miércoles, 13 de agosto de 2008

IMPRESIONES VIAJE FIN DE CURSO 2008

El día 24 de Junio iniciamos el viaje que nos gusta llamar “fin de Curso”, que coincide con el cierre de temporada e inicio del verano de nuestro grupo de amigos.
Nuestra meta Asturias, una vez mas, y esta vez a una pequeña y acogedora aldea de Cangas de Narcea, llamada Posada de Rengos.
Al llegar lo primero que nos sorprendió fueron las casas dónde nos alojamos, por su comodidad y amplitud, buen gusto en la decoración y limpieza, todos estábamos encantados y nos olvidamos en parte del cansancio del viaje.
La primera ruta, llamada del oro, la comenzamos en S. Antolín de Ibias siguiendo el curso del río Ibias por un sendero galería lleno de frescor, que mezclado con el trinar de los pájaros y el suave murmullo de las aguas nos hizo disfrutar y tomar contacto con esta verde y hermosa tierra.
El segundo día, amaneció nublado sin intención de despejar y nos recorrimos el Bosque de Moal, que nos ofreció su variedad de flores y colorido,el susurro del viento al rozar las hojas de los arboles y nos hizo sentir el frescor y los olores del lugar.
La tercera ruta, que en un principio tenia que ser la ruta estrella, fue al Parque Natural de Muniellos, nos resultó larga y monótona, con una dificultad alta que en algunos momentos se hizo hasta peligrosa. Al final tuvimos la sensación general que no nos había compensado el grado de dificultad con la igualdad en todo momento del paisaje, que varió en el último tramo de bajada a lo largo del rio.
Al día siguiente fue un poco de descanso, unos paseando por el pueblo, otros leyendo o pintando, pero todos preparándonos para disfrutarde una agradable y sabrosa barbacoa recreándonos con una animada y amable convivencia.
La última ruta nos la tomamos con tranquilidad, desde Besullo a Pomar de las Montañas, un pueblo abandonado, únicamente habitado por dos familias, que dejaba entrever en su arquitectura tradicional vestigios de lo que había sido en otros tiempos. Siguiendo la ruta del oro llegando al Pozo de las Montañas y de allí comenzar la bajada contemplando amplias panorámicas y volver a Besullo simpático pueblo en el que sí se puede apreciar los hórreos y paneras bien conservados y algunos de ellos con motivos tallados, propios de la arquitectura tradicional de esa zona.
La vuelta a Sevilla, un poco cansada, pero recordando los buenos momentos pasados, las largas animadas e interesantes charlas y la agradable convivencia de la que habíamos disfrutado.
Terminaré con una frase de Alejandro Casona oriundo de Besullo: “Yo creo haber encontrado el Paraíso Terrenal en mis propios valles”.
Maribel de la Brena