Hoy tocaba el último sendero antes del Fin de Curso 2022. Para esta ocasión se coordinaron Juana y Justo para proponernos este sendero circular que tenía una longitud de poco más de 10 km. y un desnivel acumulado de unos 370 metros. Asistimos Juana, Rocío, Micaela, Alberto, Encarnita y Justo, Joaquín, Lola y José Mª, Enrique G.
Castaño del Robledo es un viejo
conocido nuestro porque cuenta con numerosos senderos que discurren entre
castañares y robledales, su altitud de 738 metros sobre el nivel del mar le
confiere un microclima que hace que tenga unos bonitos paisajes y muchos tipos
de árboles. Su casco urbano ha sido declarado Conjunto Histórico, y son de
apreciar las “solanas”, las calles empedradas, algunos ventanales y fachadas.
Destaca la imponente figura del “Monumento”, iglesia inacabada cuya
construcción se inició en 1788 y que pretendía ser la catedral de la Sierra de Aracena;
la Iglesia de Santiago El Mayor, construida en dos fases, una en el siglo XVI y
otra en el siglo XVIII, en su interior se encuentra el órgano barroco más
antiguo de la provincia de Huelva y donde celebró oficios el insigne Benito
Arias Montano. La población está dividida en tres núcleos de forma discontinua:
El principal, el Castañar y el Calvario. En una de las entradas, que en esta
ocasión no recorrimos, se encuentra la original plaza de toros que data de la
segunda mitad del siglo XIX. También hay diferentes fuentes y humilladeros.
Tiene una gastronomía singular basada en productos del cerdo ibérico, castañas
y productos hortícolas de sus destacadas huertas, como las papas del terreno;
también crecen amplias variedades de setas. En su momento tuvo su importancia
por ser confluencia de caminos a Jabugo, Santa Ana La Real, Alajar,
Fuenteheridos y Galaroza.
Dejamos los coches en el barrio
del Calvario y comenzamos nuestro camino pasando por el humilladero Cristo de
la Verónica, al poco tiempo divisamos a nuestra izquierda los pueblos de
Cortegana, El Repilado y Jabugo; como ya sabíamos, al seguir avanzando nos
encontramos con un suelo muy erosionado por las aguas torrenciales de dos años
antes; llegamos al cruce de los caminos que unen Fuenteheridos y Jabugo,
nosotros seguimos dirección Galaroza para al poco desviarnos a la izquierda
para subir un repecho de unos 400 metros para observar “el pino de la Atalaya”
un gran ejemplar del que se ha desgajado una gran rama que es más un árbol que
una rama y donde descansamos y disfrutamos de este fenómeno de la naturaleza.
Retrocedimos para continuar con el camino que nos llevaría hasta Galaroza donde
desembocamos en la carretera N-433. Caminamos un buen tramo de la carretera sin
entrar en el pueblo, hasta llegar a la “calleja” que nos haría retornar; la
Ribera de Jabugo estaba prácticamente sin agua pero el sendero tenía abundante
sombra que hizo muy llevadero el caminar en estas fechas calurosas. De regreso
pasamos por el barrio de El Calvario donde se encuentra la fuente de su mismo
nombre y llegamos al restaurante donde Juana había reservado y que ya
conocíamos. El almuerzo fue muy natural con exquisitos productos de la tierra y
estupenda relación calidad/precio. Luego nos acercamos a la plaza del Álamo, en
el centro de la población, para visitar el mercadillo con lo que dimos por
finalizada la jornada echando de menos una vez más a los amigos que no han
podido asistir.