La
silueta de la sierra estaba coronada por la luz dorada del atardecer, que
descendía hasta las aguas quietas del pantano dándole esos tonos metálicos que
van del oro al infinito, con esta espectacular puesta de sol, que dejó un
rastro rojizo en el horizonte, cerramos la primera salida de los andakanos en
este recién estrenado 2015.
Fuimos
13, entre ellos Miguel “restaurado” y feliz de poder acercarse a la naturaleza
entre amigos que lo quieren.
Esta
vez recuperamos la Sierra Norte y nos fuimos hasta Las Navas de la Concepción
por una carretera que cortaba paisajes con matices todavía otoñales y bordeando
en parte el embalse del Retortillo.
En
Las Navas dejamos los coches y emprendimos un sendero por la rivera del
Ciudadeja con sus álamos esbeltos y pelados y su abundante y variada vegetación.
En unas dehesas hermosos cerdos dormitaban al sol y en otras las ovejas con
corderos a punto del destete, pastaban en prados brillantes de verdor. Llegamos
hasta la ermita de Nuestra Señora de Belén en un recodo del río donde había una
explanada para el reposo y recreo, como era pronto para la comida, empezamos el
camino de vuelta acompañados por el canto del agua que entre piedras y maleza
bajaba en busca del embalse, nosotros también buscamos un sitio soleado para
comer y sin pararnos mucho porque hacía frío, continuamos tranquilamente el
camino hacia los coches. En el bar de la esquina nos paramos para un café que
acompañamos con los restos navideños con que Loli nos endulza cada nuevo año. Y
ahora sí, regresamos a Sevilla acompañados por esa hermosa despedida del sol
con la que comencé esta reseña.
Paz
a todos.
Fdo.:
Blanca
Andakana
Mayor