sábado, 1 de noviembre de 2025

INICIO CURSO SENDERISTA 25 Y 26 OCTUBRE 2025

Comenzamos una nueva temporada con la visita cultural a El Puerto de Santa María. Nos hemos desplazado en cuatro turismos Mari Trini, Juan Manuel, María y Enrique; Tere, Luis, Lola y Miguel; Marilen, David, Conchi y Damián; Justo, Mercedes P., Juana y Joaquín. Hemos sido un total de dieciséis amigos y los que no han podido venir ha sido por diversas circunstancias personales y los hemos echado mucho de menos.

El sábado día 25, desayunamos a las 10 horas en el punto de reunión en el Área de Servicio de Los Palacios en la autovía a Cádiz donde ya empezaron su labor de tesorería Mari Trini y Juan Manuel a los que agradecemos su dedicación y colaboración. También se aprovechó para ponernos al día en los pagos a Joaquín de la tradicional lotería navideña de su Asociación.

En las cercanías de El Puerto de Santa María visitamos el yacimiento arqueológico fenicio de Doña Blanca entre la Sierra de San Cristóbal y una extensa llanura ganada al mar por los aportes del río Guadalete, hoy ocupada por cultivos, salinas y marisma. Llama la atención que toda la llanura que se extiende al sur de este Enclave arqueológico fuese mar. Interesante saber que lo que se conoce como Gadir es un conjunto de enclaves que hoy son Cádiz, San Fernando, Castillo de Doña Blanca, Chiclana y el templo de Melqart en Sancti Petri, entonces llamados “Los Puertos de Gadir”. El reportaje de nuestros fotógrafos de cabecera da buena fe de lo interesante del yacimiento.

Finalizada la visita nos desplazamos hasta el Hotel Monasterio de San Miguel donde dejamos aparcados los coches en su garaje subterráneo, pasando a realizar el chek-in y dejar los equipajes en las habitaciones, para a continuación recorrer el Paseo Fluvial del río Guadalete que por su ubicación estratégica en la bahía de Cádiz ha hecho que el Puerto de Santa María haya sido lugar de paso y asentamiento de numerosas culturas a lo largo de la historia. Fenicios, griegos, romanos, visigodos y musulmanes dejaron sus huellas y enriquecido posteriormente con gentes y productos llegados de otras tierras. En 1.281 Alfonso X inicia la repoblación de la ciudad musulmana de al-Qantir, llamándola Santa María del Puerto transformando la mezquita situada en el Castillo de San Marcos en santuario cristiano. Cristobal Colón residió aquí entre 1.480 y 1.481 como huésped del duque de Medinaceli, quien actuó como interlocutor con la Reina Isabel para que aceptase la propuesta de Colón y preparar una expedición con tres carabelas para buscar una nueva ruta marítima a la India oriental. El Puerto fue protagonista en 1.493 del segundo viaje de Colón al continente americano. Ya en el siglo XVI fue asignado El Puerto lugar de invernada de las Galeras Reales donde se reparaban y preparaban para entrar en combate. En el s XVII residió la Capitanía General de la Mar Océana y costas de Andalucía suponiendo ello un impulso económico. Fernando VII y su familia desembarcaron en El Puerto de Santa María el 1 de octubre de 1.823 con motivo de los avances de las tropas francesas de los Cien Mil Hijos de San Luis, iniciándose la etapa absolutista conocida como “Década Ominosa”.

Llega el momento de reponer fuerzas y lo hacemos en el restaurante “La Venencia” del Club Naútico cuya reserva la teníamos para las 15 horas. Muy bien atendidos, con personal agradable y unos buenos manjares que dejaron contentos a todos los comensales. El lugar fue muy del agrado de todos por su amplitud y buenas vistas sobre el río Guadalete y puerto deportivo. Estuvimos en el exterior con el correspondiente techado que nos hizo cómoda la estancia ya que el sol apretaba.

Descansados, iniciamos el paseo por las calles céntricas de la ciudad; vimos la fachada del hotel Soho Boutique Puerto en la calle Los Moros; en la Plaza del Polvorista las casas Palacio de Reinoso Mendoza, la de Gaspar Aguado y la de Juan Vizarrón. Todas estas casas palacio al igual que otras muchas, pertenecían a “Cargadores a Indias” y se distribuían en torno a un patio central porticado y se estructuraban en tres plantas, más una de entresuelo; en la planta baja tenían los almacenes, entrada de carruajes y otras dependencias; en la entreplanta las oficinas y más almacenaje; la vivienda familiar se situaba en la segunda planta y en la tercera planta la zona de servicio. Algunas tenían además capilla, torre de vigía, embarcadero, molino de aceite y bodega, siendo los materiales de construcción de piedra arenisca extraída de la cercana Sierra de San Cristóbal y rematadas con mármoles italianos, maderas exóticas traídas de América, azulejos en zócalos y techos, pinturas murales, forja, etc.

Continuamos nuestro paseo pasando por la antigua Lonja de Pescado y en la plaza Alfonso X El Sabio encontramos el Castillo de San Marcos y el Palacio de Araníbar, que visitaríamos al día siguiente. Lo que propició batería de fotos para recordar el momento

Nos gustó lo cuidado y limpio que está el casco antiguo; entramos en la Biblioteca Pública Municipal de la calle Virgen de los Milagros 89 y vimos una exposición sobre Cristobal Colón y Juan de la Cosa y unas estupendas maquetas de las carabelas que las podemos disfrutar en el reportaje que nos incorporan nuestros fotógrafos.

Desde aquí paseamos hasta la Plaza de España para visitar la Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros (Iglesia Mayor Prioral) donde se estaba celebrando una boda y añadió un encanto especial escuchar la música y voces del coro que acompañaban en un entorno tan apropiado. Los Duques de Medinaceli fueron los promotores de su construcción en la que se ha utilizado también la piedra arenisca de las canteras de la Sierra de San Cristóbal y que, al principio, corrió a cargo de Alonso Rodriguez, mismo maestro mayor de la catedral de Sevilla.

Nos detuvimos para contemplar la estupenda fachada del Palacio de la Marquesa de Candia, hoy sede de la Academia de las Bellas Artes en calle Pagador 1 cuya construcción se remonta a 1.782 para acto seguido recorrer las bonitas calles en dirección de nuestro hotel donde descansamos un rato antes de cenar a las 21 horas. Nos colocaron en dos mesas circulares que facilitó la conversación durante la cena que al ser sistema buffet permitió a cada uno tomar lo que mejor le apetecía. Resultó muy bien. Posteriormente prolongamos la tertulia en unos cómodos sofás que disponía el hotel, que a más de uno le pareció un parador nacional dadas las dimensiones, rehabilitación y adaptación realizada del antiguo monasterio.

Al día siguiente, ya con el cambio de hora vivido, que permitió una hora más de descanso, pasamos a disfrutar del desayuno buffet quedando a las 9,30 horas para dejar los equipajes en los vehículos e iniciar una nueva jornada cultural.

Otra vez paseando llegamos al Palacio de Araníbar ya que teníamos concertada visita a las 10,00 horas. Aquí está ubicado el Centro de Interpretación “El Puerto de los Cargadores a Indias” proyecto financiado por la Unión Europea mediante el Programa FEDER.

Este es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, la antigua Casa Palacio de D. Juan de Araníbar. Cuenta con un amplio contenido documental, expositivo y tecnológico y que viene a contribuir al conocimiento de buena parte de la historia de El Puerto de Santa María, concretamente, los siglos XV al XIX. La estructura de este Palacio, construido en 1660, ha servido de base para diseñar el proyecto museológico del Centro de Interpretación. Un lugar donde conocer los hechos ocurridos en la ciudad previos al descubrimiento de América, quiénes eran “los Cargadores a Indias”, el comercio con ultramar, los sistemas de navegación y la arquitectura, que surge a raíz de la presencia de estos nobles y ricos comerciantes en El Puerto, así como, las recreaciones de antiguas estancias del palacio, nos trasladaron a una auténtica Casa de Cargadores a Indias del siglo XVII. Un espacio diseñado y concebido con el objetivo de dar a conocer esta arquitectura tan singular, así como, la gran transformación que vivió la ciudad a raíz del descubrimiento de América. Un periodo histórico de más de 300 años en el que los cambios socioeconómicos, políticos y culturales tuvieron su reflejo en el paisaje urbano, arquitectónico y en el esplendor artístico que vivió la “Ciudad de los Cien Palacios”. Tras el descubrimiento de América, la actividad comercial se convirtió en el motor de desarrollo económico de la Bahía de Cádiz. En 1717 la Casa de Contratación se trasladó de Sevilla a Cádiz.

A continuación, entramos y recorrimos el Castillo de San Marcos y gracias a los paneles y la audioguía pudimos conocer la amplia historia de este emblemático lugar. La corona lo entregó en calidad de señorío a Alonso Pérez de Guzmán “el Bueno” cuyo legado recae directamente en la Casa de Medinaceli. Es cuándo comienza el esplendor comercial de la villa, acometiéndose grandes reformas del Castillo de San Marcos de 1.454 a 1.501. Sirvió de residencia a los Duques de Medinaceli. En la época moderna pasó a ser horno, cárcel y almacén de navíos. Hoy es propiedad de Bodegas Caballero y alberga en su interior una bodega histórica de casi 200 años.

A la salida del castillo paseamos hasta llegar al nuevo Museo Municipal situado en el antiguo Hospital de la Divina Provincia fundado en 1.750 como hospital de mujeres, conocido como “El Hospitalito”, mantuvo su actividad asistencial hasta finales del siglo XX, momento en que pasó a convertirse en centro de enseñanza. Solo pudimos ver una parte del museo ya que se estaba realizando una convención en su interior; en las salas de enfermería se encuentran piezas arqueológicas y etnológicas que van desde la época tardo-romana hasta la Edad Moderna.

Desde aquí fuimos hacia el hotel, pero antes pasamos por el Convento del Espíritu Santo donde compramos unos dulces.

Una vez en el hotel, procedimos a llevarnos los coches hasta el antiguo Monasterio de la Victoria del siglo XVI erigido por los Duques de Medinaceli. La portada es de gran belleza. Entre 1.886 y 1.981 albergó las instalaciones del Penal de El Puerto de Santa María. Actualmente se encuentra restaurado y su uso se destina a albergar actos culturales y oficiales; las estancias abiertas al patio del claustro en planta baja sirven como salas de exposiciones, proyecciones y conferencias, cerrándose con carpinterías de vidrio. Nosotros solo pudimos verlo por el exterior.

Y desde aquí nos desplazamos al restaurante “Parrilla Bailey’s” en la Avda. Fuentebravía donde teníamos reservado el almuerzo a las 14,30 horas. Un restaurante interesante donde, entre otras cosas, tomamos diferentes carnes a la parrilla muy bien preparadas.

Tomados los postres y cafés iniciamos el regreso a nuestros destinos no sin antes hacer brindis por las personas que no han podido en esta ocasión acompañarnos.

Fdo. Enrique Gómez del Moral 

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