Páginas

lunes, 17 de mayo de 2021

Linares de la Sierra, Camino de las umbrías. 8-5-2021

 Las jacarandas han tapizado, una vez más, de azul-violeta las avenidas de Sevilla. La vacunación anti covid19 progresa adecuadamente. Las fronteras entre provincias se han abierto y los andakanos salimos una vez más a recibir belleza y energía, esta vez a la sierra de Aracena.

Salimos 15 desde la universidad hacia Linares de la Sierra, ese pueblo alfombrado de piedrecitas, con su singular plaza de toros, sus calles empinadas y su graciosa torre apuntando al cielo, allí nos esperaban Juana y Alberto que se unieron al grupo. Emprendimos el Camino de las Umbrías, nos sorprendió un paisaje nevado sobre un puentecillo de piedra, las fotos dan prueba de ello, comenzamos ascendiendo suavemente entre miles de flores, a las ya nombradas en reseñas anteriores se unieron las orquídeas mediterráneas y las dedaleras, esas chorreras de dedales que podrían ser también un campanario vertical.

De la ruta ancha y pedregosa  del inicio pasamos a un sendero estrecho en medio de un bosque de castaños y alcornoques con sus enormes troncos heridos por el descorche, pero siempre hermosos, un descenso pronunciado del que también dan prueba las fotos, nos llevó al valle escondido, por donde corría un arroyuelo entre enormes piedras grises y abundante vegetación, donde los genios del bosque tienen su escondite, al subir de nuevo encontramos arbustos de jara pringosa tan altos como árboles con sus hermosas flores de ojos negros, por los claros del bosque se divisaban las siluetas azuladas de la sierra y como y como un barco anclado en un océano de verdor el pueblo blanco de Linares. Buscamos una umbría para comer, no fue fácil encontrarla, a pesar del nombre del sendero, por fin bajo unos alcornoques encontramos refugio para descanso y picnic, por cierto, no se estaba mal allí.

Nuestro Andakano Guía y su compañero Cultural hicieron propuestas para un posible “fin de curso”. Proyecto que hay que madurar rápidamente, pues el tiempo apremia.

En la plaza de toros del pueblo nos sentamos a tomar un refrigerio y descansar, pues llegamos bastante agotados por el calor, allí pasamos un agradable rato y nos despedimos. Un cielo nuboso y un horizonte delatado al infinito nos acompañó, nuestra pequeña mota de polvo podía perderse en la inmensidad de lo absoluto.

Feliz quincena y hasta pronto.

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor

No hay comentarios:

Publicar un comentario