viernes, 8 de julio de 2011

Andakanos por la “Ribeira Sacra”. 18 al 25 de junio de 2011.

Hay varias razones por las que llaman así a esta región de Galicia, que el grupo Andakano ha escogido para el ya clásico viaje de fin de curso.
Acoplados en un monovolumen de siete plazas unos, y los restantes en la casa rodante “La mejorana”, llegamos al pueblo de Parada de Sil con la última luz de la tarde, y en el restaurante que está frente a la fuente de los antiguos lavaderos, encontramos una agradable acogida y una buena cena, en vista de lo cual el “O Curtiñeiro” que así se llama el restaurante quedó adjudicado para el resto de las cenas.
La urbanización Rabacallo, donde teníamos el alojamiento está a algo más de 5 kms. del pueblo y ya entrada la noche bajamos entre sombras de castaños y robles hasta la casa,
allí nos llevamos algunas sorpresas, algunas mejor no comentarlas, todos sabemos cuales fueron, pero lo mejor el maravilloso emplazamiento de la casa, en una colina cubierta de bosque con la cinta verde-gris del río en el fondo.
El domingo empezamos el día po
niendo en orden la cocina, Juan hizo de fontanero de urgencia, lo que permitió prepararnos las viandas para el sendero, y por fin empezamos a caminar por un bosque precioso que nos llevó hasta el monasterio de Sta. Cristina, situado en un lugar mágico donde las piedras hablan de otros tiempos, cuando los monjes reemplazaron a los druidas y se retiraron a los bosques para orar y trabajar. Junto a la iglesia encontramos un castaño centenario, esculpido por los duendes, donde San Benito tiene instalado su altar, allí recibe ofrendas de lo más variadas, desde un calcetín a unos cigarrillos,
cosa que debe agradarle porque cambió el hábito negro por uno de vivos colores. Al final del sendero llegamos a Parada de Sil donde en un jardincillo que hay frente al bar, la maestra “Chin Cha Te”, nos dio la primera clase de Tai chi al grupo de los “Chin Chaos”, mientras los más sibaritas degustaban una sidra fresquita esperando la cena.
Otro de los días escogimos la ruta del cañón del río Mao, ruta que partía del pueblo de San Lourenzo, donde dejamos a cinco del grupo a los que les pareció algo dura, los más valientes acometimos con ánimo la subida, el sendero nos llevó por bosques, campos de viñedos y algunos tramos de camino asfaltado hasta llegar a una cima donde encontramos un mirador y una gran mesa de granito que nos sirvió para descansar, luego llegamos al pueblo de Forcas, donde dejamos la GR que traíamos y tomamos la ru
ta del cañón, más boscosa y agradable aunque para Loli se convirtió en la ruta del pánico, ya que gran parte de ella había que caminar por el muro de un antiguo canal al borde de un precipicio, al fondo teníamos el río que saltaba entre piedras y helechos, custodiado por paredes rocosas, magnificas vistas para los que pudimos disfrutarla, pero un suplicio para Loli.
Otro día nos fuimos para hacer una ruta circular que empezaba en un atractivo corredor boscoso para perderse luego en la maleza, el gps se volvió loco así que dimos marcha atrás y nos fuimos a un monasterio femenino, donde una angelical monjita nos enseñó la iglesia y nos vendió dulces, que unido a las pensiones de las mayores les
permiten vivir dulce y santamente.
El día cultural que dedicamos a la visita de Orense fue un éxito, primero visitamos la zona monumental muy animada por estar en fiestas, Enrique nos enseñó catedral e iglesias con pinceladas maestras para terminar un cuadro idílico con un baño en las pozas termales de Maimon para los que nos bañamos fue una gozada y para los que no un relax en los prados verdes que rodean las pozas, con el río Miño de fondo.
El día que tuvimos el paseo en catamarán por los cañones del Sil salimos a dar un paseo por los alrededores de la urbanización, descubrimos encantadores rincones donde los duendes juegan entre los helechos y las pequeñas cascadas de un riachuelo, luego nos fu
imos hacia el embarcadero de San Esteban donde subimos a la terraza del catamarán para disfrutar mejor de tan magnifico paisaje, una voz calida y pausada nos habló de la historia del lugar, sus monasterios y sus vinos, fue un recorrido precioso por lo más cerrado del cañón. De regreso a tierra nos fuimos al monasterio de San Esteban, hoy parador nacional, nos adentramos por sus claustros para salir a una colina cerca de los hornos donde los monjes cocían el pan, y entre hermosos robles comimos y descansamos, luego tomamos café en el parador y visitamos el monasterio y su iglesia, regresamos al atardecer al restaurante “O Curtiñeiro” donde nos esperaba un reconfortante y exquisito caldo gallego. Como terminamos pronto la cena subimos hasta el mirador de los balcones de Madrid, el sol había dejado en el horizonte una luz dorada que llenaba de magia ese lugar tan especial, así que nos apeteció compartir una meditación y la naturaleza de pronto guardó silencio, como si fuese la hora de buscar la oscuridad y en el vacío silencioso, oír el zumbido de las estrellas que embarga de júbilo el corazón y nos lleva a dar gracias por el insignificante lugar que ocupamos en la galaxia.
El viernes 24 celebramos el Santo de Juan y el cumple de María, un año más Loli nos regaló con sus estupendas poleas al final de la cena.
El 25 a las 7,30 todos en los coches para el camino de vuelta a casa. Un año más hemos disfrutado de unos días entrañables de convivencia, hemos caminado por la ribeira sacra y visitado casi todos sus monasterios, los pájaros nos han regalado sus trinos y el agua sus cantos, abedules, nogales, castaños, hayas y robles nos han regalado sus sombras.
Hemos disfrutado de un tiempo precioso, un viento refrescante y un sol generoso y ahora una vez más damos las gracias por haber nacido en esta galaxia, en este planeta y esta naturaleza que nos acompaña siempre. Gracias a la Vida y a cada uno de nosotros por ser diferentes en la unidad del Todo.
Fdo.: Blanca
Fotos: Maribel