Sábado 29 de octubre
Este año 2022 los Andakanos abrimos el curso con en el campo
como de costumbre, Nos hemos ido al último fin de semana de octubre a disfrutar
de este primer encuentro entre vapores de vinos, bellas iglesias, nobles
palacios, plazas con encanto y mucho arte con connotaciones árabes que tanto
enriqueció nuestro patrimonio. ¿Qué donde está eso? Pues en Jerez de la
Frontera conocido en todo el mundo por sus caldos, su circuito y sus caballos.
Los 15 miembros del grupo nos reunimos en el área de
servicio de Los Palacios de la autovía de Cádiz, cuando el sol acababa de
romper la noche entre nubes grises y por el cielo cruzaban aves migratorias en
formación. Llegados a Jerez dejamos los coches en un parking de la Alameda Vieja,
al lado del Alcázar que era la primera visita programada, restaurada en parte,
la única nota de su cristianización son dos cánticos del rey Santo colocadas a
ambos lados de un sencillo altar. Muy interesante la restauración del molino
aceitero en la forma. Pasamos por los baños árabes, subimos a la terraza con
bellas vistas de Jerez, bajamos al aljibe, y paseamos por los jardines entre
arrayanes, romero y naranjos, atravesados por canalillos y fuentes para que no
falte la música humilde del agua.
La Puerta Real nos había dado paso al recinto, pero también fuimos
a ver la Puerta del Campo, custodiada por una estatua del rey Alfonso X, que
después de algunos desplazamientos vino a parar allí, con su cara más de santo
que de rey.
Nos fuimos a visitar la iglesia de San Miguel, una joyita
gótica que visitamos discretamente ya que estaba llena de fieles que
acompañaban a una pareja que se juraban amor eterno, aunque ahora no se sabe cuánto
dura esa eternidad.
Pasamos a la visita
de la Catedral, una mezcla de estilos superpuestos sin mucho atractivo, en el
interior 5 naves y algunas tallas de valor, Mari Trini tuvo la gentileza de
copiar los QR y leernos a los interesados las explicaciones pertinentes sobre
el rico patrimonio que contiene. En las salas del tesoro había obras de mucha
historia y valor artístico, señalaré el cuadro de la Virgen Niña de Zurbarán,
por la ternura e inocencia que trasmite, y la Custodia procesional de plata
exquisitamente labrada en sus tres metros de altura.
A reponer fuerzas nos fuimos a un restaurante cerca de la
Catedral, después de una larga sobremesa nos lanzamos al bochorno de las cinco
para callejear hasta la otra punta de la ciudad a buscar los coches, en una de
las callejuelas encontramos un remanso de Paz, en una iglesia de un convento de
clausura donde seis monjitas de blanco cantaban salmos al Santísimo Expuesto.
Para la que esto escribe fue emocionante encontrar en esas monjitas el mismo hábito
y ritual que hace muchos años ella vistió y vivió.
Llegamos al hotel La Parra cerca del aeropuerto muy
cansados, pero una buena ducha y un corto descanso nos permitió echar unas
risas en la cena pues nuestra buena ecónoma intentó colarle al camarero un
billete de 10€ por uno de 50, no funcionó, pero nos reímos mucho. Descanso
largo por el cambio de hora.
Domingo 30 de octubre.
Desayuno libre, a las 9,30 horas en los coches con las
maletas, primera visita a la Cartuja de Jerez, no fue lo que esperábamos algunos,
ya que solo pudimos ver las fachadas, la iglesia solo la abren para el culto.
En la ciudad aparcamos los coches y nos fuimos a visitar la
iglesia de Santo Domingo con un original techo gótico y su planta de martillo,
ya que el crucero le falta una nave, en su claustro también tiene un estilo
gótico tardío muy original, a continuación, seguimos admirando las bonitas
casas y palacios, destaca entre otras la de los Domecq por su entorno emblemático.
A las 12 nos fuimos a las bodegas Fundador, para una visita privada,
previamente concertada, donde una agradable joven nos explicó, recorriendo
varias naves los misterios y milagros de la uva que en el silencio, umbría y
quietud de las bodegas, ayudada con organismos invisibles se transforma en
exquisitos caldos, continuamos la visita en el museo, una gran nave donde están
expuestos todos los utensilios necesarios para llevar la una desde pisado hasta la botella, uno podría
quedarse allí horas ya que todo era interesante, pero pronto nos fuimos a la
prueba del vino, este año bastante reducida, un solo vino a catar, el preferido
por Isabel II de Inglaterra, una mezcla de 3 vinos blancos de Jerez y un Pedro Jiménez, dulce si estaba.
En otra ala de las bodegas teníamos el restaurante, degustamos varios platos
menos postres, que se pasan en el precio y no son caseros.
Para terminar el recorrido nos fuimos a la calle Larga y en
la plaza del mercado tomamos café con pastelitos, y volvimos a los coches, allí
nos despedimos y regresamos a Sevilla donde ya lucía en el cielo una hermosa
media luna.
Hemos echado de menos a Encarnita y el resto de los
ausentes, agradecemos a Enrique su buena organización, y a cada uno yo os
agradezco el cariño recibido.
Esperanza y paz para todos y que nos volvamos a ver pronto.
Fdo.: Blanca
Andakana Mayor.