lunes, 25 de marzo de 2019

Las Navas de la Concepción-Rivera Ciudadeja-Ermita de Belén-Camino del Túnel-Las Navas de la Concepción. 23-3-2019


Ruta circular de algo más de 14 km. de longitud que realizamos el 23 marzo 2019 Encarnita, Justo, Lola, Miguel, Concha, Damián, María y Enrique. Dos horas de coche nos toma recorrer la distancia de Sevilla hasta la Plaza de España de Las Navas de la Concepción. A la ida decidimos ir por la estrecha pero bonita carretera de montaña que nos hace pasar el “Embalse José Torán”, La Puebla de los Infantes y “Embalse del Retortillo”, en los que se echa de menos la falta de lluvia de estos últimos meses. Al llegar decidimos tomar un desayuno pues el tiempo transcurrido así lo pedía. Visitamos el exterior de la iglesia parroquial de La Purísima Concepción construida en el siglo XVIII y que posee una bonita torre de 20 metros de altitud y en la que se disponen cuatro campanas la “Jesús, María y “José” fundida en 1.620, la de “San Antonio” de 1.800, la de “San José” de 1890 y la de “Santa Matilde” de 1930.
El origen Las Navas (nombre que proviene de “las ondulaciones del terreno”) es debido a la instalación de un monasterio de la orden de San Basilio en el siglo XVI, posteriormente llegan colonos y forman el pueblo, dedicado a la cría de cerdos y producción de aceite.
Iniciamos nuestro sendero saliendo desde la Plaza de España, en leve descenso pasamos por el polideportivo enlazando por un camino denominado "Camino de la Ermita", hasta conectar con el arroyo de la Ciudadeja e ir paralelo a este arroyo que aunque no llevaba mucha agua disfrutamos de las pequeñas cascadas y su potente arboleda hasta llegar a la ermita de Belén, que es un edificio construido en la década de los pasados años ochenta de bonita factura pero que no pudimos visitar porque solo se abre en la época de la romería; está construido cerca del antiguo molino “Los Frailes” y rodeado de una frondosa vegetación, encinas, alcornoques, chopos, alisos, fresnos y adelfas. Aquí nos sentamos en su área recreativa para tomar nuestros bocadillos. A la hora y media de nuestra llegada partimos de regreso haciéndolo por el “camino del Túnel”, estando en su mayor recorrido tapado de vegetación, casi sin dejar entrar los rayos solares, con especies propias del bosque mediterráneo encontrándonos madroños, aladiernos, durillos, jara blanca, matagallos, cantuesas y madreselvas. La pena es que se notaba la falta de lluvia por lo que no disfrutamos de sus aromas. Luego pasamos por un terreno adehesado en donde la cría de cerdos y ovejas toma su protagonismo.
Una vez en el pueblo descansamos tomando un refrigerio en un bar de la Plaza España. Hacemos el regreso por la carretera que va a Constantina que es más ancha pero, eso sí, con bastantes curvas. A las dos horas llegamos a nuestros destinos cansados pero contentos por haber disfrutado de una bonita jornada.
Fdo.: Enrique
Andakano Nuevo Guía




miércoles, 20 de marzo de 2019

Ribera del Huezna, ermita Nuestra Sra. Del Monte. 9-3-2019


“Salve reina del Monte, a tus pies rendidos los andakanos cantan, uniéndose a los pájaros, el viento, y el agua a esa Virgen Morena que desde su atalaya protege y bendice al pueblo de Cazalla”.
Si, allí estábamos los nueve andakanos que el sábado 9 de marzo de 2019 salimos nuevamente en tren desde Sevilla para esa sierra morena llena de rincones con encanto, y ya desde el tren fuimos viendo las jaras donde como mariposas blancas resplandecientes sus flores llenaban el campo.
La estación ruinosa quedó allí en su abandono y nosotros emprendimos el sendero del camino del corcho que corre paralelo al río Huezna, por un bosque de galería lleno de embrujo, con sus plantas trepadoras abrazadas a los viejos álamos desnudos, sus zarzas, los arbustillos en flor, las praderas salpicadas de margaritas y botones de oro.
El trino de los pájaros y el susurro del agua repitiendo su eterna canción…, que cada cual interpreta a su manera, pero que casi siempre habla de la vida, el paso del tiempo, del alma y su anhelo de eternidad.
Seguimos caminando hasta encontrar el punto de retorno, y ahí empezó la aventura pues tuvimos que trepar hasta la vía del tren pisando picudas piedras, o bien saltando de una traviesa a otra, no 100 metros, no, casi 1 km, hasta encontrar un camino que nos subiría hasta la ermita de Santa María del Monte, y no una subida cualquiera, sino una bien empinada de tierra seca y resbaladiza, pero no es propio de los andakanos abandonar los obstáculos, así que arriba, cada uno a su ritmo fuimos llegando hasta la verja que Juan Manuel saltó para buscar al santero, y fue la santera la que nos abrió sorprendida. La recompensa fue la acogida materna de la Sra. Del Monte en su aureola de luz.
El santero nos enseñó el camarín y el vestuario de la Virgen, con trajes, mantos, coronas y alhajas. Por fortuna tenía el santero un arcón con cerveza fresquita, y cerveza en mano nos fuimos de picnic a la pradera vecina y a la sombra de los árboles recuperamos fuerzas para emprender el regreso, que fue por un camino bastante escabroso donde las zarzas trabaron a más de uno, haciendo que besara la tierra, también hubo subidas y bajadas, saltos de vallas, hasta encontrar el puente que nos llevó a u sendero estrecho y agradable que nos condujo hasta la estación donde nos esperaba nuestro tren, al que subimos presurosos buscando un descanso.
A la hora prevista el tren nos trajo de regreso a Sevilla, contentos como siempre de haber disfrutado de un hermoso día primaveral.
¡Hasta el próximo!
Fdo.: Blanca
Andakana Mayor.


domingo, 3 de marzo de 2019

Aracena Linares por la “Molinilla” y regreso. 23-2-2019


El sábado 23 de febrero, ocho andakanos salimos de Sevilla para darnos un nuevo baño de naturaleza y amistad, en Aracena se nos unieron Paquita y Juan para gran alegría de todos, deseosos de compartir con ellos ese día.
El andakano guía y su esposa andan por otros parajes en su mágica casa con ruedas, así que fuimos guiados por el segundo guía, Enrique por el camino de “La Molinilla”, que parte de Aracena hacia Linares. Al principio del sendero encontramos varios caseríos blancos con sus huertas, sus perros custodios que nos saludaban al pasar, y sus gallinas picoteando en los prados.
La temperatura primaveral ha despertado a las flores silvestres que forman coloridas alfombras y así entre grandes árboles de sombra que forman galerías acolchadas  y travesías  por dehesas de encinas llegamos pronto a Linares donde tuvimos tiempo de visitar sus rincones más típicos: lavaderos, plaza de la fuente, callejuelas empedradas, para terminar en la plaza de toros donde teníamos reservada una mesa para “la tapita”.
Después de una larga sobremesa tomamos el camino de vuelta por otro sendero, algo más abrupto con algunas subiditas graciosas que superamos con facilidad, en su trayecto nos acompañó un pequeño curso de agua, el arroyo Plamencia que se alimenta del manantial del “Tío Cano”, un susurro alegre en una sierra sedienta.
Al llegar a Aracena nos esperaba María Paquita y Juan que habían vuelto en coche con los deliciosos pasteles de Rufino, y nos sentamos a tomar café, para terminar el día con dulzura. Nos despedimos de la pareja serrana y los ocho regresamos a Sevilla acompañados por un cielo dorado y rojizo de un precioso atardecer.
¡Hasta la próxima!
Fdo.: Blanca
Andakana Mayor