta visita a
la que nos acompañó una guía local, tuvimos una introducción histórica
interesante, ya que el lugar estuvo habitado desde antes de Cristo. Visitamos
algunos lugares emblemáticos como la iglesia mudéjar, el castillo árabe, las
ermitas, los lavaderos, terminando con el museo etnológico y una vista panorámica
del pueblo y su campiña desde un balcón terraza.
El viernes habíamos salido de Sevilla en 3 coches y después
de desayunar en Lora del Río, continuamos para La Puebla por la carretera que
discurre entre huertas de naranjos y que rodea el embalse de José Torán, con el
santuario de la Virgen de Setefilla, que desde su atalaya bendice la fértil vega.
Dejamos los equipajes en la Posada del Infante, y salimos
para el sendero que Justo nos había preparado y que nos llevaría hasta el “molino
de Sofio” en las orillas del río Retortillo, atravesando primero unas tierras
bien labradas, prontas para recibir semillas y fecundarlas, entre ellas algunas
casillas sencillas con sus gallinas vigiladas por hermosos gallos, sus perros labradores
y sus huertos familiares, luego fuimos entrando hacia las colinas de olivares
con su hierba muy verde bajo los árboles, donde rebaños de ovejas con sus
esquilas corrían en filas hacia algún lugar.
En el molino, nos demoramos para curiosear, hacer fotos,
tomar el sol de otoño hasta que regresamos al pueblo donde Juan Manuel y Mari
Trini que se habían quedado nos habían buscado un sitio para comer, del que
quedamos muy satisfechos, tan satisfechos que algunos del grupo nos fuimos a
buscar el camino de los almendros para hacer otro sendero, pero el que
encontramos fue el de los olivos que ascendía en zigzag hasta la cima de una
colina con vistas al pueblo, que se fue oscureciendo mientras bajábamos.
La cena, estuvo bien pero nos tocó al lado un grupo de jóvenes
ruidosos, y pronto abandonamos el comedor, se pidió permiso para hacer la
queimada en la Posada del Infante, y José francisco puso todo su empeño en que
ardiera el alcohol a pesar de su resistencia, leyó los conjuros donde fueron
nombrados presentes y ausentes, también cantamos villancicos, a pesar de la afonía
del maestro del coro, gracias a la voz cálida de Joaquín salimos triunfantes de
ello. En resumen, todo se hizo como tenía que hacerse, pero las ausencias
fueron muy sentidas.
El sábado nos vimos en el desayuno y la visita guiada, después
de esta, el coche de Juana volvió para Sevilla y los otros se quedaron para
comer migas y algo más.
A todos, Feliz Navidad y que la luz interior guíe nuestro
caminos.
Fdo.: Blanca
Andakana Mayor
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