jueves, 23 de diciembre de 2021

NAVIDAD SENDERISTA 2021

Hemos realizado la tradicional Navidad-Senderista durante los días 18 y 19 de diciembre 2021. El lugar elegido ha sido Estepa y este año se han apuntado Juana, Maria Luisa y Enrique C., Mari Trini y Juan Manuel, Lola y José María, Mercedes y José Francisco, Encarnita y Justo, Paquita y Juan, Joaquín, María y Enrique G.M. lo que ha hecho un total de 16 amigos; los que no han podido venir ha sido por diversas circunstancias personales y los hemos echado mucho de menos.

Este año decidimos conocer este municipio mundialmente conocido por la elaboración de mantecados y polvorones, que con razón la llaman la Ciudad de la Navidad, pero que tiene un rico patrimonio cultural y queríamos conocerlo.

Iniciamos la jornada del sábado citándonos en la puerta del Museo del Chocolate de Chocomundo de Estepa y a las 10 de la mañana comenzamos la visita degustando una taza de chocolate y diversos dulces. Nos enseñaron de forma didáctica como se hace el chocolate y la extensa historia que tiene esta fábrica muy bien documentada, con unas salas expositivas que tienen bien ganado el nombre de museo.

Posteriormente nos desplazamos hasta la Plaza de los Remedios para allí conocer la Iglesia de Ntra. Sra. de los Remedios en cuyo lugar existió la Ermita de la Vera Cruz construida en el siglo XVIII; el barroco altar mayor tiene un bonito camarín donde se encuentra la titular de la iglesia que tiene una gran devoción popular en su barrio y que es patrona de los bandoleros. Tuvimos oportunidad de subir al mismo y fue explicado por un cofrade de la hermandad del Dulce Nombre y Virgen de la Esperanza que estaba expuesta al pie del altar mayor.

Subimos al Cerro de San Cristobal y en la Torre Ochavada empezamos la visita guiada de la antigua Alcazaba árabe de los S. X-XII, donde quedan restos de la muralla y algunos aljibes; el Centro de interpretación Tartésico que alberga restos musealizados de la ciudad de los S. IX al V a.C. y la imponente Torre del Homenaje del S. XIV donde se ubicó el palacio de los marqueses de Estepa desde donde se domina la extensa llanura del Guadalquivir.

Iniciamos el descenso al centro histórico hasta llegar a la plaza de abastos donde teníamos reservada una mesa en medio de la plaza que nos había puesto el bar Tertulia donde, al aire libre, pudimos reponer fuerzas del paseo matinal. Una vez repuestos, seguimos la jornada en cuanto desaparecieron los pocos rayos de sol que quedaban pues hacía más bien fresquito. Subimos a la plaza del Carmen y nos quedamos maravillados de la emblemática portada barroca tallada en mármol de la Iglesia de Ntra. Sra. del Carmen (S.XVII y XVIII). En su interior destaca el camarín de la Virgen del Carmen así como su altar mayor. Lástima que al salir de la iglesia Encarnita perdió pie y quedó un poco perjudicada aunque lo disimulaba para no impedir que hiciéramos el resto del programa previsto. Seguimos paseando por las estrechas y bonitas calles hasta llegar a la torre de la Victoria en la calle Ancha y que pertenecía a la desaparecida iglesia de Ntra. Sra. de la Victoria que se concluyó en el año 1.766. Es un ejemplo de nuestro mejor barroco.

Continuamos subiendo para llegar nuevamente al cerro de San Cristobal para detenernos en el balcón de Andalucía y volver a admirar las estupendas vistas sobre el pueblo y alrededores. Entramos en la iglesia de Santa María La Mayor (S. X-XVIII), aquí se construyó una mezquita en el S.X y posteriormente una iglesia mudéjar y finalmente la nueva iglesia de estilo gótico. A la salida nos acercamos al convento de Santa Clara del año 1.599, no pudimos visitar su iglesia porque las monjas de clausura estaban montando el Nacimiento en su interior. Compramos diversos dulces hechos por las monjas. Antes de marcharnos nos acercamos al convento de San Francisco y su iglesia de Ntra. de Gracia que está también en el Cerro de San Cristóbal y pudimos visitarlo gracias a la amabilidad de uno de los pocos frailes que quedan en la comunidad. Otra maravilla que tuvimos la suerte de conocer.

Nos marchamos hacia el hotel que teníamos reservado en el cercano pueblo de Pedrera “Las Canteras”. Aquí tomamos posesión de las habitaciones y a las 9 de la noche nos citamos en el restaurante del hotel donde teníamos preparada una estupenda mesa en la que nos ubicamos las 16 personas para cenar. La cena fue a la carta en forma de menú degustación y cada cuatro comensales compartían platos al centro que hizo las delicias de los presentes. Bien regado con cervezas y varias botellas de tinto de Ribera del Duero “Protos”. No faltaron para los postres los dulces que habíamos comprado en el Convento de Santa Clara esa misma tarde. Se procedió por parte de Encarnita a realizar la entrega a Maria Luisa y Enrique Cortés el nombramiento de “mejores compañeros de ruta 2021” precedido de unas cariñosas palabras. Acto seguido Juan Manuel sacó la batuta de director del coro Andakano y dirigió unos simpáticos villancicos repartiendo las correspondientes letras para que todo el mundo participase. A la una de la madrugada dimos por finalizada la estupenda convivencia “navidad-senderista 2021” recordando a todos los que no habían podido desplazarse para esta celebración.

Al día siguiente tomamos en el hotel un apetitoso desayuno y a continuación partimos hacia Estepa para terminar de ver la ciudad. Comenzamos visitando el Museo Arqueológico Padre Martín Recio en un edificio de 1.671 y que contiene piezas de época prehistórica, tartésica, fenicia, romana, paleocristiana, visigoda e islámica. Luego nos dirigimos a la iglesia de San Sebastián (S. XVI-XVIII); primero hubo una ermita y posteriormente la iglesia, está vinculada a la basílica romana de San Juan de Letrán, preside el altar mayor un buen retablo barroco del S. XVIII, dispone tres naves con capillas laterales, cuenta con dos llamativas portadas, la principal de 1.672 y la lateral procedente de la desaparecida iglesia de la Victoria. Salimos para buscar la iglesia de Nuestra Sra. de la Asunción (S. XVII-XVIII) edificada sobre planta de una sola nave; es una joya artística gracias a la espléndida muestra pictórica del S.XVIII que gira en torno a la vida de la Virgen y manifiesta de forma clara la barroca expresión del “horror vacui”, es decir, horror al vacío. Está presidido por la patrona de Estepa la Virgen de la Asunción. Magnífico el retablo mayor y también los retablos de diferentes capillas.

Adosada a la iglesia se encuentra el palacio de los Marqueses de Cerverales; la fachada comprende dos cuerpos y llaman la atención la pareja de columnas salomónicas y el escudo Pontificio. Luego unos cofrades nos enseñaron la Casa Hermandad de San Pedro Apóstol, Sto. Cristo de las Penas y María Stma. de los Dolores que se encuentra casi enfrente del Palacio. Para finalizar la jornada nos dirigimos a La Estepeña, donde tiene la Ciudad del Chocolate y que este año corresponde a la ciudad de Venecia hecha toda ella de chocolate. Desde aquí nos desplazamos al restaurante Manantial de Roya a dos km de Estepa para finalizar con un almuerzo como despedida de estas dos intensas jornadas. Aprovechamos para ver el nacimiento del manantial del mismo nombre y sus correspondientes fuentes. Maria Luisa tuvo el generoso detalle de invitarnos a este almuerzo.

Gracias a todo el grupo hemos vivido unas jornadas muy entrañables y deseamos seguir teniendo ánimo y fuerzas para seguir haciéndolo en los años venideros.

Estepa, 19 diciembre 2021.

 Enrique Gómez del Moral

martes, 30 de noviembre de 2021

San Calixto Hornachuelos. 27-11-2021

 El arco iris es un guiño solar que nos alegra el espíritu cuando lo vemos, y nosotros lo recibimos como un signo de esperanza en estos tiempos inciertos. Apareció en el cielo completo y luminoso cuando llegábamos a Lora del Río, sobre campos de naranjos rociados de lluvia.

Éramos los ocho andakanos que veníamos de la sierra de Hornachuelos, donde teníamos previsto hacer una ruta que Justo había encontrado en internet. Salimos de Sevilla con una mañana fría pero luminosa, en el valle del Guadalquivir encontramos bancos de niebla y al desaparecer aparecieron los numerosos campos de naranjos cargados de frutas.

Acercándonos a la sierra apareció Hornachuelos derramando sus casas blancas a sus pies, atravesamos el pueblo y entramos en una carretera de sierra entre dehesas de encinas y alcornoques con sus cortijos blancos colgados de las laderas, hasta llegar a San Calixto en cuyas inmediaciones empezaba el sendero, comenzamos a caminar, llegamos a una cancela con un paso canadiense que nos dio paso a la finca de “La Dehesa” ¡Alto! Nos dijo un guarda desde su vehículo, esta finca es privada y está prohibido el paso, esta escrito en la cancela, nos hicimos los suecos, y pedimos con cortesía que nos dejara hacer la ruta, pero no fue posible por lo que decidimos volver, cuando llegamos a los coches, como el cielo se había cubierto de nubes y hacía un aire desagradable no apto para sentarnos a comer el bocadillo, pensamos marchar a las Navas y tomarnos unas tapas en algún bar, nos sentamos en la terraza donde había poco sol y mucho frío, después de las tapas tomamos café dentro del bar y nos fuimos para los coches, no sin antes hacernos una foto en la fuente de la plaza con la torre de la iglesia al fondo.

Cuando entramos en los coches empezó a llover hasta que encontramos el arco iris al llegar a Lora, el resto del camino nos acompañaron cielos con nubes cambiantes y mágicos claros de luz.

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Circular por Los Marines. 13-11-2021

La madre Tierra lanza gritos de socorro por su piel cuarteada, su aire contaminado y sus mares emplasticados; para remediarlo el G20 se reúne en cumbres borrascosas para firmar acuerdos que saben no van a cumplirse. En Sevilla los grandes cruceros atracan en “Las Delicias” soltando un montón de turistas que pasean en coches de caballos por avenidas y parques, y seis andakanos nos vamos a la sierra a respirar un aire un poco más puro y sorprendernos con la belleza otoñal del paisaje. Después de parar en “Juanito” para el desayuno, (que tampoco es lo que era) nos vamos a Los Marines donde nos espera Juana, y así completamos el grupo.

Atravesamos el pueblo con la torre de su iglesia rematada de azulejos blancos y azules, arropada por sus casas blancas adornadas con macetas, y salimos a un sendero circular que Justo sacó de “no sé que sitio” por internet, fue bonito por lo variado, pues, aunque sea la misma sierra presenta diferentes aspectos, unos tramos eran abiertos a un horizonte delatado al infinito, en otros caminamos bajo el dosel de gigantes alcornoques con sus ramajes extendidos dejando filtrar la luz.

Los castaños vestían sus trajes dorados y desde sus troncos leñosos nos miraban caras sorprendidas, el último repecho nos devolvió al pueblo donde buscamos una cerveza fresca al pie de la torre, nos sirvieron regular y lento, pero descansamos y nos reímos un rato, de regreso a Sevilla paramos para un café en Valdeflores y llegamos a la capital cuando ya el sol se había escondido dejando una estela rosada en el horizonte.

Oxigenados y contentos cada uno volvió a su hogar, saludos a los que no pudieron acompañarnos, y que sepan que donde hay un grupito del gran grupo allí estamos todos los Andakanos.

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor

sábado, 30 de octubre de 2021

Inicio de curso 2021-22 en Ubrique. 23 y 24 de octubre de 2021

Las hojas que nacieron en primavera, preparan sus colores para pintar el otoño. En la isla de La Palma la tierra llora lava, arrancando lagrimas a sus habitantes. El covid 19 anda escondido por los rincones quien sabe con que intenciones. Y los Andakanos nos vamos a estrenar curso a la sierra de Cádiz.

En la gasolinera de siempre nos dimos cita los 11 participantes y después de un cálido reencuentro nos dirigimos a Ubrique. Aparcar la Mejorana en un pueblo a tope de coches fue complicado, pero por fin comenzamos a andar por la Calzada que hace más de dos mil años construyeron los Romanos para unir Ubrique con Benaocaz, algunos tramos están bastante deteriorados, pro en otros se aprecian bien los canalones y alcantarillas para recoger el agua de la lluvia.

Subimos despacio, no por la dificultad del camino sino para contemplar la belleza del paisaje, donde los gigantes de piedra cambiaban de color según que luz o sombra los cubría. Llegados a Benaocaz nos dimos un paseo por sus calles empinadas con sus casas encaladas y sus rincones con encanto, frente al ayuntamiento con sus arcos abiertos a la plaza nos tomamos un café y convenimos que la vuelta no la haríamos andando, los hombres se fueron en taxi para buscar los coches y las mujeres a pasear el pueblo.

Ya entrada la tarde nos fuimos para el hotel Sierra de Ubrique, a las afueras del pueblo rodeado de paredes de piedra donde se reflejaba la luz del ocaso. Nos reunimos en el patio/jardín para tomar una cervecita y contarnos historias antes de la cena que disfrutamos más tarde en el interior.

El domingo 24 después del desayuno nos fuimos a callejear el pueblo de Ubrique, la calle principal nos llevó al ayuntamiento e iglesia emplazados en una bonita plaza, seguimos caminando apreciando bonitos rincones y casas hasta encontramos con un edificio que nos llamó la atención por su gran arco de entrada, era una antigua iglesia, hoy el centro de interpretación de los restos arqueológicos  y ajuares encontrados en los yacimientos romanos de la ciudad romana de Ocuri que más tarde visitaríamos. Un joven lugareño nos explicó la historia del edificio y su contenido con maestría, sencillez y amabilidad, quedamos encantados.

A las 12 teníamos la cita para visitar el yacimiento ya mencionado, allí nos esperaban María y Enrique que se unieron al grupo. Nos acompañó en la visita Isabel, también ubriqueña que hace su trabajo con especial cariño y entusiasmo, haciendo la subida amena y menos ardua , pues teníamos que subir hasta la cima de la montaña donde está la ciudad, antes pasamos por la necrópolis, esparcidas las tumbas  entre piedras y malezas, más arriba encontramos restos de viviendas el panteón muy bien conservado con su bóveda de medio cañón y sus hornacinas para las cenizas y dioses, ya casi arriba la muralla ciclópea  que da entrada al foro, los baños, tabernas y otros lugares comunes, entre tanta piedra el campesino que encontró el yacimiento, en el siglo XVIII, Juan ……., se construyo su casa que hoy forma parte del conjunto. Casi en la puerta de su casa se encuentra el acebuche centenario con su tronco retorcido contemplando desde su silencio el paso del tiempo y las civilizaciones. Por todas partes de la montaña se encuentran las cabras Payoyas confundidas con las piedras rumiando despacio las hierbas para que sus quesos sepan sabrosos.

En el mismo recinto y debajo de un hermoso olmo con vistas a los gigantes grises y al cielo azul con pinceladas blancas, comimos a gusto servidos con simpatía por una familia encantadora.

Antes de la caída del sol emprendimos el regreso, agradecidos por seguir vivos y tener un grupo tan estupendo con quien poder compartir momentos de amistad y contemplar juntos esos paisajes abiertos que ensanchan el espíritu.

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor.

lunes, 2 de agosto de 2021

Punto y final del curso senderista 20/21

 

 Como si fuera el epílogo de una gran obra literaria, quiero dirigir estas sentidas palabras a la familia Andakana que me ha acompañado en las rutas a lo largo del año y sin olvidar a los ausentes por distintos motivos.

      Ya vamos alcanzando una edad que por ley de vida, se intuye el último tramo del sendero –aunque espero que sea largo y fructífero- y todavía experimentemos juntos muchas vivencias.

       Me siento un ser privilegiado y orgulloso de verme rodeado y arropado por tan extraordinarios compañeros y amigos que me han hecho disfrutar de  tan buenos momentos por los caminos que hemos recorrido.

       Quiero hacer una mención especial a nuestro “guía supremo”, Justo –con el apoyo por supuesto de Enrique G. y el soporte de Encarnita y María-por su inestimable trabajo en la elaboración de las rutas y alojamientos. Gracias a ellos hemos disfrutado de unos fabulosos paisajes, comidas y estancias, pero yo resaltaría por encima de todo los inolvidables momentos de convivencia entre buenos amigos.

        Reitero las gracias, un abrazo para todos y hasta el próximo curso,

        Miguel

lunes, 28 de junio de 2021

Fin de Curso en la Alpujarra. Lunes 7 de junio de 2021

 A pesar de la incertidumbre a la que estábamos sometidos con la pandemia del COVID-19 finalmente hemos podido realizar nuestra salida senderista del verano 2021; planeó sobre nosotros conformarnos con una salida de convivencia análoga a la del 17 de junio del año pasado en La Dehesa de Abajo donde disfrutamos de un campestre almuerzo pero nada que ver con nuestra tradición.

Hemos elegido como destino Fin de Curso 2021 “Las Alpujarras” y se han podido apuntar Encarnita y Justo; Lola y Miguel; Mari Trini y Juan Manuel; Mercedes P. y José Francisco; María G. y Joaquín; Mercedes F.; María y Enrique, es decir, un total de trece amigos.

El lunes 7 de junio a las 8,30 horas partimos desde la gasolinera de Cepsa de la calle Pino Albar y paramos a desayunar en todo un clásico como es “Don Polvorón” de Estepa. Aquí tomaron posesión de la tesorería Mercedes F. y Mari Trini, a las que desde aquí agradecemos su buena labor. No faltó adquirir unos ricos mantecados para dar cuenta de ellos en el momento oportuno. Continuamos nuestro viaje hasta llegar a nuestra primera sorpresa “Soportújar” que nadie conocíamos. Mientras recorríamos este pintoresco pueblo nos pusimos al día de lo que fue la idiosincrasia de La Alpujarra que aunque estuvieron habitadas por romanos y visigodos fueros los musulmanes los que le dieron su aspecto actual. Los moriscos granadinos se recluyeron en este lado de Sierra Nevada cuando el Reino de Granada cayó ante los Reyes Católicos en 1.492 pero aquí supieron instalarse y sembraron los campos de árboles frutales, cultivos en terrazas convirtiendo las laderas en auténticos vergeles, haciendo canales y acequias durante ochenta años hasta que fueron expulsados a otras regiones de la península a raíz de la “Rebelión de los Moriscos”. Únicamente dos familias de cada pueblo pudieron permanecer con el cometido de enseñar a los nuevos habitantes llegados de Galicia y Castilla la forma de trabajar y cultivar estas tierras. El pueblo de Soportújar fue repoblado por personas de origen gallego trayendo sus costumbres y leyendas sobre meigas, aquelarres y rituales y hoy los vecinos del pueblo han transformado las leyendas en “reclamo turístico” denominándose el “pueblo de las brujas”. Visitamos la “Cabeza de la Baba Yaga”, la “Fuente de la Fertilidad” y sobre todo el bonito mirador de “El Embrujo” con la famosa fuente de las dos brujas y el caldero donde nos hicimos fotos para el recuerdo y desde el que se disfrutaba de unas vistas sobre la sierra magníficas; luego llegó el turno del mirador del Aquelarre donde se supone que se llevaban a cabo los aquelarres y rituales iniciáticos. Las calles guardando la típica estética de los pueblos alpujarreños con retorcidas callejuelas, sus “terraos” que son cubiertas planas de las casas con sus chimeneas en forma de obús de cuatro ojos con un sombrerete plano y los “tinaos” que son unos pasadizos sostenidos por vigas. Queda para otro viaje visitar el centro de meditación budista “O Sel Ling” al que se puede ir andando en más de tres horas o por carretera. Nos marchamos de este pueblo con el agradable sabor de haber iniciado el viaje con “buen pie” llegando a Pampaneira, primer pueblo del Barranco de Poqueira, para comer en el restaurante Casa Julio que habíamos reservado previamente. Nos tenían preparado un menú de dos platos y postre que podían elegirse al gusto de cada uno y casi todos tomamos el cocido de hinojos que tan celebrado y recordado era por muchos de los asistentes. No faltó la sopa alpujarreña y el típico plato alpujarreño de patatas a lo pobre, cebolla, pimientos verdes, huevos fritos, morcilla, chorizo y jamón. Después de reposar el almuerzo nos dirigimos a Bubión, otro de los pueblos pintorescos del Barranco de Poqueira, para tomar posesión de nuestro alojamiento en el Hotel Villa de Bubión que nos dejó muy satisfechos excepto la lentitud del recepcionista en dar las llaves de las villas.

Aquí no acabó el día ya que todos estábamos deseando hacer más cosas así que aprovechando que el día es largo nos desplazamos a Pitres para realizar un pequeño sendero que nos llevó hasta una cascada del río Bermejo conocida por “El Chorreón”. Nuevamente fotos que nos permitirá recordar tan agradable momento con la naturaleza, aquí la temperatura bajó y la alta humedad hizo que algunas personas se protegieran del cambio de temperatura. Hecho el recorrido inverso hasta los coches decidimos cenar en el hotel de Bubión y así no alargar más el día; fue una cena tranquila, reposada y satisfactoria.

Fdo.: Enrique y María

Martes 8 de junio de 2021, sendero del río Trevélez

 En la mañana de este día 8 de Junio, reconfortados con un suculento desayuno en Las Villas de Bubión, partimos hacia Trevélez, por una carretera muy estrecha con abundantes curvas y ciclistas, para hacer el  sendero programado.

Hemos subido hasta la parte de en medio y aparcado debajo de un hermoso y frondoso Tilo, al lado de una excelente fuente.

Después de la foto de salida y despedirnos de Mercedes y José francisco, que se quedaron en el pueblo, iniciamos el sendero junto al rio Trevélez cuajado de rosas silvestres, mejoranas, peonías y preciosas coronillas, bajo los tilos junto a chopos, fresnos y cerezos cargados con sus rojos y apetitosos frutos. Destaca el contraste del rojo de las amapolas y el amarillo de las coronillas.

A continuación se abre la naturaleza aún más y vemos chopos negros y moreras de las que comentamos que lleva un gran desfase en tiempo de maduración respecto a las de Sevilla, en las que el fruto ya ha madurado y caído, mientras que aquí está empezando a apuntar.

En un punto del precioso y sombreado camino, el rio se derrama sobre un pequeño valle formando multitud de riachuelos, dando lugar a una sensación de frescor inigualable. Al finalizar el valle se van cerrando sus cursos y vuelven al torrente principal, dejando detrás un manto de verdor y belleza sin par.

Continuamos el sendero con dirección a Jerez del Marquesado, buscando el Horcajo o confluencia de otros dos cuya fusión dará lugar al rio Trevélez. Así entramos en el Parque Nacional de Sierra Nevada, donde encontramos un árbol muy peculiar llamado SALI de donde se obtiene la base de la aspirina (Ácido Acetil Salicílico).

La descripción de todo el panorama vegetal como siempre corre a cargo de nuestra querida Encarnita que no escatima esfuerzos para darnos una clase magistral cada vez que le solicitamos su opinión. Gracias Encarnita.

Sobre el camino y su transcurso, Justo, ayudado por Enrique, nos mantienen puntualmente informados y sin perdida. Nos indican ahora que hemos llegado al Puente De Los 14 Ojos. Los más incrédulos nos pusimos a contarlos para comprobar si el nombre era correcto. Lo era.

Al final no pudimos llegar al Horcajo por estar anegado el sendero, repusimos fuerzas con los bocadillos y dimos buena cuenta de las botas de vino. Ya en Trevélez recogimos a José Francisco y Mercedes, tomamos un café y nos pusimos en marcha para visitar Pampanéira, pueblo muy turístico donde sobresalía la iglesia de Santa Cruz.

Una vez duchados y arreglados, nos fuimos al pueblo de Bubión a degustar una excelente cena, el plato más solicitado fue la sopa alpujarreña.

Fdo.: Juan M. y Mari Trini

Miércoles 9 de junio de 2021, Las acequias de Mecina-Bombarón

 

Amanece de nuevo para el grupo de senderismo Andakano. 

Estamos en uno de los pueblos más bonitos del imponente Barranco de Poquéira en Las Alpujarras granadinas, espléndido y deslumbrante, con el Mulhacén asomándose mientras ve por donde escurren sus aguas como lágrimas que no volverán.

De entre los tres pueblos que se asoman a dicho barranco, estamos en Bubión, a nuestra derecha e izquierda tenemos Pampanéira por debajo y Capiléira en su parte más alta.

Después de desayunar en compañía de nuestros amigos senderistas, nos dirigimos a Mecina-Bombaron desde el que comenzaremos la Ruta de las Acequias. 

Una vez en el pueblo, buscamos el inicio de la ruta entre sus muy empinadas calles, y llegamos a la plaza donde aparcamos.  El recorrido hasta dicha plaza fue corto por no decir vertical en la que los coches son sometidos a una dura prueba por la falta de costumbre ante cuestas tan duras.

Costó algo de trabajo colocar los coches en la plaza totalmente ocupada. Allí nos encontramos con una señora que a todos nos parecía de avanzada edad, 😖 regando sus preciosas macetas y con la que mantuvimos una conversación sobre sus bonitas plantas y los habitantes del pueblo, escasos según nos explicó; como anécdota me sorprendió que había nacido en la misma casa donde vivía desde hacía más de 80 años. !Entrañable señora¡

Comenzamos el sendero por calles que ponían a prueba nuestra capacidad de avanzar, las cuales y a escasos metros nos puso en la acequia alta, motivo de nuestro recorrido.  

Pronto empezamos a encontrarnos con imponentes y enormes castaños centenarios, encaramados milagrosamente en sus laderas escarpadas y empinadas, las raíces de estos castaños nos explicaban parte de su larga historia, en ellas podemos ver e interpretar a nuestro antojo; caras, demonios, gárgolas y animales o dragones retorcidos, pero de extraña belleza.

La acequia que nos acompañará durante nuestro recorrido estaba sin agua, aunque con señales de haberla contenido, la explicación llegó pronto pues nos encontramos con una cuadrilla de hombres que desbrozaban y arreglaba el tramo por donde pasábamos, habían desviado el agua para poder trabajar. 

El recorrido por esta primera parte era muy bonito y agradable, se prestaba a admirar el lejano paisaje y tomar fotografías tratando de perpetuar esta hermosura en nuestras cámaras... aunque nunca se logra del todo, lo que sí nos llevaremos son las bonitas vistas que nos recordarán el día que estábamos viviendo. Algunos tramos eran de una vegetación y frescor muy agradables que nos sirvieron de descanso y recompensa al esfuerzo. 

A medio camino, encontramos una bifurcación que nos creó algunas dudas, pero al comprobar que las señales que indicaban el camino estaban bien nos hizo tomar la determinación de seguirlo.  

Fue un camino polvoriento, seco, y desprovisto de sombra, hasta que dichas señales nos encaminaron de nuevo a la acequia alta desde donde pretendíamos pasar a la acequia de abajo y no conseguimos. Por allí encontramos algunas casas y explotaciones agrícolas de cierto tamaño entre las que reconocimos guisantes y habichuelas verdes, estaba seguro que el agua de inmejorable calidad no le iba a faltar. El recorrido fue casi todo por el filo de la acequia, la cual por aquella parte nos aportaba su cantarín soniquete. Sentados en el filo de dicha acequia decidimos comer nuestros bocadillos con una buena y cómoda sombra, después algunos decidimos refrescar también nuestros ardientes pies en sus aguas...y doy fe que nos supo a gloria, después del caluroso caminar. 

Por el sendero encontramos unas eras empedradas que se utilizaban para la trilla de los cereales que como sabemos consiste en la separación del grano de la paja que se empleaban para el consumo propio pues en dichos pueblos formaba parte importante de la alimentación con unos hermosos y ricos panes que hacían de forma artesanal y que aprovechaban de mil maneras.

La vuelta no la hicimos por la acequia baja como pretendíamos, pero realmente no lo echamos en falta, pues era un camino precioso, refrescante y variado en su paisaje y arboleda. 

Cuando empezamos a coincidir en lo que habíamos recorrido en la primera parte ya corría de nuevo el agua por ello fue algo distinto y natural. 

Entre la vegetación casi de improviso aparecieron las casas y los peculiares terraos con sus típicas chimeneas, que nos indican que el sendero había terminado. 

Un nuevo y bonito día para recordar.

Fdo.: Joaquín y María

miércoles, 16 de junio de 2021

Jueves día 10/06/21: Ruta Pueblos del Poquéira

Amanece un día espléndido para enfrentarnos al reto del cuarto día por los caminos de esta maravillosa zona de nuestra entrañable Andalucía, como es Las Alpujarras, que ciertamente, aunque no es la primera vez que la pisamos no deja de sorprendernos.

 Como es de rigor, comenzamos la jornada con un abundante desayuno y un poco de charla y nos preparamos para una ruta que promete dura, pero algo distinta en el sentido de que no hay que utilizar los vehículos para desplazarnos, ya que empezamos desde el mismo Bubión, cosa que se agradece porque evitamos tantas curvas.

 Nos dirigimos a la parte baja del pueblo y después de la foto de salida de rigor, recorrimos algunas calles de la parte antigua o Barrio Bajo, que no conocíamos y que nos sorprendió agradablemente. En la salida del pueblo para incorporarnos al sendero que viene de Pampanéira, se recorre un agradable camino con higueras dando sombra, así como nogales y algún cerezo, bancales y alguna acequia. Y se observa algún que otro lugareño labrando sus pequeñas huertas, algunas con manzanos, perales y cerezos, y regando porque lo que no falta es agua.

Iniciamos un fuerte descenso con tramos de alguna dificultad por lo escarpado del terreno, aunque para dar sombra no faltaban castaños, algún roble y mucho matorral. Al final de la bajada del barranco llegamos al Puente del Molino, junto al que se encontraba descansando una cabra montesa que parecía preñada y que no se inmutó al vernos; pasado un rato se levantó y continuó su camino. Descansamos, sonido rugiente de las aguas que bajaban con fuerza, fotos de recuerdo, cambio de impresiones e inicio de un duro ascenso hacia Capiléira.

 La subida a Capiléira de más de 1,5 kms., aunque bastante exigente, tiene tramos con mucha sombra debido entre otros a castaños centenarios y variedad de flora, llegamos al Puente Chiscar, donde hicimos una parada y por fin el hermoso pueblo de Capiléira. Nos refrescamos en una fuente de agua fresca y cristalina y por supuesto seguimos refrescándonos, pero esta vez el gaznate. Aquí se incorporaron Mercedes P. y José Francisco, que no han podido recorrer los senderos por problemillas de movilidad de este último.

Ya estaba previsto e íbamos sin los bocatas y nos dimos un homenaje con un opíparo almuerzo. La sobremesa se alargó bastante porque siempre es agradable disfrutarla en compañía de buenos amigos.

Como colofón a la jornada tan intensa y teniendo en cuenta el abundante almuerzo, acordamos cenar solo a base de fruta, cosa que hicimos en la terraza de algunas de las viviendas, hasta que nos retiramos a descansar.

En esta última cena hubo un pequeño fallo y es que a algunos comensales se les antojó acompañar la fruta con alguna latita de atún, pero no fue posible porque los anfitriones no disponían de suficientes latitas (jajaja). Amén.

Fdo.: Loli y Miguel

Viernes día 11 de junio de 2021, Viaje de vuelta

Preparadas las maletas y el equipaje para el regreso, los andakanos fuimos a desayunar como en días anteriores.

El día era espléndido, ya veraniego y nos recibía con sus maravillosas vistas de Sierra Nevada coronada por su Veleta y las montañas con tupida arboleda de variados verdes salpicadas de flores multicolores.

Debido a una indisposición de María, Enrique, Juan Manuel y Mari Trini que ocupaban el mismo coche, se despidieron y pusieron rumbo a Sevilla directamente. Asimismo Joaquín y María, partieron para Almería a disfrutar de unas vacaciones en la playa. El resto de andakanos, nos subimos a los coches y nuestro gran guía Justo nos llevó por un camino serpenteado  poblado de encinas, robles y bonitas extensiones amarillas de retama y genista cuyos ramos, podrían estar hechos por el mejor floristero. Nos paramos en el Mirador del Ángel y contemplamos las preciosas vistas del Valle o Barranco de Poqueira y las de los pueblos alpujarreños Capiléira, Bubión y Pampanéira. Seguimos subiendo y el rio Bermejo nos sorprendió con el Tajo Cortés, una cascada con chorros de agua en varias direcciones y hasta un arco iris entre los chorros de agua reflejado en las rocas. ¡¡¡Espectacular!!!.  Dicho enclave quedó inmortalizado en las correspondientes fotos y videos de los andakanos.

Subimos de nuevo a los coches rumbo a Lanjarón, los planes eran hacer una visita turística y comer allí, pero unas obras impedían la entrada en el centro y después de intentarlo por otra calle no fue posible. Tampoco había  gran interés y hacía bastante calor, así que después de tomar un refresco continuamos hasta Riofrio donde nos paramos a deleitar las típicas truchas del lugar. Un almuerzo compartido en buena compañía ponía final a este viaje a la Alpujarra.

 Si la zona es preciosa, los senderos de ensueño, las viandas opíparas,  lo mejor de todo son las personas que componen este “joven” grupo de amigos. Desde que nos integramos, nos hemos sentido acogidos y queridos por todos. Son entusiastas, alegres, soñadores y de gran calidad humana, gustosa convivencia. Hemos echado en falta a los que por diferentes motivos no han podido venir, esperamos y deseamos que pronto podamos caminar todos en senderos por descubrir.

Firmado: J. Fco. y Mercedes P.

miércoles, 26 de mayo de 2021

Circular de Galaroza al Castaño 22-05-2021

¿Algunos de los andakanos habituales de los sábados no se apuntaron por miedo al calor? Pues tuvimos un clima de lo mas agradable con ese viento fresquito meciendo las copas de los árboles y los cirros formando alas de ángeles en el alto cielo.

Salimos solo 4 de Sevilla, y en Galaroza donde dejamos los coches, se unieron otros 4, desde allí emprendimos camino hacia el castaño, pero antes de entrar en el sendero, la Andakana Mayor perdió la suela de una bota y…¿?pues con la ayuda de la tendera de los jamones que nos dio una cuerda, y el ingenio de Encarnita para asegurarla bien, la bota quedó para el combate, y pudimos comenzar a caminar.

Entramos por el camino alto que asciende lentamente por un bosque de castaños, monte bajo, plantas aromáticas y flores, esta vez aparecieron los lirios, con sus trajes morados envidia de Salomón. Desde la cima que habíamos alcanzado vislumbramos Cortegana en el hueco de dos picos, y más abajo Jabugo con sus secaderos. Llegamos a la ermita del Cristo, antes de llegar a la venta de María, donde nos sentamos cómodamente rodeados de plantas para comer lo que diera el día, nada del otro mundo, pero estábamos tan bien allí que nos costó arrancar.

Nos pusimos en marcha bajando por el sendero sombreado que sigue el curso de la ribera del Jabugo y cuando llegamos a Galaroza nos sentamos en el barecito de la carretera para tomar café. Fue una jornada más de disfrute entre amigos, de naturaleza hermosa y esa sierra que te sorprende en lo cercano y te atrae con su horizonte lejano donde se pierde las formas y entramos en el misterio de lo infinito.

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor.

lunes, 17 de mayo de 2021

Linares de la Sierra, Camino de las umbrías. 8-5-2021

 Las jacarandas han tapizado, una vez más, de azul-violeta las avenidas de Sevilla. La vacunación anti covid19 progresa adecuadamente. Las fronteras entre provincias se han abierto y los andakanos salimos una vez más a recibir belleza y energía, esta vez a la sierra de Aracena.

Salimos 15 desde la universidad hacia Linares de la Sierra, ese pueblo alfombrado de piedrecitas, con su singular plaza de toros, sus calles empinadas y su graciosa torre apuntando al cielo, allí nos esperaban Juana y Alberto que se unieron al grupo. Emprendimos el Camino de las Umbrías, nos sorprendió un paisaje nevado sobre un puentecillo de piedra, las fotos dan prueba de ello, comenzamos ascendiendo suavemente entre miles de flores, a las ya nombradas en reseñas anteriores se unieron las orquídeas mediterráneas y las dedaleras, esas chorreras de dedales que podrían ser también un campanario vertical.

De la ruta ancha y pedregosa  del inicio pasamos a un sendero estrecho en medio de un bosque de castaños y alcornoques con sus enormes troncos heridos por el descorche, pero siempre hermosos, un descenso pronunciado del que también dan prueba las fotos, nos llevó al valle escondido, por donde corría un arroyuelo entre enormes piedras grises y abundante vegetación, donde los genios del bosque tienen su escondite, al subir de nuevo encontramos arbustos de jara pringosa tan altos como árboles con sus hermosas flores de ojos negros, por los claros del bosque se divisaban las siluetas azuladas de la sierra y como y como un barco anclado en un océano de verdor el pueblo blanco de Linares. Buscamos una umbría para comer, no fue fácil encontrarla, a pesar del nombre del sendero, por fin bajo unos alcornoques encontramos refugio para descanso y picnic, por cierto, no se estaba mal allí.

Nuestro Andakano Guía y su compañero Cultural hicieron propuestas para un posible “fin de curso”. Proyecto que hay que madurar rápidamente, pues el tiempo apremia.

En la plaza de toros del pueblo nos sentamos a tomar un refrigerio y descansar, pues llegamos bastante agotados por el calor, allí pasamos un agradable rato y nos despedimos. Un cielo nuboso y un horizonte delatado al infinito nos acompañó, nuestra pequeña mota de polvo podía perderse en la inmensidad de lo absoluto.

Feliz quincena y hasta pronto.

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor

martes, 4 de mayo de 2021

Subida al mirador del Pico de la Capitana, 24-4-2021

En el estadio de la Cartuja se está celebrando la liga vacuna contra el cobid 19, mientras los sevillanos más feriantes celebran su feria no feria de abril con forzado entusiasmo, y los amantes de la naturaleza nos vamos a alimentar el espíritu con el esplendor floral de este mes de abril.

Salimos por la nacional que atraviesa los pueblos ribereños del Guadalquivir con sus huertos de naranjales y sus avenidas de palmeras hasta llegar al último pueblo de la Sierra Norte, Guadalcanal, allí dejamos los coches y emprendimos un camino ascendente hacia la cumbre de la Capitana.

A las múltiples flores, florecillas, arbustos y arboles en flor se han unido esta vez las amapolas con su tallo cimbreante, sus ojos negros y su color de sangre, y también algunas plantas de peonias con su belleza efímera y su color de pasión.

Hacia viento, lo que hacia pasearse a las nubes grises que dejaban claros de azul y a veces sol. Cuando llegamos a la cumbre encontramos el punto geodésico que tenéis en las fotos, también había allí una cabaña circular hecha de piedra sin masa de unión al estilo romano que servía de abrigo a los pastores y que se llamaban torrucas, pero lo más impresionante del mirador eran las vistas a un lado teníamos las ondulaciones de la Sierra Norte con infinitos matices de grises y azules, y por el otro las planicies extremeñas con sus campos de cultivo y sus vidas ocultas. Bajamos un poco para resguardarnos del viento que allí confluye desde varios puntos lo que le dio el nombre de Sierra de los Vientos. Comimos, pero sin siesta ya que el agua parecía acercarse.

 Ya en el pueblo hicimos visita guiada por nuestro Andakano cultural Enrique G, entramos en la parroquia donde se encontraba Nuestra Señora de Guaditoca, hermosísima en su altar de reina, muy adornada con luces y flores pues era el día que tocaba en tiempos normales el bajarla en romería desde su santuario en la sierra. Un hermano cofrade que allí se encontraba nos explicó la historia de la Virgen y de su iglesia y Santuario, e hizo resaltar las imágenes procesionales de grandes escultores del pasado y la pila bautismal del siglo XIV. Nosotros recuperamos la vieja costumbre de cantar la salve.

Enrique nos contó como un lugareño del siglo XVI dio el nombre de Guadalcanal a una isla perdida del Pacifico y otro recibió del rey Don Juan Carlos I el marquesado de Guadalcanal, hechos todos muy interesantes.

Tomamos café en la plaza del pueblo y allí nos despedimos cargados de la energía y la paz que se desprende de una naturaleza prodigiosa con los que podemos alimentar nuestras almas.

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor 

jueves, 15 de abril de 2021

Vía verde de la Sierra Sur, DE la Estación de Coripe a la de Zaframagón. 10-4-2021

 Un cielo azul con nubes de algodón, y la silueta de un abrupto peñón de más de 500 metros, una danza de buitres planeando en torno a la cumbre donde guardan sus nidos, y bajando la vista a nuestros pies un riachuelo que surge de la garganta formando una pequeña cascada que se derrama entre arenas finas, abundante flora y si escuchas el silencio oirás el trino de los pajarillos que andan locos preparando sus nidos. En este rincón mágico nos encontramos los trece andakanos que habíamos dejado Sevilla por la carretera de Utrera, regalándonos la vista con las laderas de verdes aterciopelados y los caseríos blancos con sus avenidas de palmeras, acercándonos ya a Montellano, derramado como cola de novia sobre un montículo, fuimos divisando en el horizonte las sensuales curvas de la sierra Sur, llegamos a la estación de Coripe y buscamos el aparcamiento de la vía verde en uno de sus tramos, nos costó aparcar, pues ahora la gente sale mucho al campo, algo positivo de estos tiempos de confinamientos.

Desde allí partimos por uno de los muchos caminos que de allí parten, el de Zaframagón que es otra de las estaciones y donde hay un centro de interpretación que no pudimos visitar por estar en obras, pero si estaba abierta la cantina unos metros más adelante, “aleluya” teníamos cerveza fresca y un gran salón a cielo abierto para disfrutar de nuestros bocadillos.

Después de descansar, desde allí nos fuimos por un senderito perdido entre jaras rosas y retamas amarillas hasta el rincón que he comentado.

Regresamos al camino para emprender el retorno, pero antes nos asomamos al viaducto, que para salvar el barranco, construyeran para el paso del tren, aunque el tren nunca pasó porque el proyecto se rompió en el camino.

Volvimos a pasar los túneles con cuidado de no tropezar con piedras ni gente, y llegamos a la estación de Coripe y nos sentamos en la terraza para tomar café u otra cosa, salieron dátiles de Israel, esta vez fue Mercedes y José Francisco los portadores, con el recuerdo de la tierra prometida, tras los dátiles dulces y jugosos nos despedimos con paz, alegría y gratitud por tan hermoso día.

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor

sábado, 10 de abril de 2021

Cerro del Hierro 27-3-2021

Volvió a llover azahar sobre Sevilla, y las bauhinias de la universidad están cubiertas con sus esplendidas flores blancas y lilas. Los desfiles de esta Semana Santa se han desplazado a los centros de vacunación con la esperanza puesta en que esas gotas de veneno nos salven la vida. Esa son las circunstancias, el hecho es que 17 andakanos nos fuimos a buscar una nueva aventura, esta vez por el valle del Guadalquivir que, aunque no tiene la fama mítica del Nilo, no lo envidia en fertilidad y belleza, pasamos blancos pueblos rodeados de naranjos y huertos, hasta que en una de las vueltas de la carretera dejamos la llanura y entramos en la sierra con la jara ya en flor. En las laderas de las colinas verdes entre las sombras de las encinas se movían tranquilas las ovejas esperando el esquilo.

Llegamos al parquin del parque natural de Cerro del Hierro, donde dejamos los coches y nos hicimos la foto de salida, delante de las ruinosas casas de los ingleses, desde allí sendereamos entorno al cerro hasta llegar a la cumbre donde nos asombró por su abrupta belleza. La tierra rojiza fue retirada a pico y pala para extraer el metal tan preciado en la época del desarrollo ferroviario, allí quedó el esqueleto kárstico formando paisajes únicos que se pueden contemplar desde los diferentes miradores. En las simas y desfiladeros crecen plantas y arbustos, destacaban los saucos con sus ornamentales flores blancas que parecían convocadas para el adorno de una boda imperial. Después de otear desde arriba bajamos al fondo de la mina y por un sendero estrecho cubierto de plantas recorrimos las entrañas de la mina con cuidado de no perdernos en aquel laberinto.

Encarnita encontró la orquídea erótica “la mujer desnuda” agrupadas ellas en un ramillete rosado de una delicadeza exquisita.

Volvimos a los coches y nos fuimos hacia el área recreativa de “El Martinete”, pero había tanta gente que no encontramos sitio para aparcar, volvimos a San Nicolás y en la zona de recreo junto al nacimiento del Huezna nos sentamos a comer los deseados bocadillos, las botas de Baco circularon y bombones, turrones, dátiles y chocolatinas endulzaron el festín. Ojeada al nacimiento del río y nos despedimos contentos y agradecidos como siempre de haber disfrutado un día más del lado bueno de la vida.

¡Feliz Semana!

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor

martes, 23 de marzo de 2021

El Ronquillo, Lagos del Serrano, los Brezales, Umbría de Santa Fe. 13-3-2021

Ya hace un año que el COVID apareció en nuestras vidas amenazándonos con sus púas venenosas, pero el cielo de la vida sigue su ritmo y ya las perlas de azahar cuelgan de nuevo de los naranjos, y entre los verdes aparecen árboles en flor, y este sábado 13 de marzo, 17 andakanos y 2 invitados salimos para respirar belleza y paz a nuestra sierra sevillana. Nos fuimos hacia El Ronquillo donde dejamos los coches y antes de emprender camino le cantamos cumpleaños feliz a Encarnita, que yo considero el alma del grupo.

El sendero preparado con cariño por Enrique discurría en torno a los Lagos del Serrano, donde se cruzan varios caminos, nosotros comenzamos por el barranco de la Lana, una pista amplia ente jaras, brezos, cantueso y romero que impregnaban el aire con sus sutiles y silvestres olores, y que nos llevó hasta dar vista al pantano del Cala, que, aunque bajo de nivel y bajo de quietud de sus aguas coletean carpas y barbos para que los pescadores ejerciten la paciencia en sus orillas. Recorrimos un largo trecho con el pantano a la vista contemplando las verdes praderas que tapizan sus orillas, coloreadas por las manchas amarillas y blancas de las margaritas, continuamos camino buscando un lugar que llaman los Cachones para comer allí, pero nos acomodamos en un cruce de caminos sombreado y agradable donde teníamos a la vista un rebaño de cabritas.

Después del descanso y tertulia seguimos por el camino de los brezales y la umbría de Santa Fe con algunos repechitos poco gratos pero que nos llevó hasta los coches. Antes de despedirnos María Luisa nos ofreció esos carnosos y dulces dátiles que nos transportan al valle de Jericó, y con sabor dulce nos despedimos de ese día primaveral en el que disfrutamos de otro rincón privilegiado de nuestra sierra.

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor

domingo, 14 de marzo de 2021

Almadén de la Plata ruta de los Chorros. 27-2-2021

Esta semana la Torre del Oro ha cumplido 800 años, los andakanos guías han celebrado sus bodas de Oro, el bichito con corona se está diluyendo y múltiples señales nos anuncian que el invierno se va disolviendo en primavera, y por todas estas cosas 14 andakanos nos vamos a la naturaleza, esta vez a la Sierra Norte de Sevilla. El sendero elegido se encontraba en el término de Almadén de la Plata, un pueblo serrano que atravesamos para dejar un par de coches y seguir hasta las inmediaciones del centro de interpretación del Cortijo del Berrocal donde dejamos los demás, y comenzamos el sendero por una pista de tierra entre hermosas dehesas de encinas donde cerdos, ovejas y vacas disfrutaban de pastos y relax.

A unos 9 kilómetros encontramos la indicación del sendero que nos llevaría entre una vegetación exuberante protegida por grupos de eucaliptos a un rincón de sorprendente belleza, teníamos delante una pared granítica cubierta de infinitos colores donde musgos, líquenes y plantas formaban un jardín vertical coronado por enormes piedras redondas y donde la luz la ponían las genistas en flor. Por la garganta baja el arroyo Calzadilla saltando entre piedras encajadas en ella, formando así la cascada llamada El Chorro que da nombre al lugar.

Regresamos a los coches y nos acercamos al centro de interpretación instalado en el cortijo del Berrocal, el parquin estaba tan abarrotado que creíamos no poder entrar por saturación, pero no fue así, entramos solo nosotros y pudimos disfrutar de lo expuesto, diversas rocas, paneles informativos y la joya del centro una secuoya fosilizada de más de 300.000 años de antigüedad que en el año 2005 encontró un campesino local.

Buscamos en la dehesa-parque un sitio para comer, esparcidos por el lugar había numerosas familias con sus preciosos hijos disfrutando de la naturaleza. después de comer nos acercamos a ver un alcornoque que desde hace unos 500 años ve pasar tiempo y personas en silenciosa quietud, desde allí emprendimos un nuevo sendero por esa sierra pedrona donde enormes piedras graníticas de formas y tamaños diversos viven en armonía con arboles, animales, plantas y praderas llenas de chirimías que son pequeñas margaritas, brezo en flor, y narcisos en rama.

 Regresamos a los coches , nos despedimos contentos de haber vivido un día más en amistad y naturaleza y damos gracias a Enrique que fue el descubridor de ese sendero maravilloso.

¡Chiao!

Fdo.: Blanca 

Andakana Mayor

jueves, 28 de enero de 2021

Circular de El Castillo de las Guardas a las Minas del Castillo. 23-1-2021

 El sábado 23 de enero de 2021, diez andakanos dejaban Sevilla bajo un manto de niebla cubriendo su desaliento y confusión, para encontrarse de nuevo con la amistad y la naturaleza.

Nos dirigimos al Castillo de las Guardas, donde se nos unieron Encarnita y Justo, y los 12 emprendimos una ruta circular que fue muy hermosa y variada, primero ascendimos por un paisaje abrupto muy pedregoso, desde donde se veía entre los claros del bosque encantadoras vistas del pueblo derramado ladera abajo, coronado por su castillo. Entre las nubes blancas y grises que se paseaban por el azul apareció una bola gorda y blanca, era el radar meteorológico que manda a los móviles la hora exacta cuando caerá la lluvia, y otras misceláneas, a la que los modernos son tan adictos. Llegamos a una hermosa dehesa con bellas encinas que extendían sus brazos centenarios con gracia andaluza, y donde las vacas con miradas bobaliconas se preguntaban que vicho les había picado a esa docena de humanos, después bajamos a un bosque mediterráneo donde las jaras, los arrayanes, los cantuesos y otras especies olorosas fabrican en silencio sus perfumes, mientras el romero nos alegraba con sus humildes florecillas azul pálido, aquel sitio tan bucólico nos pareció apropiado para un piscolabis, aparecieron las botas de vino, los frutos secos y algún que otro queso que nos supieron a gloria. Un poco más lejos nos sorprendió el pequeño embalse de las minas del Castillo con reflejos mercuriales y un poco más adelante las ruinas de la antigua estación del ramal del ferrocarril que aprovechaba el paso del que venía de Río Tinto transportando para llevarlos al puerto, allí había un ingenio curioso donde le daban la vuelta a la locomotora del tren, nos pareció un sitio bonito para el picnic, consumidos los mini o maxi bocadillos, postres y chuches, apareció otro grupo de senderistas con mucho “empaque” con los que intercambiamos impresiones, uno de ellos dijo llevar en su mochila un remedio para conservar el corazón en forma, las andakanas mayores echaron un trago de un licor sacado del tonel del propio Baco.

Subimos hacia el pequeño pueblo de las Minas del Castillo para hacernos una foto ante las ruinas de la capilla donde los antiguos mineros y sus mujeres dejaron suspiros y plegarias a los pies de la Virgen.

El agua que el radar daba para las 4 se adelantó y con un cielo ya cubierto empezó a caer en pequeñas gotas cubriendo la sierra de misterio y embrujo, y con ese ambiente que lleva al ensimismamiento regresamos a los coches y a nuestras casitas con la incógnita de cuando las circunstancias nos proporcionaran un nuevo reencuentro, hasta entonces cuidaros y no perder la serenidad. Solo Dios es eterno.

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor

miércoles, 13 de enero de 2021

Puente Gadea al embalse del Corumbel Bajo. 9-1-2021

 Primera salida Andakanos 2021

Hace pocos días dejábamos atrás el 2020 con alivio pesaroso y entrabamos en el 2021 con esperanza templada. La señorita Filomena dejó su manto de armiño sobre tres cuartas partes de España, y en Sevilla 10 andakanos con frio y alegría partíamos al encuentro de otros 4 que nos esperaban en La Palma del Condado, el grupo ya completo nos dirigimos hacia el paraje de Gadea y allí en un recodo del puente del mismo nombre, dejamos los coches, para emprender el sendero por la futura vía verde, que otros tiempos fue la vía férrea que conducía los minerales de las minas de Río Tinto hasta el puerto de Huelva.

La ruta corre paralela al Río Tinto, único en el mundo en sus características que da a su entorno ese paisaje metálico donde los rojos, violáceos, ocres y grises se diluyen en matices infinitos, en el recorrido encontramos antiguos molinos aún en pie, que eran accionados por la fuerza del agua, donde los hombres del lugar cambiaban los granos en harina para el bendito pan, base de su alimentación.

En la ribera, la vegetación es pobre y solo sobreviven los eucaliptos traídos de las antípodas que se que se agarran a todos los terrenos. Caminamos lentos por ese paisaje mágico hasta que en un recodo del río tomamos otro sendero esta vez por un bosque de pinos donde la jara se prepara ya para su explosión blanca en primavera, subimos un pequeño repecho y dimos vista al pantano del Corumbel Bajo que, aunque bajo de nivel, no deja de dar al paisaje esa sonrisa que, los rayos del sol le sacan al agua en quietud.

Llegó el momento de buscar un rincón soleado para el picnic, y lo encontramos en la orilla del Tinto, donde pasamos un rato grato y nutritivo, no faltaron bombones, turrones, higos secos y mazapanes, vestigios de las pasadas fiestas.

Regresamos a los coches por el mismo camino, aunque la luz del sol ya en declive da matices nuevos al mismo paisaje, ya desde el puente divisamos en la cresta de las colinas, grupos de vacas pastando entre pinos aislados, lo que nos hizo volver al planeta Tierra por si alguno se había perdido en Marte. Y ya en tierra volvimos a los coches y a nuestras casitas contentos y agradecidos como siempre, de haber vivido un día hermoso y por qué no Feliz.

Fdo.: Blanca

Andakana Mayor