Cuando las brumas de otoño
Llevan el alma a soñar
Algo nos está diciendo
Que llega la Navidad.
La palabra Navidad, encierra misterio y magia, pero por encima de todo es la fiesta de la luz “Era la luz en las tinieblas” que vino a unirse a las saturnales romanas que eran las fiestas del Sol, y así cada año con el Niño nos nace un nuevo “Sol”, y por encima de todos los estropicios que cometemos los humanos llevamos en nosotros esa ansia de luz y por eso… los Andakanos casi al completo, nos reunimos entorno a un fuego para celebrar esa luz al calor de la amistad. Fue el 19-20 de diciembre en un cortijo perdido entre Arcos de la Frontera, Bornos y El Bosque, llamado “Cortijo Barrancos”. Primero fue la cena sencilla pero estupenda: sopita caliente, verdura natural y postre casero, en un magnifico salón que nos transportó a la edad media, luego atravesamos un patio con emparrado desnudo que dejaba entrar el frío, pero también las estrellas, nos acurrucamos entorno a la chimenea y nos olvidamos del frío. Sonaron villancicos, muy conseguidos este año con la ayuda de quien hemos nombrado director musical del grupo ”Juan Manué” y… un año más Encarnita y Justo repartieron la fototarjeta de Navidad donde apreciamos algunos andakanos derramados por la sierra camino de Belem ese que puede estar en cualquier lugar, y… emoción, emoción, este año han sido “las marquesonas” Mercedes y Blanca las que han recibido el título por su buen hacer como senderistas, el regalo transmite arte y psicología al estar hecho con mucho cariño, una foto compuesta o tocada por la magia, sus cabezas se pierden en un maravilloso atardecer entre el cielo y la tierra, el lugar donde ellos ya se encuentran, gracias.
El domingo 20 amaneció frío, frío, pero luminoso y después de un abundante desayuno casero, canto de la salve a la virgen de la capilla del cortijo, e intercambio de impresiones con el dueño nos dirigimos a Villamartín, un pueblo más de la sierra de Cádiz, pero un pueblo con un patrimonio arqueológico singular.
Nos acompañó a la visita el arqueólogo del ayuntamiento, José Mª Gutiérrez López al que nuestro asesor cultural Enrique había contactado previamente. Comenzamos por el templo parroquial de Sta. Mª de las Virtudes, monumento significativo de la época fundacional del pueblo, allá por el año 1503 y que contiene algunas obras de arte.
Luego fuimos a un balcón abierto a un hermoso paisaje, es el lugar donde se fundó el pueblo y lo llaman “Torre Vieja”, un poco más arriba visitamos una excavación arqueológica que por razones varias no está terminada ni abierta al público, pero que aporta datos interesantes sobre los orígenes del lugar.
Siguiente visita, el mueso arqueológico, el edificio tosco y rotundo, se derrama por una loma con cuatro alturas o pisos. En el interior se encuentran piezas de hueso, metal, cerámica y sobre todo piedras, encontradas por la zona y pertenecientes algunas a los ajuares funerarios encontrados en el lugar que visitamos enseguida, “El dolmen de Alberite” monumento clave de nuestra visita al lugar. Está fechado con carbono 14 entorno al siglo cuatro antes de Cristo, con sus más de 20 metros de largo es sino el más grande de Europa si uno de los más grandes. Así que con viento fresco que soplaba fuerte, nos fuimos desde allí a un bar de Villamartín del que no recuerdo el nombre, pero en el que comimos muy bien por cierto, y desde allí ya con el estomago arropado y el alma satisfecha por una convivencia hermosa, nos despedimos augurándonos todos:
Paz y felicidad.
Fdo. Blanca