Esta vez la salida de los andakanos muy próxima de la
anterior, tenía matices diferentes, en Sevilla no lucía el sol sino que estaba
cubierto por un manto de nubes bajas y grises, y el grupo se había reducido a
seis.
Con buen ánimo como siempre nos fuimos hacia Aracena y como
aperitivo al desayuno esta vez tocó la visita cultural a Las Pajanosas,
recorriendo su avenida principal con sus negocios varios y sobre todo sus
conocidos restaurantes.
El sol detrás de las nubes abrió algunos claros matizando de
tonos suaves las verdes dehesas de encinas y alcornoques. Las nubes siguieron
ganando terreno haciendo desaparecer la silueta de Aracena donde hicimos una
parada para recoger a Paquita y Juan que se unieron al grupo. A la salida de
Aracena, dejamos los coches y buscamos el camino que nos conduciría a Linares
de la Sierra. Las condiciones meteorológicas hicieron que este camino fuera un
paseo mágico con paisajes encantados donde habitan seres que nos acompañan sin
ser vistos pero si intuidos, a los que los niños llaman duendes, hadas o elfos
y que a los adultos nos llevan a encontrarnos con ese niño que todos llevamos
dentro. Cada recodo del camino era como una puerta hacia un espacio de silencio
o susurros que cada cual podía explorar a su antojo.
Y llegamos a Linares donde nos dimos un tiempo para recorrer
sus calles con sus balcones con flores, sus empedrados artísticos en las
puertas de las casas, y esa fuente de 4 caños que lleva el agua de la sierra a
los abrevaderos y a los lavaderos, donde antaño las mujeres lavaban la ropa y
entrelazaban palabras para formar historias que se perpetúan porque son el
tejido con el que se envuelve la vida. Comimos de lujo en el restaurante el “Balcón de Linares”, amigos de Juan, al
calorcito de la chimenea, y volvimos al camino dejando el pueblo escondido en
su valle ente prados y agua.
En el último tramo del camino apareció el sol, esta vez atravesamos
dehesas privadas y huertas bien cuidadas, paisaje menos abrupto pero también
interesante.
Volvimos a Sevilla encantados una vez más de ese contacto,
esta vez mágico con la naturaleza y os animo a todos a no faltar en la próxima
salida que será maravillosa.
Que Dios os guarde, como dicen en mi pueblo.
Fdo.: Blanca
Andakana Mayor