El
último sábado de abril bajo árboles vestidos de flores, 11 andakanos nos
reunimos en esa mañana azul para salir hacia Linares de la Sierra, donde
dejamos los coches, allí mismo al amparo de una encina con faldas de margaritas
amarillas nos hicimos la foto de salida.
Nuestro
sendero, o más bien relajante paseo circular, discurría en torno al cerro
Molinillo, fue un relax para el cuerpo y un regalo para los sentidos, la vista
la recreamos en las alfombras de flores amarillas, blancas, lilas o moradas
extendidas bajo las encinas, en las flores de jara pringosa, jaguarzo, retamas,
ginestas, brezos, leguminosas y el espectáculo hermoso de los Quercus en flor.
El
oído nos trajo el canto del agua, el trino de los pajarillos y el susurro del viento meciendo las ramas, también el olfato
fue obsequiado con el aroma de los azahares, celindas, paraísos, y esas
humildes plantas olorosas escondidas en la exuberante vegetación. A la hora de
la comida habíamos llegado al pueblo de Linares que respira su ancestral
esencia conservando sus costumbres y viviendo en armonía con la naturaleza, allí
buscamos un bar donde nos pusimos “moraos” de productos locales con café y
chupito incluidos, y una conversación variada y nutritiva que hizo que la
comida se extendiera hasta las 5 de la tarde.
Allí
en la puerta del bar nos despedimos y regresamos a nuestros hogares contentos
una vez más del encuentro amistoso. Gracias a cada uno por aportar su granito
de arena, a la vida que nos ha hecho coincidir en el tiempo y el espacio y
gracias sobre todo a Dios que está siempre presente.
Feliz
feria, este año de mayo, a todos.
Fdo.:
Blanca
Andakana
Mayor