jueves, 28 de enero de 2021

Circular de El Castillo de las Guardas a las Minas del Castillo. 23-1-2021

 El sábado 23 de enero de 2021, diez andakanos dejaban Sevilla bajo un manto de niebla cubriendo su desaliento y confusión, para encontrarse de nuevo con la amistad y la naturaleza.

Nos dirigimos al Castillo de las Guardas, donde se nos unieron Encarnita y Justo, y los 12 emprendimos una ruta circular que fue muy hermosa y variada, primero ascendimos por un paisaje abrupto muy pedregoso, desde donde se veía entre los claros del bosque encantadoras vistas del pueblo derramado ladera abajo, coronado por su castillo. Entre las nubes blancas y grises que se paseaban por el azul apareció una bola gorda y blanca, era el radar meteorológico que manda a los móviles la hora exacta cuando caerá la lluvia, y otras misceláneas, a la que los modernos son tan adictos. Llegamos a una hermosa dehesa con bellas encinas que extendían sus brazos centenarios con gracia andaluza, y donde las vacas con miradas bobaliconas se preguntaban que vicho les había picado a esa docena de humanos, después bajamos a un bosque mediterráneo donde las jaras, los arrayanes, los cantuesos y otras especies olorosas fabrican en silencio sus perfumes, mientras el romero nos alegraba con sus humildes florecillas azul pálido, aquel sitio tan bucólico nos pareció apropiado para un piscolabis, aparecieron las botas de vino, los frutos secos y algún que otro queso que nos supieron a gloria. Un poco más lejos nos sorprendió el pequeño embalse de las minas del Castillo con reflejos mercuriales y un poco más adelante las ruinas de la antigua estación del ramal del ferrocarril que aprovechaba el paso del que venía de Río Tinto transportando para llevarlos al puerto, allí había un ingenio curioso donde le daban la vuelta a la locomotora del tren, nos pareció un sitio bonito para el picnic, consumidos los mini o maxi bocadillos, postres y chuches, apareció otro grupo de senderistas con mucho “empaque” con los que intercambiamos impresiones, uno de ellos dijo llevar en su mochila un remedio para conservar el corazón en forma, las andakanas mayores echaron un trago de un licor sacado del tonel del propio Baco.

Subimos hacia el pequeño pueblo de las Minas del Castillo para hacernos una foto ante las ruinas de la capilla donde los antiguos mineros y sus mujeres dejaron suspiros y plegarias a los pies de la Virgen.

El agua que el radar daba para las 4 se adelantó y con un cielo ya cubierto empezó a caer en pequeñas gotas cubriendo la sierra de misterio y embrujo, y con ese ambiente que lleva al ensimismamiento regresamos a los coches y a nuestras casitas con la incógnita de cuando las circunstancias nos proporcionaran un nuevo reencuentro, hasta entonces cuidaros y no perder la serenidad. Solo Dios es eterno.

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor

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