martes, 16 de noviembre de 2010

Al amigo que nos dejó

Amigo Javi:
El pasado jueves llamaste a Loli preguntándole donde estábamos a ver si podíamos vernos; estuvimos sentados en la terraza de un bar frente al Nervión Plaza, tomándonos una cerveza sin alcohol y tú comentaste “¿Quién lo iba a decir, yo tomando una “sin”. Con la entereza, sencillez y tranquilidad que te caracterizaban nos comentaste que el sábado te intervenían otra vez y que para mitigar los dolores estabas a base de nolotil y parche de morfina, circunstancias que no reflejaban el buen aspecto que presentabas en ese momento. Cuando ya dijiste que era la hora de marcharte a casa porque andabas despacio y tardabas un tiempo, nos despedimos, creo que más cordialmente que nunca, porque ya nos imaginamos algo.
A los dos días vino el fatal desenlace y en cuanto nos enteramos por Encarnita, comprendí que el gesto de querer vernos el jueves era como un a modo de despedirte del grupo, representado en este caso por nosotros, que éramos los que te pillábamos más cerca, grupo por cierto al que le distes nombre con el ingenio que te caracterizaba.
Siempre recordaré cuando tu y yo íbamos por los senderos delante del grupo, charlando acerca de nuestras particulares visiones de todo lo divino y humano y cuyas ideas compartíamos; y doy fe que nunca tuviste un mal gesto ni comentaste nada negativo sobre nadie, tú a tu bola y sin problemas.
En fin, creo que ninguno del grupo te olvidará, tus bromas, lo dispuesto que estabas siempre para servir a todos cuando nos sentábamos a tomar algo en un bar, y tu delicadeza al fumar un cigarrillo, que te alejabas para no molestar a nadie y después sacabas tu cajita y guardabas la colilla, así como la de botellas de plástico que te he visto recoger por los senderos -ecologista 100 por 100-.
Tu recuerdo permanecerá en nosotros y uno de los momentos importantes será en las sucesivas cenas de Navidad, rememorando tus estupendas caracterizaciones.
Siempre en nuestros corazones. Adiós.
Miguel.

lunes, 15 de noviembre de 2010

DOMINGO 14 DE NOVIEMBRE 2010

Hoy ha sido un día raro, amaneció nublado, oscuro, amenazando lluvia, pero nosotros, dispuestos a hacer nuestro sendero nos reunimos como siempre.

Cuando llegaron Justo y Encarnita nos saludaron con una malísima noticia, nuestro amigo Javier había fallecido; de golpe desaparecieron las ganas de todo y aunque lo esperábamos, pero, claro, no tan pronto. ¡Siempre parece pronto!

En ese momento se decidió cambiar los planes y acercarnos al Tanatorio para pasar un ratito con la familia.

Pero él hubiera querido que fuéramos de senderismo y se decidió por un sendero corto y cerca de Sevilla.

La elección fue acertada, el paisaje difuminado, brumoso, con la lluvia cayendo insistente, pero con un encanto especial al recordar cada momento que hemos pasado juntos y lo que él disfrutaba de todos y cada uno de los días que había salida.

Amigo Javi, descansa en paz, y allí dónde estés ve buscando senderos (con Cruz Campo, por supuesto) para que podamos reunirnos, cuando nos vaya tocando a cada uno, para así poder seguir caminando juntos.

Maribel de la Brena

IN MEMORIAM

Querido Javi:

Hoy una vez más has vuelto a adelantarte, paso a paso pero lo has vuelto a hacer, has llegado el primero a ese collado del último sol, nosotros, todos nosotros simplemente te hemos visto partir inexorablemente y esta vez nadie, nadie ha podido ir deshaciendo caminos y recodos para encontrarte, hoy tu has hecho cima en soledad, solo tú has tocado ese punto geodésico, puerta de infinitos caminos celestes.

Hoy hemos brindado por ti con esa cruzcampo que tanto te gustaba y,¿ recuerdas? eras capaz de encontrarla en los sitios mas insospechados, querido Javi ,sabes ahora cuando nada ya se escapa a la verdad, cuando ya nada te espanta, cuanto te extrañaremos, cuanto echaremos de menos tus bromas,¿te acuerdas aquella noche en aquel restaurante de Torla? Habíamos ido a cenar después de terminar nuestra ruta, buena comida, buena bebida, risas y bromas compartidas, nos hiciste salir cautelosamente uno a uno pero es que ¡previamente habías dicho a los camareros que nos iríamos sin pagar ¡.Y tus detalles ¿recuerdas una noche creo en Cazorla, eran las tantísimas, todo cerrado, alguien comentó que se tomaría unas croquetas calentitas, sin que nos diésemos cuenta tú desapareces y de pronto¡¡¡¡Voilà rico plato de croquetas!!!!! de donde salieron, misterios por resolver, tus detalles, Javi, aún guardo con cariño una pequeña concha de jabón que nos regalaste porque si a las “niñas” y ¿recuerdas la subida al Mulhacén por la cara norte?

¡Dios mío¡ ¿Cómo se te ocurrió llevar y de donde sacaste aquel envase de ¡¡¡5 litros de tinto!!!!? Pues lo subiste Vereda de la Estrella arriba, Valdeinfiernos arriba, Laguna de la Mosca arriba, Javi , Javi , las cosas de Javi .Y tu cara y tu alegría cuando hicimos la cumbre ¿te acuerdas?.

Hoy hemos hecho nuestro sendero, el primero sin ti, andakano, vendrán muchos mas y muchas navidades y muchos fines de curso, espéranos sentado en cualquier roca celeste, nosotros mientras tanto ¿recuerdas, recuerdas, recuerdas………..?

Hasta siempre amigo.

Domingo 14 de noviembre de 2010

Fdo.: Encarnita.


martes, 26 de octubre de 2010

NAVAHERMOSA A FUENTE DE LA TEJA

Domingo 24 de Octubre del 2010

Un sol esplendoroso, temperatura admirable, colores, olores del camino, nos hicieron disfrutar de un hermoso día otoñal.

Comenzamos la ruta en Navahermosa, después de dejar los coches, hacia la Fuente de la Teja y contemplando el paisaje íbamos dejando a nuestro paso madroños, chopos, álamos, castaños, jara, orégano... con ésta mezcla de colorido y olor llegamos a la Fuente , una poza pequeña que derivaba en un arroyuelo aún más pequeño. El sonido del agua y el canto de algún pajarito nos alegro este rato de contemplación.

Seguimos camino, encontrándonos con que estaba cortado por una casa en construcción, al escuchar ladrar a los perros, salió el dueño una combinación extraña entre hippy de los 60 y trabajador,, que nos explicó que el camino era por allí, y aunque la ruta está en Internet, aquello era su finca. Después de explicarnos un poco de su vida nos dirigió hacia dónde teníamos que seguir, pero como haciéndonos un favor porque le habíamos caído bien. Era todo un personaje, solitario y extraño pero con ganas de hablar.

Continuamos nuestro camino encontrando al principio mucha vegetación que se estaba comiendo el sendero, luego fue despejándose y pudimos respirar el aire puro y ver el paisaje que seguía el curso del rió, fue un verdadero disfrute para los sentidos.

Llegamos a la explanada dónde dejamos los coches y debajo de un hermoso chopo, al cobijo de su sombra, comimos, sesteamos y contemplamos las hojas de los álamos temblones que como si fueran miles de mariposas atrapadas en sus ramas revoloteaban hasta desprenderse y suavemente se posaban en el suelo, formando una alfombra amarillenta.

Terminamos éste fantástico día, tomando café y pasteles en Aracena, como es ya habitual, en los días que los senderos son por la sierra de Aracena, y como siempre también en armonía y buen humor.

Maribel

domingo, 10 de octubre de 2010

Propuesta de calendario de rutas para el curso 2010-11

10 al 12/10 Genalguacil.

- Inicio de curso, frustrado por la meteorología, se queda reducido a una comida de confraternización en Fuenteheridos.

24/10(Domingo) Sierra de Aracena.

- Navahermosa a la Fuente de la Teja. Circular de 5,5 kms. y un desnivel maximo de unos 100 metros, dificultad baja.

14/11(Domingo) Villaluenga.

- El torcal de Cancha Bermeja. Circular 14 kms. y un desnivel máximo de 160 metros y acumulado de 310 metros, dificultad baja-media

28/11(Domingo) Valdelarco.

- Barranco del pueblo. Circular 7 kms. y un desnivel de unos 200 metros, dificultad baja-media.

18 al 19/12 Navidad Senderista. Por determinar

8/1 El Gastor

- Ascenso al peñón Algarín.Circular 5 kms. desnivel de unos 400 metros, dificultad media-alta.

22/1 Cañaveral de León.

- Ribera de Hinojales. Lineal de 5,5 kms en cada sentido, en total 11 kms. entre ida y vuelta, desnivel 125 metros de bajada en la ida y de subida en la vuelta, dificultad baja-media.

12/2 Cartagima.

- Por los Riscos de Cartagima. Circular 5,5 kms. desnivel de unos 240 metros, dificultad media.

26/2 El Bosque.

- Colada de El Bosque-Camino del Espino. Lineal de 8,5 kms. en cada sentido, haremos solo ida y dejaremos un vehículo en el otro extremo, desnivel 180 m., dificultad baja-media.

12/3 Montejaque.

- Subida al Pico Ventana. Circular de 8,6 kms., desnivel de 535 metros, dificultad media-alta.

26/3 Ubrique.

- Visita a la angostura del pajaruco. Lineal 3 kms. desnivel de menos de 100 metros. Dificultad baja.

9/4 El Bosque.

- Subida al Torreón. Lineal 3 kms. desnivel 772 metros. Dificultad alta.

23/4 Se suspende coincide con la Semana Santa

14/5 Benaocaz.

- Benaocaz a las fuentes del río Hondon. Lineal 4,5 kms. desnivel algo más de 300 metros de bajada en la ida y de subida a la vuelta. Dificultad media.

28/5 Sierra de Aracena.

- Galaroza a El Castañar. Lineal 6 kms. desnivel 195 metros. Dificultad baja-media.

18 al 25/6 Fin de curso pendiente de determinar.

sábado, 21 de agosto de 2010

Fin de curso en el Valle del Jerte 20 al 26 de junio de 2010



Valle del Jerte 20 al 26 de junio de 2010.

“El agua siempre nos habla pero nunca se repite”. Con esta frase de Octavio Paz, leída en el centro de interpretación del P.N. de Monfragüe quiero empezar este breve resumen del fin de curso 2010.
Como el agua, los andakanos vamos por los senderos que nos hablan y nunca se repiten. Este año fue elegido el Valle del Jerte para nuestra convivencia anual, ese lugar de Extremadura donde en primavera acuden miles de visitantes para contemplar la blanca belleza del cerezo en flor. Entre las ramas de esos cerezos, ahora cargado de rojos frutos, hemos descubierto rincones escondidos de belleza insospechada, donde el agua en su lenguaje cambiante ha sido la principal protagonista.
El primer día que salimos de sendero, partimos de un lugar cercano al pueblo de Cabezuela del Valle, donde nos habíamos instalados cómodamente en la “Casa Vieja”, que nos acogió con una caja de cerezas “California” que se han quedado para siempre en nuestro recuerdo, como las mejores cerezas del mundo y de ello pueden dar fe “los mejoranos”.
Comenzamos el sendero del que hablaba, visitando el centro de interpretación de la reserva natural “Garganta de los infiernos” por donde discurría nuestra ruta, allí tuvimos una idea sobre flora, fauna y paisajes del valle que discurre entre la sierra de Tormantos y la Trasierra de Gredos, que hace 350 millones de años era un valle glaciar.
El camino nos llevó entre robles melojos, piornales serranos y pastizales alpinos, alternándose con bosques de helechos, espinos y escobas según la altura. A medio camino encontramos una subida que nos llevó hasta el mirador “Chorrera de la Virgen”, decidimos subir y pasamos un buen rato contemplando el paisaje donde en la pared del espeso bosque se divisaba un hilo brillante que en tiempo de lluvias se convierte en cascada dando nombre al lugar, también hicimos fotos comimos frutas y almendras, y Blanca compartió con el grupo los amores con un “Tortugo” que dejó triste y solitario en las islas Galápagos, y que según Maribel le ha cambiado el chip ¿?
Bajando ya del mirador encontramos el bosque de ribera; alisos, fresnos y sauces que nos protegieron con sus sombras de un sol abrazador. Llegamos al plato fuerte de la excursión, “Los Pilones”, unas formaciones de granito donde el cantar del agua y la danza de los cantos rodados han formado con el tiempo. La transparencia del agua y la belleza singular de aquel lugar nos atrajo tanto que la mayoría del grupo decidió quedarse para disfrutarlo, solo los más intrépidos, siguieron camino arriba hacia la “Garganta chica” que según contaron también les valió la pena.
Otro de los días programados para sendero nos dirigimos al monasterio de Yuste, donde acometimos un ascenso entre robles y hermosos castaños vestidos de “estrellas”, luego se nos perdió el sendero y nos abrimos paso entre matorrales, verdes helechos, jaras y unas pequeñas flores de color púrpura y esbeltos tallos, que nuestra experta en plantas clasificó como endémicas. Este sendero perdido nos llevó a una pista alta desde donde la vista se perdía en un paisaje infinito. La vegetación fue cambiando y el calor apretando, encontramos plantas tan sugestivas como la manzanilla de monte, con sus botones aterciopelados de un amarillo intenso, desnudas de pétalos y abiertas al sol, también pasamos un bosquecillo de retama en flor muy hermoso, con estas bellezas mitigamos el calor de la solana hasta encontrar un sendero que atravesaba un bosque de robles y que nos condujo de nuevo al Monasterio donde nos refrescamos, comimos y descansamos.
Ya por la tarde entramos en ese lugar silencioso y austero donde el rey más poderoso de España terminó sus días en recogimiento y sencillez. Aunque casi todos conocíamos el lugar nos agradó mucho visitarlo de nuevo.
El tercero y último sendero nos llevó a las “cascadas de las Nogaledas”, partimos de Navaconcejo por un sendero sombreado y fresco con el canto del agua como fondo, pronto el tono del agua se fue intensificando y pronto nos sorprendió la primera cascada. Nos quedamos boquiabiertos ante tal belleza, cada uno de nosotros al leer esto recordará el lugar y revivirá el momento y los momentos que vendrían después, ya que las cascadas se repetían a lo largo del recorrido cada una distinta pero iguales en belleza.
Pocos seguimos camino arriba hacia la meta que nos habíamos marcado, pues el embrujo de las cascadas y sus pozas nos atrapó hacia otros deleites, los que llegamos arriba nos refrescamos en la umbría de la cascada alta, y en vez de bajar por la pista a pleno sol, regresamos por el mismo camino y nos unimos al baño en la cascada más hermosa. Allí nos refrescamos todos y luego los “niños” se fueron a comprar carne al pueblo dejando a las “niñas” a la custodia de Enrique. Cuando el “guardián” salió del agua se calzó sus botas, dio pie para una simpática foto y… a partir de ahí se produjo el desmadre más inocente que si la foto así… que si asa… vean, vean y comprueben, lástima que las imágenes no están acompañadas de las risas que provocaron. Cuando llegamos a la “Casa Vieja” ya olía a carne, que Joaquín había comprado y preparado ayudado por sus 3 pinches.
Por la tarde bien duchados y dormidos nos fuimos a Tornavacas, el pueblo más alto del valle desde un mirador contemplamos el valle al completo, divisando hasta Plasencia y su embalse, aunque la tarde estaba brumosa y la visión borrosa. En el pueblo encontramos casas típicas, entre ellas aquella en la que pernoctó Carlos V camino de Yuste. En el puente de piedra los lugareños mayores estaban tomando el fresco, mientras los jóvenes regresaban en coche con la cosecha del día. No era un pueblo agradable, ya que estaba poco cuidado y había mucho trasiego de coches por sus calles estrechas. La tormenta llegó por la noche y las cascadas bajaron al pueblo, así que el viernes cambiamos el sendero previsto de otras cascadas por visitas culturales. Primero nos fuimos a Cáparra un enclave romano en las inmediaciones de Plasencia, visita muy interesante que comenzó con un video en el centro de interpretación que nos trasladó a la ciudad tal como era en su tiempo. Cuando la lluvia nos dejó paseamos por las ruinas y excavaciones donde siguen trabajando, lo más singular del lugar es un arco tetrapilo que, aunque desnudo, se conserva bien, y bajo el cual pasaba la auténtica Vía de la Plata.
Posteriormente nos fuimos a Hervás, pueblo famoso por su judería bien conservada, con sus casas de ladrillos y tejas y sus calles estrechas, coronando el conjunto la iglesia de Santa María, desde cuyo mirador se puede contemplar la ciudad y su entorno. Una curiosidad del lugar es la que llaman “casa de las flores”, en realidad más que flores son plantas que un “artista aficionado” ha hecho crecer en recipientes tan pequeños como dedales, conchas y caracoles de mar, y cualquier otro recipiente de lo más insólito, y que luce con orgullo en el patio delantero de su casa.
Como se va haciendo largo este resumen diré solo que las visitas culturales además de las mencionadas fueron Guadalupe y Plasencia, con sus múltiples monumentos por los que Enrique nos condujo con “maestría”. Trujillo que estaba previsto en el día de regreso, quedó felizmente reemplazado por una visita improvisada al P.N. de Monfragüe, que creo, fue muy apreciada por todos. Un año más fue un éxito el cierre del curso, descubrimos o miramos con ojos nuevos esos tres preciosos valles de Extremadura, el de Ambroz con sus castaños centenarios cubiertos de flores, el del Jerte con sus míticas cerezas y el de la Vera con ese pimentón que tan buen sabor da allí donde toca con moderación.
No quiero cerrar este escrito memoria, sin mencionar la noche de S. Juan en la que María, vio por primera vez la luz, y a Juan lo bautizaron con el nombre del bautista, lo celebramos con buen vino, embutidos y quesos del lugar, con sencillez y mucho cariño.
Gracias a cada uno de nosotros por ser únicos y juntos lograr un grupo armonioso, gracias a la vida que nos ha dado tanto y gracias a Dios por la grandeza de su obra en la que nos da cabida a todos.
Junio 2010. Blanca.
Fotos: Justo

jueves, 15 de abril de 2010

Igualeja a Parauta. 10-4-2010

Los actos sociales propios de la primavera, hicieron que los Andakanos pudieran contarse con los dedos de una mano en la salida del sábado diez de abril, hacia el Valle del Genal.
El día amaneció despejado pero con viento fuerte de levante, lo que acarreo no pocas nubes por la parte visitada. Los trigales verdes y densos, como niños a los que se les deja de ver un tiempo estaban muy crecidos y como alguien dijo, “son como un inmenso mar verde”.
Desayunamos a base de manteca, hígado y aceite, pues como dice haber leído nuestro “jefe” que el desayuno hay que hacerlo a base de grasas, y ya bien engrasados nos fuimos en busca de la carretera de Igualeja. La sierra en esta zona se vuelve más solitaria y desnuda casi desierta. Al llegar y dejar los coches, el canto del agua nos fue llevando hasta el nacimiento del río Genal, en una pequeña cueva surge la vida en forma de agua cristalina que se desliza en pequeñas cascadas escalonadas hasta coger su cauce y seguir su camino hacia el mar. El lugar es tan hermoso que no sé que parte de su belleza podrán captar las cámaras de nuestros fotógrafos.
Seguimos por un pequeño callejón empinado hasta llegar a la zona de huertos en la falda del pueblo, en ellos había sembradas patatas, guisantes, cebollas. Habas y alcauciles, no tocamos nada, y seguimos subiendo, pronto el sendero se volvió más estrecho entre grandes pitas, chumberas y enredaderas, en los descensos hacia el valle, prados de vincas azules mezclados con el amarillo de la genista, pintaban un cuadro impresionista, seguimos subiendo con calma hasta encontrarnos con una zona de tierra rojiza y castaños desnudos, el sendero nos llevó hacia el arroyo “Granaos” y una vez cruzado fuimos ascendiendo hasta el pueblo de Parauta, cenit de nuestra ruta, callejeamos buscando un bar para refrescarnos con una cervecita, pasamos la calle de los 24 escalones donde los sábados ensayan los verdiales, pero allí solo se escuchaba música rock de los años 60, eso si, junto al ayuntamiento encontramos el bar donde nos tomamos la cerveza acompañada de aceitunas verdes y bistelitos en salsa.
De nuevo marcha hacia el arroyo donde encontramos un sitio al reparo del viento para comer y descansar. Entre los árboles verdes propios de riberas, destacaban algunos cerezos en flor que llenaban de luz el entorno.
A lo lejos divisamos otros pueblos del valle ya visitados en otras ocasiones, custodiados por la gran mole de piedra grisácea del monte Armola. Es un rincón precioso de esta Andalucía nuestra tan desconocida para muchos, y que nosotros tenemos el gusto y la suerte de conocer, gracias a Dios, a la vida y a aquellos que hacemos posible su disfrute en amistad y armonía.
Fdo.: Blanca . Foto: Encarnita

domingo, 4 de abril de 2010

El Repilado a La Nava. 27-3-2010

Nueva cita de andakanos en la explanada del Lope de Vega, mientras nos reagrupamos, los pájaros cantaban su propio himno a la primavera desde los hermosos árboles traídos de América en el 29.
Nos fuimos hacia El Repilado donde nos esperaban Pedro y Fernando, en total éramos ocho. Que raro no hubo foto de salida, que fue a la derecha del puente sobre el río Caliente a la salida del pueblo, el sendero paralelo al río nos llevaría a La Nava. El aire limpio y fresco, el ángel de la primavera había esparcido numerosas florecillas por los prados y bosques, el río saltaba obstáculos con alegre melodía, que los pajarillos acompañaban con sus trinos.
Un poco más adelante el río nos cortó el paso, primer obstáculo que habría que salvar, en ello estábamos cuando un paisano que trabajaba en su huerto, nos indicó un pequeño cambio que reduciría el paso del río de 3 a 1 vez. Fue un encuentro simpático, ya que el hombre gran conocedor de la zona, nos contó anécdotas interesantes con esa sabiduría propia de los que viven en armonía con la naturaleza. Encontramos más adelante la rueda colgada de un árbol que nos indicaba por donde continuaba el camino, pronto vimos como el río estaba de nuevo allí cortándonos el sendero, algunos investigaron un posible paso saltando piedras, pero no hubo manera, así que botas fuera, el agua nos cubría por encima de los tobillos, no estaba caliente pero tampoco demasiado fría, las chinitas del fondo nos dieron un masajito plantar y todos contentos. Ya nos disponíamos a continuar, cuando Fernando echó de menos su mochila, vio con sorpresa que estaba en la otra orilla, y mientras nos reíamos con ganas, él resignado empezó de nuevo a desatar sus botas.
Pasamos la vía del tren que va a Zafra, y un km antes de llegar a la Nava nos encontramos ante una capilla cuadrada, fisgoneamos por un ventanuco de aireación y vimos un crucificado, en el fondo una cerámica con una inscripción que no supimos descifrar, por mucho que Pedro de rodillas en el “sardiné” implorara el don de la interpretación. En la Nava nos tomamos una cervecita con boquerones que nos supieron a gloria, otros indagaron sobre el Cristo de la ermita. Le llaman sencillamente el Cristo, pero su apellido es de “los caminantes”, pues donde se encuentra emplazada la ermita parten cinco caminos, es también el lugar donde van de romería los del pueblo, así que nosotros hicimos nuestra propia romería y volvimos al lugar para consumir nuestros bocadillos y disfrutar de un descanso al solecito.
Maribel y Mercedes se quedaron en el Cristo, los demás regresamos al Repilado por el mismo camino, Allí Pedro y Fernando se despidieron y los demás volvimos a la Nava a recoger a las niñas. Nos fuimos hacia Aracena para tomar café y pasteles, justo antes de entrar en el pueblo el coche de Joaquín se puso malito. Le diagnosticaron rotura de correa. La eficacia de Mapfre quedó de manifiesto, en media hora estaba allí la grúa y un taxi monovolumen para llevar a Joaquín a la puerta de su casa en Sevilla. Le tocó a Justo repartir a las niñas por la capital, fue un “city tour” inesperado, pero una vez más se puso de manifiesto la generosidad de nuestros conductores. La primera salida de primavera 2010 había concluido, en el cielo de Sevilla lucía una hermosa luna, y el olor a azahar embriagaba el aire. Feliz Semana Santa.
Fdo.: Blanca

jueves, 25 de marzo de 2010

Grazalema a la cueva de las dos puertas. 13-3-2010

Las circunstancias meteorológicas han tenido a los Andakanos lejos de los senderos por una temporada. Por eso este sábado, 13 de marzo, fue un reencuentro especialmente gozoso, aumentado por la aparición de dos antiguos andarines que nos sorprendió gratamente. Eran Pedro y Fernando, esos dos “niños sabios” que andan por los caminos arrancándoles confidencias a piedras y plantas.
Nos fuimos en busca de la cueva de las dos puertas en la sierra de Grazalema. Saludamos con alegría el paisaje transformado por la abundante lluvia y la cercanía de la primavera; los verdes eran más puros, las lagunas formadas en los campos servían de espejo a los árboles y casas, la silueta de la sierra aparecía detrás de una neblina transparente que te hacía sentir esa realidad oculta de un mundo nuevo que nace cada día.
Dejamos los coches en Grazalema y nos fuimos en busca del sendero, que primero nos llevó al “Santo”, un monumento moderno y feo coronado por un Sagrado Corazón, estilo Río, al que el pueblo llama “El Santo”, la naturaleza eso si se ocupó de prestar una hermosa peana de piedra caliza en forma de montículo sobre la cual agruparon unos bloques en forma de torre. La siguiente parada fue en la Ermita del Calvario, lo que queda de ella son cuatro paredes y un campanario, la guerra civil se encargó de destruir esa obra sencilla del siglo XVII donde culminaba un Vía Crucis que partía desde la iglesia del pueblo, su silueta desvalida se divisa desde el pueblo en medio de un bosquecillo de pinos, recordando a los creyentes que entre la tierra y el cielo está el camino del Calvario, que cada uno debe recorrer en la vida para llegar a la plenitud.
Reconfortados por el sol y el descanso en la ermita, emprendimos esta vez en serio el camino hacia la cueva, al principio teníamos algunas señales que indicaban vagamente el sendero, pero pronto nos encontramos desperdigados en un pedregal de caliza con múltiples oquedades en las cuales se hundían nuestros bastones. Nuestro guía, subía y bajaba buscando el sendero perdido, y no sé si fue el GPS o su buen instinto terminó por encontrarlo, aunque siguió siendo un sendero dificultoso hasta llegar a la cima, unos 1235 metros sobre el nivel del mar.
Una vez en la cumbre y después de caminar un buen rato por la cresta, fuimos rodeando por la cara noroeste hasta encontrar la cueva, que más que una cueva parecía un puente ya que sus dos puertas son casi iguales de amplias, la puerta interior sirve de marco a un cuadro tan real como es el pueblo de Grazalema acurrucado en el valle y protegido por su sierra. Fue un hermoso premio el sentir como el aire fresco y puro nos abría el corazón y la mente, dilatándose en un horizonte donde la inmensidad no parece tener limites; y también fue un premio después del esfuerzo degustar nuestro bocadillo al respaldo del viento en un lateral de la cueva. Algunos tenían prisa por volver a Sevilla, así que descendimos todos, además allí arriba corría fresquillo. Nos despedimos de la mitad del grupo, y los cinco restantes nos fuimos a buscar no cuevas sino pasteles para acompañar un café calentito. Fue estupendo compartir un rato “dulcemente” amigable después del esfuerzo. Al salir de Grazalema ya con la luz mágica del atardecer alguien dijo, “hoy no vemos ponerse el sol” con tanta sierra, y así lo aceptamos, pero el sol es amigo de su amigos y a la vuelta de una curva allí estaba crecido y ataviado con su magnifico traje rojo oriental, fue un hola y adiós, pero tan intensos que su belleza persistió en nuestra retina hasta que su luz dio paso a las estrellas, y para entonces ya estábamos en Sevilla. Gracias a Dios, a la vida, y a la naturaleza, por tan hermoso día, y gracias a nosotros todos por saber compartir el valor de la amistad.

Texto fdo.: Blanca. Foto: Cueva de las dos puertas. Justo

viernes, 5 de febrero de 2010

Camino del Ferrocarril. (El Ronquillo)


El día amaneció nublado, plomizo., frío. La humedad se percibía al respirar. Apetecía cualquier cosa menos salir al campo. Pero había un compromiso, y sobre todo las ganas de estar con los amigos a los que, por mi mala cabeza, hacia tiempo que no veía. Así que con el mejor animo, me encamine al ya tradicional “punto de encuentro”.

Saludos sinceros, abrazos cordiales, y la ya esperada “bronca” de mi amigo Justo, que por eso mismo de ser mi amigo siempre me suena a una cordial bienvenida.

Reparto en los coches, y ala, una vez mas a la carretera, con esa emoción, que produce el conocer algo nuevo, y la ilusión decorrer otra “aventura” que representa cualquier salida senderista.

Por el camino, el cielo seguía muy cerrado, incluso algunas gotas en el parabrisa del coche, no auguraba nada bueno, pero la fe de nuestro “director” en el meteorólogo, continuaba inquebrantable. Al final se salio con la suya, y el día sin ser radiante, dio su juego.

Por fin El Ronquillo, y a partir de sus últimas casas, una carretera sinuosa y llena de curvas, que se desploma ladera abajo, nos condujo hasta nuestro destino, el pantano de La Minilla, por cuya orilla, bordeándola, yo diría que casi dibujándola, correrá nuestra ruta.

El camino sigue el trazado de un antiguo ferrocarril minero. Es ancho, llano, sin ninguna dificultad, tontorrón, para los amantes de las cumbres, pero aquel día, con un encanto único, con algo especial y mágico, que fuimos descubriendo a medida que nos fuimos adentrando en el sendero. Estaba pavimentado de espejos. Si, parecía mentira, pero era cierto. Espejos líquidos, puestos allí, unos dirán que por casualidad, otros pensaran que por la propia naturaleza. Yo tengo mi propia versión, creo que los puso Alguien que nos quiso hacer un buen regalo.

El regalo del paisaje reflejado. Reflejos. El regalo de las nubes, femeninas ellas y por lo tanto coquetas, viniendo a acicalarse antes de continuar su camino arrastradas por el viento .Reflejos. La vegetación duplicada en la superficie y hasta los mismos senderistas. Reflejos. Si algo puede resumir esta excursión son los reflejos.

Al salir de un recodo, se nos presenta un espectáculo, que por si mismo podría justificar toda la excursión. Las nubes generosas se abren para dejar pasar un potente rayo de sol que a su vez deja en su camino una variedad increíble de tonos rosas, blancos, azules, grises…imposibles de reproducir en una paleta de pintor, y todo ese conjunto de luz y color, reflejado en la superficie del agua. La naturaleza en todo su esplendor ante nosotros. Reflejos.

Al final del camino, nos acercamos hasta la fuente, que a algunos sobre todo a los ciclistas, nos trajo agradables recuerdos de otros tiempos, porque sus aguas mitigaron en mas de una ocasión, nuestras “ penalidades “.

De regreso, paramos para reponer fuerzas, a la orilla del pantano, sobre una lengua de tierra cubierta por una alfombra de fina hierba, que se adentraba en el agua, y que nos permitió hacernos la ilusión de estar comiendo sobre la cubierta de un original “trasatlántico”.

En el pueblo, obligada parada, para terminar la tarde con los correspondientes cafés, y sobretodo y lo más importante, ese ultimo ratito de charla, que no tiene precio.
De vuelta a casa, a la caída de la tarde pudimos extasiarnos con el espectáculo increíble de un sol desplomándose tras las colinas, dejando tras de si, una infinidad cromática, no se si como despedida o como invitación a volver lo antes posible, a ese querido pueblo del Ronquillo.

Fdo: Paco

viernes, 15 de enero de 2010

El Pinsapar de Grazalema. 9-1-2010

Al reducido grupo de Andakanos se agregaron otros 5 amantes de la Naturaleza, amigos de las decanas, para realizar una ruta “10”, la primera de este año recién nacido. Con una mañana limpia y luminosa nos pusimos en marcha hacia El Bosque, para recoger el permiso de visita y desayunar.
El paisaje nos fue deleitando con sus colinas verdes donde el agua recién caída dibujaba surcos buscando su cauce, pronto divisamos las siluetas azuladas de la sierra y en los valles esos mares de nubes blancas y ligeras que nos transportan al origen del universo cuando todo estaba incontaminado.
En Benamahoma dejamos uno de los coches y nos acoplamos en los otros dos hasta cerca de Grazalema donde empezamos la ruta,…esa ruta “10” por si misma, le agregamos dos puntos más ya que la nieve la había vestido de hada, era la ruta del pinsapar para la que Justo había pedido el permiso de visita un mes antes. El cielo y la tierra se confabularon para que los amantes de la Naturaleza pasaran un día inolvidable.
Empezamos el ascenso abrigados hasta los ojos, dado las previsiones meteorológicas, pero pronto entramos en calor y fuimos quitándonos capas, el sol nos acompañó en todo momento. Cuando llegamos al Puerto de las Cumbres y giramos a la cara norte, el frío nos acogió con un cariñoso abrazo junto a una magnifica vista del bosque del pinsapar y la figura poderosa del San Cristóbal. Poco a poco nos fuimos adentrando en el bosque de pinsapos envueltos en su silencio milenario, los pinsapitos vestidos de blanco formaban con sus ramas una danza de estrellas enlazadas, y los ancianos derrotados por el tiempo yacían sin vida formando extrañas figuras zoomórficas que la nieve retenida en sus ramas y huecos hacia resaltar. Así ensimismados o recogiendo imágenes con las cámaras recorrimos el pinsapar y salimos a la pista que desciende hasta Benamahoma acompañados por el cantar del agua que descendía alegre entre las piedras, dispuesta a recomenzar su ciclo. No le faltaba encanto a esta segunda parte del sendero, al resguardo de la cadena rocosa del Torreón, los verdes en sus múltiples matices se iluminaban con el dorado de los robles que el sol de la tarde hacía resaltar, y tampoco faltó la alegre nota del espino albar con sus bolitas rojas y las vacas rojizas con sus terneros pastando en los prados. Saludamos al río Benamahoma en su cuna y al entrar en el pueblo un mosaico en la pared nos recordó que allá por el siglo XIX el romántico ingles Richard Ford recorrió esos parajes, quedando tan impresionado por su belleza que dio su apoyo para que se reconociera el pinsapar como primer parque natural de España.
En torno a un café reforzamos los lazos de amistad que nos unen recordando a los ausentes con cariño, y deseando que la energía recibida y la vivencia de ese hermoso día nos acompañen en el caminar del día a día.
Fdo.: Blanca