Este año hemos realizado el fin de curso que se programó el año pasado en estas mismas fechas y que entonces se anuló por el mal tiempo que azotaba esta zona asturiana.
El Parque Natural de
Las Ubiñas-La Mesa
está situado en la zona meridional y central de la provincia de Asturias y fue
declarado Reserva de la Biosfera en el año 2012, comprende un territorio de montaña
con relieve de pronunciados contrastes, del que se alza cerca del límite con
tierras leonesas, el macizo de Peña Ubiña en plena cordillera cantábrica y es
la segunda montaña más alta de la región tras los Picos de Europa, con
altitudes superiores a los 2.400 metros. Está formada por Peña Ubiña La Grande,
Peña Ubiña La Pequeña y Picos del Fontán; integra los terrenos de los concejos
de Lena, Quirós y Teverga. Los
valores ambientales que definen al parque son la diversidad biológica que
presenta y su magnífico estado de conservación. En su superficie se encuentran
ejemplos de más de la mitad de las familias vegetales asturianas, con más de un
tercio del espacio ocupado por bosques maduros y dominados por el hayedo. La
fauna cantábrica se encuentra muy bien representada, con especies como el oso pardo y el urogallo cantábrico, incluidas en el Catálogo Regional de Especies
Amenazadas, o la nutria y el desmán, dos grupos asociados a cursos de agua de
elevada calidad ambiental. Las aves rapaces, el corzo, el venado, el rebeco, el
lobo o el zorro forman también parte de su vida animal. A esta riqueza
ambiental se unen sus numerosos valores culturales. Cuenta con una de las más
ricas estaciones rupestres del noroeste peninsular, los “Abrigos Rupestres de
Fresnedo”, con representaciones pictóricas de la Edad de Bronce y Edad de Hierro. Conserva además restos de la
época castreña, aunque sin duda sus elementos más representativos son la Vía
Carisa y el Camino Real de la Mesa, ambas calzadas romanas tan antiguas como
los primeros indígenas astures, que comunicaba la región con la meseta leonesa.
En los pueblos del entorno aún se pueden ver buenos ejemplos de la arquitectura
tradicional de la montaña asturiana, con viviendas de piedra con corredores de
madera. Junto a estos núcleos coexistieron las brañas, zonas de pasto de
verano, en las que se construían las sencillas cabañas de piedra cubiertas de
teja o escoba “los teitos” además de los corros , construcciones circulares con
falsa cúpula de piedra.
Lunes 3 junio 2024.- A las 8,00 horas nos damos cita en
la gasolinera de Las Cuartillas de Camas y tras un poco de descontrol porque
antaño se llamaban dos gasolineras con el mismo nombre, nos ponernos en marcha
la autocaravana con Encarnita, Justo, Juana, Mercedes y Blanca de una parte y
el turismo con Mari Trini, Juan Manuel, María y Enrique por otra, dispuestos a
realizar en una sola jornada los casi 800 km. que hay hasta nuestro destino. La
primera parada para desayunar es en el Cruce de Las Herrerías y que en un
futuro cambiaremos ya que es el único bar restaurante que allí queda y deja
mucho que desear su atención y descuido en los servicios. El siguiente tirón
hasta Aldeanueva del Camino, en Cáceres, para luego continuar hasta Montamarta,
en Zamora, donde almorzamos. Continuamos la ruta hasta el estupendo embalse de
Luna donde disfrutamos de un bonito entorno para estirar las piernas y hacer
unas buenas fotos y recordar un anterior viaje en Babia por esta zona de la
provincia de León. A partir de aquí abandonamos la autovía de La Plata para
adentrarnos por el Parque Natural de Babia y Luna, pasando por San Emiliano y
llegar al Mirador de la Ventana de Las Ubiñas todavía en la provincia de León y
el Puerto de la Ventana de 1.587 metros ya en Asturias; fresquito hacía
mientras nos fotografiábamos. A partir de aquí bajamos por la carretera AS-228
disfrutando de unos paisajes únicos hasta llegar a las 20,40 horas a la
población de La Plaza (Teverga)
donde teníamos reservado el hotel “La Posta del Camín Real”. Dejamos nuestros
equipajes en las habitaciones del hotel y nos fuimos a cenar al restaurante “La
Chabola” que ya teníamos reservado a las 21,00 horas. Fuimos tan bien atendidos
que en los siguientes días seguimos yendo al mismo restaurante.
Martes 4 de junio 2024.- Hacemos nuestra primera ruta de
senderismo en este día, “Hayedo de Montegrande y Cascada del Xiblu” de casi 10
km. de longitud de ida y vuelta. La naturaleza no
sólo es goce, alimento y materiales, sino también vida y curación, o al menos
así lo creían quienes venían a esta zona, concretamente a la fuente de los
leprosos, casi al principio de la ruta, para curar su enfermedad. Fuera cierto
o no, el paseo por el hayedo de Montegrande supuso el disfrute de uno de los
mejores bosques de la región cubierto de hayas, serbales, robles, acebos, etc.
Se trata de una pista ancha durante los primeros km. que nos iba descubriendo
secretos, como los de alguna que otra bocamina de antiguas galerías de carbón,
hoy selladas, que no se explotaron más allá de dos o tres años. En
contraposición, los árboles se cubren de líquenes, algunos de los cuales, como
las barbas de un capuchino, nos hablan de la gran calidad del aire en estos
bosques. Nuestros fotógrafos se extasiaron con los múltiples rincones floridos.
Como colofón, el Xiblu, un conjunto de tres cascadas que suman un total de 100
metros de altitud y unos 700 metros de longitud de una gran belleza y en las
que el agua se precipita de manera salvaje monte abajo. Solo lo subimos tres
personas pues alguno estaba un poco perjudicado para hacerlo pero nuestros
móviles dejaron registradas las cascadas. En el camino de regreso tomamos un tentempié
con nuestras propias provisiones. Llegando a nuestros vehículos, un tropezón de
María en una zona habilitada para sillas de ruedas y muy mal mantenida nos dio
un buen susto que al final se quedó en unas magulladuras en su rostro. Fue un
sendero precioso que ya compensó el largo viaje del día anterior. La cena la
hicimos en nuestro restaurante de referencia ya comentado.
Miércoles
5 de junio 2024.- Hoy tocaba hacer un tramo de uno de los senderos más famosos
y turísticos “Vía Verde de la Senda del Oso”. Esta senda tiene forma de
"Y", una rama es de Tuñón a Cueva Huerta (Teverga) y otra de Tuñón a
Ricao (Quirós). Este día nosotros optamos por hacer el tramo de Caranga de
Abajo hasta Villanueva con una longitud de 10 km. en suave descenso. El río
Trubia nos acompañó todo el camino; pasamos por el bello desfiladero de Peñas
Juntas y Peña Sobia. Esta vía verde es muy utilizada por los ciclistas al no
tener dificultad alguna. En un área de descanso, antes de llegar a Proaza,
provista de tres mesas paralelas con sus correspondientes bancos y techados
dimos cuenta de nuestras viandas. Continuamos nuestro camino y una vez superado
Proaza nos encontramos con un “cercado osero” donde se puede contemplar al oso
en semi libertad y aunque subimos a una plataforma elevada desde donde se
podría observar y fotografiar no tuvimos la oportunidad de verlos. Continuamos
nuestro caminar hasta llegar a Villanueva de Santo Adriano final de nuestro
camino. En el bar la “Casina del Puente” de Villanueva junto a un puente
medieval pudimos descansar y tomar algún refrigerio. Vimos bonitos “hórreos o
paneras”. Como habíamos dejado un coche en cada extremo, una vez juntados los
mismos, nos desplazamos por sugerencia de Juana al pueblo de “Bandujo” que está
a una considerable altitud; conserva un buen conjunto medieval con una antigua
torre defensiva hoy convertida en vivienda; las vistas espectaculares; conserva
múltiples hórreos y tuvimos la oportunidad de hablar con un lugareño largo rato
que nos contó cómo era la vida en esta pequeña población y alrededores; nos
llamó la atención el antiguo molino “el Rabilón” que se movía por personas a
“tracción sangre”; este pueblo, en invierno, queda cubierto totalmente de nieve
y hasta los años 80 no había carretera asfaltada para acceder a la población.
Con esta excursión damos por finalizada la jornada y cenamos nuevamente en “La
Chabola”.
Jueves 6
de junio 2024.- En el día de ayer hicimos la gestión para visitar a las 9,30
horas la Colegiata de San Pedro que tenemos enfrente de nuestro hotel, para
ello se desplazó desde Oviedo la guía, que se llama Rosa y nos la enseñó
estupendamente. Iniciamos la visita por el claustro para luego pasar al templo.
La Colegiata fue en principio monasterio de la
orden benedictina en el año 860. En 1092 fue donado por la condesa Doña Aldonza
Fumayor, hija del Conde Munio Fernández, a la iglesia de San Salvador de Oviedo
con todos sus lugares, bienes y pertenencias. La fundación de la Colegiata data
del año 1107, a juzgar por la fecha del libro llamado del “codo”, perteneciente
a la misma, que hoy se halla archivado en el Real Instituto de Jovellanos de
Gijón. La orientación de la misma es de Occidente a Oriente, de
modo que los primeros rayos de sol iluminan el templo aludiendo así a
Jesucristo, sol de justicia que debe alumbrar a nuestros corazones,
representación simbólica propia de la época. El conjunto, en el interior, es
sumamente sobrio debido a la disposición y estrechez de su ventanas que dejan
pasar apenas luz, lo cual también entraba en la intención de los artífices que
se proponían reconcentrar el espíritu en la meditación. Llaman la atención en
este monumento arquitectónico, el vestíbulo, los capiteles de las columnas
centrales, el presbiterio, las armas de la Casa Miranda esculpidas en los
machones, los sepulcros, las inscripciones y otros interesantes detalles. El
estilo de la iglesia es de transición del prerrománico al románico, el edificio
es todo de cantería labrada, siguiendo el modelo de las antiguas basílicas
cristianas, con sus tres naves y planta de cruz latina. Varía el ábside, que es
rectangular y no de hemiciclo como se usaba constantemente en el estilo
románico bizantino, debido al incendio sufrido en esta parte durante el XVII.
Las bóvedas son de cañón, cuyos arcos semicirculares o de medio punto se apoyan
en cilíndricas y pesadas columnas. Al arranque de las bóvedas corren anchas
impostas formando juegos de ajedrez que dan a la iglesia un aspecto majestuoso
y severo. Los capiteles son muy variados. Parece que tal era la norma de los
artistas, no tallarlos iguales. Su decoración consiste en líneas y cordones
enlazados en diferentes formas, círculos, figuras humanas, cuadrúpedos con aves
superpuestas (capiteles de la entrada por el pórtico) y otras caprichosas
concepciones. En los robustos machones que con su cancela de hierro, hoy
desaparecida, separaban el vestíbulo del resto del edificio, aparecen
esculpidas las armas de los Miranda y Ponce de León. Finalizamos viendo la
sacristía en donde se encuentran las momias del Marqués de Valdecarzana y su
hijo.
Finalizada la visita guiada
nos disponemos a realizar otro trozo de “La Senda del Oso”. Para ello nos desplazamos en
vehículo hasta “Cueva Huerta”, que aunque no la visitamos porque no estaba en
nuestro programa, es de señalar de que se trata de la mayor cavidad asturiana
situada en el desfiladero de “La Estrechura” con unos 22 km. de longitud y que
mediante una visita guiada concertada se recorren 300 metros a base de subir y
bajar escaleras y te proporcionan casco y lámpara para recorrerla. Nosotros
partimos desde este lugar para iniciar nuestro tramo de La Senda del Oso que
tuvo una longitud de unos 9 km. hasta nuestro destino final. La iniciamos con
un fuerte ascenso de un desnivel de algo más de 100 metros para a continuación
comenzar un descenso muy pronunciado que puso en apuros a varios de los
asistentes dado lo largo de su bajada, su estrechez y lo abrupto del suelo,
afortunadamente no había llovido y las piedras no resbalaban. Nos acompañó el
río Páramo en nuestro caminar; por fin llegamos a una zona con mejor firme
pasando junto al Parque de la Prehistoria donde vimos dos ejemplares de bisonte
con una cría pastando tranquilamente, así como un caballo de raza Przewalski en
peligro de extinción. Una vez más el paisaje fue un digno compañero de viaje.
El resto del camino, en descenso suave, nos llevó hasta San Martín y La Plaza.
A las 14,30 horas ya estábamos sentados en nuestro restaurante La Chabola para
dar cuenta de una magnífica fabada asturiana que habíamos encargado el día
anterior. La tarde quedó libre para reponernos de la exigente caminata.
Viernes 7
de junio 2024.- Este día lo hemos reservado para hacer turismo. Circulamos
por las carreteras AS-228 y AS-229 hasta llegar al pueblo de Bermiego (Quirós)
y tras atravesarlo y caminar un rato llegamos donde se encuentra el “Tejo milenario” en la sierra del Aramo
que está considerado como el más antiguo de Asturias y uno de los más
antiguos de Europa, situado junto a la iglesia de Santa María, sus dimensiones
llaman la atención, 13 m de altura, 6,82 m de diámetro y 15 m de diámetro de
copa. Es un lugar perfecto para contemplar con calma y sosiego el increíble
paisaje que nos deja la naturaleza de la zona. Desde aquí nos desplazamos hacia
Pola de Lena por la AS-229 atravesando una espesa niebla a medida que subíamos
por nuestra carretera hacia el Alto de la Cobertoria. Llegamos hasta nuestro
destino: la iglesia de Santa Cristina de Lena, Patrimonio de la Humanidad por
la Unesco, construida en el año 852, joya del prerrománico. Situada en una
colina que domina el valle del río Lena. Nos la enseña la guía María Inés;
consta de una nave única rectangular, las bóvedas de cañón. Tiene cinco tramos.
La cabecera está separada de la nave principal por un gran iconostasis que
forma tres arcadas sobre capiteles y columnas decorado con huecos rectangulares
cerrados por celosías caladas. Inmortalizamos la visita con múltiples
fotografías que a buen seguro disfrutaremos. Desde aquí nos desplazamos hasta
el restaurante “Casa María” en Felgueras, cerca de la iglesia visitada y que
nos recomendó nuestra guía. Tomamos un apetitoso “pote” de primero y un segundo
variado. Después de un buen rato de descanso decidimos desplazarnos hasta
Mieres que nunca lo habíamos visitado al ser ciudad de paso hacia la capital.
El centro histórico está muy cuidado y agradable de pasear. Con esta visita damos
por finalizada nuestra ruta turística y regresamos a nuestro hotel por otras
carreteras y así divisar nuevos paisajes.
Sábado 8
de junio 2024.- Nuestro último día para poder hacer senderismo, a pesar que
amenazaba lluvia pudimos hacer otro tramo de la “Ruta del Oso”. La iniciamos
desde San Martín, que es una prolongación de La Plaza y recorrimos la gran belleza
de esta ruta que en Entrago se convierte en un desfiladero de altas cumbres.
Hicimos 12 km. entre la ida y la vuelta, pasando por diferentes túneles que nos
recuerda que esta vía verde fue en su momento recorrida por trenes que
transportaban los minerales de carbón. El río Teverga nos acompañó toda la
ruta. Una vez más almorzamos en el restaurante La Chabola.
Domingo 9 de junio 2024.- Al igual que todos los días
hicimos nuestro desayuno matinal en el hotel y a las 9,00 horas ya estaban nuestros
equipajes en los vehículos para iniciar el regreso a nuestras casas. Nos
despedimos del hotel y comenzamos nuestro viaje de vuelta. Tras algunas breves
paradas llegamos a la hora de almorzar al restaurante “El Solitario” de Baños
de Montemayor donde despedimos como se merecía nuestra estancia en este viaje;
no faltaron codillos y otros buenos manjares. Se recordó que en este lugar
realizaron algunos ciclistas de nuestro grupo, años atrás, parada, cena y
fonda, realizando el camino de Santiago en bicicleta. Llegando a Sevilla nos
paramos para despedirnos en el área de servicio de Las Pajanosas y una vez más
nos deseamos salud para disfrutar de un buen veraneo. Los brindis por todos los
senderistas que no han podido acudir este año se repitieron en múltiples
ocasiones en los buenos ratos que pasamos en los restaurantes. Hasta la
próxima.
Enrique G. del M.
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