domingo, 30 de noviembre de 2014

El Castañar-Santa Ana La Real. Domingo 23 noviembre 2014

Una nueva jornada de senderismo pudimos disfrutar este día. Como la Andakana Mayor no pudo asistir me ha tocado hacer una breve reseña. La jornada era insegura, con posibilidad de lluvia, quizás por eso sólo asistimos cinco personas. Nos desplazamos en un solo vehículo. El desayuno lo hicimos en la venta Juanito nuestro sitio habitual cuando vamos a la Sierra de Aracena. Llegamos al Castañar, barriada de Castaño de Robledo y aquí iniciamos el sendero hacia Santa Ana La Real, que es una continuación natural al que hicimos el pasado 24 de mayo desde Galaroza hasta este lugar. El cielo encapotado no nos impidió admirar los paisajes que el otoño nos regala con las arboledas y praderas teñidas de múltiples colores. Ya próximos a Santa Ana La Real nos sorprende que el camino ha desaparecido por la erosión de diferentes riadas por lo que aprovechando que empieza a acompañarnos una leve lluvia no hacemos por buscar caminos alternativos y regresamos sobre nuestros pasos. Una vez en Castaño de Robledo reponemos fuerzas en un bar del centro del pueblo cuyo dueño no destaca por su amabilidad. Eso sí muy oportuna la decisión de regresar ya que cumpliéndose las previsiones meteorológicas descargó un buen aguacero mientras comíamos. Desde aquí nos desplazamos a Aracena para hacer una buena merendola a base de cafés y pasteles. En definitiva, mereció la pena animarse a venir.


Enrique

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Benaocaz, diente del diablo y fuentes del Chiquero y Ojito Nogal. 8-11-2014

Una mañana otoñal luminosa y fresca en Sevilla, 8 andakanos salimos hacia Benaocaz para hacer un sendero circular que alguien colgó en la red y que a Justo le pareció fácil y atractivo. Hasta El Bosque, dond paramos para desayunar fuimos envueltos en un mar de nubes bajas que nos impidió disfrutar del paisaje, pero una vez allí, el cielo quedó limpio y nos dejó ver ese paisaje silencioso y solemne de la sierra de Grazalema. La noche anterior había llovido mucho y la tierra rezumaba agua por todas partes. Empezamos a caminar por la derecha del pueblo y pronto nos encontramos con el “Diente del Diablo”, un desgajo de roca que se desprendió del macizo quedando sujeta en la base en forma de un colmillo gigante, de ahí su nombre, había también otras formaciones curiosas.
En la subida cómoda pero constante el pueblo se fue empequeñeciendo y el paisaje ampliándose con sus paredones grises donde los buitres tienen sus moradas, también fueron apareciendo siluetas de pueblos y brillos de pantanos en la lejanía, y ente las piedras grises pequeñas praderitas que con el sol brillaban como joyas las gotas de agua atrapadas en la hierba, ente piedras se fue perdiendo el camino, tampoco faltaron vallas que nos impedían el paso, buscamos una fuente que no encontramos.
Al saltar uno de los arroyos, Encarnita que tenía las suelas muy gastadas resbaló y se metió en el agua hasta la barriga, pero antes de ver si ella tenía algún daño se le oyó decir: ¡mi cámara… mi cámara!, así que los expertos auxiliaban a la cámara, mientras los demás nos ocupamos de Encarnita, por fortuna solo el remojón que le dejó el cuerpo destemplado para el resto del día.
Gracias al GPS no estábamos perdidos, pero teníamos un gran obstáculo, que nos llevó a tiempos pasados y nos hizo más sabrosa la aventura, una valla bastante alta y tensa sobre un murete de piedras nos cortó el paso, pero recordando que una valla se puede doblegar allá nos fuimos a buscar su punto débil, y con maestría los valientes andakanos la saltamos, una vez salvado el obstáculo fue la hora de reponer fuerzas y buscamos un sitio ideal donde cada cual encontró su piedra. El cielo se había ido llenando de nubes grises cada vez más densas, así que sin pararnos mucho comenzamos el descenso que también tuvo sus dificultades, hasta encontrar por fin un senderito bien despejado que nos llevó al pueblo donde pudimos calentarnos con un café. Uno de los coches se fue para El Bosque, donde Enrique tenía que hacer gestiones de casas rurales para la Navidad, los demás nos volvimos para Sevilla cuando la luz de la tarde cubría las colinas de un dorado especial. El día terminaba cuando llegábamos a Sevilla contentos de haber disfrutado de una sabrosa aventura por una naturaleza siempre sorprendente en su belleza.
Fdo.: Blanca
Andakana Mayor

lunes, 3 de noviembre de 2014

Inicio de curso en la Sierra de Aracena 25 y 26 de octubre de 2014

Con el deseo de encontrar de nuevo amplios horizontes y reanudar nuestro contacto grupal con la naturaleza, los Andakanos hemos abierto el nuevo curso con un fin de semana esplendido en la sierra de Aracena.
El sábado 25 de octubre nos dimos cita en el acogedor hotelito de Valdezufre, ya conocido, la primera ruta partió de Aracena y nos dirigimos al Poblado Celta, en el termino de El Castañuelo, el sendero transcurrió por colinas de eucaliptos, algunos de ellos muy jóvenes, vestidos de plata, que hacían el aire más respirable con su olor balsámico. Más allá del camino, la sierra se perdía en un horizonte dibujado con montículos suaves sobre un cielo apuntalado por el sol. Unos paneles nos anunciaron, al pie de una colina vallada, que habíamos llegado a la meta y cada uno empezó a buscar indicios de ese supuesto poblado celta, y si, encontramos los restos de un poblado de planta rectangular, agrupado en torno a una vieja encina que encaramada en las piedras hace las veces de iglesia y campanario, alrededor matorrales y encinas se distribuyen armónicamente en la pradera de un verde tierno y luminoso. Abajo derramado en el verde el pueblo blanco de El Castañuelo, la vista era espectacular.
En aquel lugar donde en el siglo V antes de Cristo ya hubo una presencia humana nos instalamos para el almuerzo y algunos hasta encontraron su alcoba para la siesta. Regresamos por el mismo sendero hasta Aracena, nos trasladamos al hotel donde tuvimos tiempo libre hasta la cena que fue animada y exquisita.
El domingo 26, después de un buen desayuno, nos fuimos con los coches a Cortelazor la Real, donde iniciamos la ruta, al pasar por la iglesia nos encontramos con la santera, que se ofreció a enseñárnosla, una iglesia muy bien cuidada del siglo XVI y remodelada más tarde, conserva unos frescos interesantes detrás del retablo mayor. Descendimos por un empedrado camino, que serpenteaba entre huertas, hasta  salir a la dehesa de encinas, donde al pasar por alguna finca los simpáticos cochinillos corrían a saludarnos, y así entre subidas y bajadas llegamos hasta Corterrangel, pero esa no era nuestra meta, así que continuamos esta vez por el asfalto hasta El Castañuelo, ese pueblo blanco que veíamos el sábado desde las alturas. Es un pueblo serrano con su zona de casas antiguas de piedra, su lavadero y fuente y otra zona moderna de casas adosadas, en conjunto un lugar agradable y sombreado con un senderito que nos llevó entre huertos y frutales hasta un punto donde corría u arroyo, allí nuestro andakano guía nos deleitó con un trago de vino y unas patatas fritas que nos supieron no a sudor del cargador que tenía la espalda empapada, sino a gloria bendita. Repuestas las fuerzas retomamos el camino de vuelta, un poco durillo por el calor intenso impropio para la fecha, pero con la ilusión de una cerveza fresca a la llegada lo soportamos mejor, y pronto dimos vista al bonito mesón “Los Madroños” donde además de la cerveza degustamos otros manjares serranos.
Regresamos a Sevilla satisfechos, los que no pudieron estar fueron muy recordados. Que este primer contacto del grupo en un marco serrano incomparable nos sirva de acicate para otros reencuentros acentuando los lazos de respeto y cariño y nos haga crecer en armonía y paz.
Fdo.: Blanca

La Andakana Mayor