¿Algunos de los andakanos habituales de los sábados no se apuntaron por miedo al calor? Pues tuvimos un clima de lo mas agradable con ese viento fresquito meciendo las copas de los árboles y los cirros formando alas de ángeles en el alto cielo.
Salimos solo 4 de Sevilla, y en
Galaroza donde dejamos los coches, se unieron otros 4, desde allí emprendimos
camino hacia el castaño, pero antes de entrar en el sendero, la Andakana Mayor
perdió la suela de una bota y…¿?pues con la ayuda de la tendera de los jamones
que nos dio una cuerda, y el ingenio de Encarnita para asegurarla bien, la bota
quedó para el combate, y pudimos comenzar a caminar.
Entramos por el camino alto que
asciende lentamente por un bosque de castaños, monte bajo, plantas aromáticas y
flores, esta vez aparecieron los lirios, con sus trajes morados envidia de
Salomón. Desde la cima que habíamos alcanzado vislumbramos Cortegana en el
hueco de dos picos, y más abajo Jabugo con sus secaderos. Llegamos a la ermita
del Cristo, antes de llegar a la venta de María, donde nos sentamos cómodamente
rodeados de plantas para comer lo que diera el día, nada del otro mundo, pero estábamos
tan bien allí que nos costó arrancar.
Nos pusimos en marcha bajando por
el sendero sombreado que sigue el curso de la ribera del Jabugo y cuando llegamos
a Galaroza nos sentamos en el barecito de la carretera para tomar café. Fue una
jornada más de disfrute entre amigos, de naturaleza hermosa y esa sierra que te
sorprende en lo cercano y te atrae con su horizonte lejano donde se pierde las
formas y entramos en el misterio de lo infinito.
Fdo.: Blanca
Andakana Mayor.