Viernes 27 de octubre
Después de un verano largo y
extra caluroso, han venido los cielos blanquecinos, las lluvias de agua y las
lluvias de hojas. ¡El otoño está aquí! Y con él los andakanos comienzan nuevo
curso de senderos.
Esta vez capitaneados por
Enrique, ya que nuestro andakano guía se recupera de una operación reciente de
cataratas.
En la gasolinera de siempre
nos reencontramos jubilosos y salimos para la serranía de Ronda, al grupo de 12
se han unido Pepi y Rafael, hermano de Mari Trini y su esposa a los que
acogimos con cariño. Por la tarde se unieron los hermanos Trabadela con sus
mujeres, completando así los 18 convocados. Cuando salimos de Sevilla el cielo
estaba blanquecino, recogido en un manto de silencio que poco a poco se fue
despejando, y aparecieron los primeros picos de la serranía de Cádiz con sus
hermosos paisajes que nos acompañaron hasta la sierra de Ronda, aún más
espectacular.
El valle del Genal, aunque
conocido se nos presentó majestuoso con sus pueblos blancos esparcidos como
pinceladas de luz en sus ondulados bosques verdes.
Dejamos los coches en
Cartajima, un pueblo del valle coronado por riscos milenarios parecidos a los
del Torcal de Antequera, bajamos una pendiente pronunciada que nos llevó entre
bosques de castaños vestidos de otoño hasta la altura donde reinan las encinas
espesas y verdes para perderse más arriba en un mar de piedras milenarias que
se perdían ellas también en un precioso cielo azul, la sinfonía de colores se
incrementó cuando llegamos a un bosquecillo de chopos que con sus hojas corazón
habían tejido una alfombra de oro para que María y Enrique pasearan sus 50 años
de amor. Seguimos subiendo hasta encontrar un caballo alado que daba paso al bosque
encantado, pero nada comparado con la belleza de los viejos troncos de castaños
donde la naturaleza ha grabado sus propias fantasías, llegamos a Parauta donde
siguen habitando seres de ilusión por los rincones. La gente del pueblo cuida
mucho a sus duendes y tiene sillas de colores colgadas en las blancas paredes
para que descansen. En un rincón está el banco del amor para que las parejas
que lo deseen puedan sellar su amor con un beso.
Aunque llevábamos bocadillos
buscamos una cerveza y de la cerveza pasamos a las tapas y al final terminamos
comiendo dentro del pequeño y acogedor bar del pueblo.
Después del café había que
volver a Cartajima y subir todo lo que habíamos bajado, cuatro del grupo nos
quedamos en el pueblo hasta que vinieron a buscarnos con los coches. Los
duendes hicieron de las suyas y desviaron 2 coches que se perdieron por el
pueblo. Una vez rescatados pusimos rumbo a Ronda donde teníamos reservado en el
hotel Sierra Hidalga, allí encontramos a los Trabadela con alegría.
Una ducha y pronto estábamos de
nuevo reunidos para la cena que fue potente y entrañable por la compañía, nos
fuimos a la cama contentos y cansados.
Sábado 28
A las 10 de la mañana, con los
desayunos puestos y las maletas recogidas estábamos dispuestos para el segundo
sendero programado, nos fuimos al pueblo de Pujerra desde donde partía el
camino que también empezó con una subida aunque menos pronunciada, el día
amaneció precioso y los bosques que atravesamos igual de mágicos, al ser un
sendero circular llegamos a un punto donde todos emprendimos contentos la
bajada por un camino tapizado de hojas y erizos de castañas todavía sin abrir,
pero las castañas eran pequeñas y deshidratadas, aunque María Luisa pasó un mal
rato con una que se le atravesó en el esófago, después de haber bajado un buen
rato se perdió el camino, el gps decía que había que bajar campo a través por
un terraplén muy inclinado y pasar al otro lado del arroyo para retornar al
camino. Enrique y su hermano Luis bajaron a explorar, en otros tiempos lo
habríamos hecho sin duda, pero son otros tiempos y sabiamente decidimos volver
por el mismo camino, así que “parriba”. Llegamos al hotel justo para la comida,
después de una larga sobremesa nos despedimos, agradecidos a la vida que un año
más nos ha permitido el reencuentro, aunque hemos echado mucho de menos a
Encarnita y Justo. Pepi y Rafael bienvenidos al Grupo, esperamos os haya
gustado la experiencia y repitáis. Gracias a Justo por preparar tan hermosos
senderos y a Enrique que los ha llevado a buen término con maestría y buen
juicio.
Fdo.: Blanca
Andakana Mayor
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