Por fin
se animaron algunos andakanos que andaban aletargados, y pudimos juntarnos 18,
como en los mejores tiempos, el sábado 25 de enero de 2014.
Con un
día de viento fresco y cielo despejado nos dirigimos hacia Aracena. Después de
desayunar en “el Juanito” seguimos hasta Aguafría, donde se inició el sendero
entre dehesas de encinas por donde deambulaban esos animalitos de brillantes
hocicos y graciosos andares, de nombre más bien feo, pero de exquisito paladar.
Una
nube baja nos envolvió en un momento del recorrido y de la neblina surgieron escultóricos
troncos de castaños revestidos de ese tono verde que solo tiene el musgo cuando
lo abraza el sol.
Nos
acompañó en algunos trozos del camino el cantar del agua saltando por las
piedras de la rivera de Santa Ana, que nos llevó hasta el pueblo de Santa Ana la Real. En la fuente de
azulejos que hay a la entrada junto al lavadero popular, nos reunimos y decidimos
buscar un sitio donde consumir unas bebidas y comer cada uno su “pitanza”, así
lo hicimos debajo de una carpa en el patio de un bar cualquiera, donde incluso
tomamos café, y seguimos caminando esta vez buscando de nuevo Aguafría, donde
llegamos al toque de una campana, con mal tañer, que llamaba a Misa. Entramos
en la capilla y cantamos una Salve, como en los viejos tiempos. Despedida y
regreso a casa.
Un día
más tuvimos la suerte de recorrer esos caminos serranos donde la naturaleza nos
ofrece además de su belleza, ese espacio de silencio donde podemos contactar
con lo mejor de nosotros y conectar esa esencia Divina que nos une a todos. ¡Hasta
la próxima!
Fdo.:
Blanca
Andakana Mayor