Las fotografías de los tres expertos Encarnita, Joaquín y Justo, hablan por si solas. El paisaje de una gran belleza y una explosión de color, pues con la primavera en pleno auge se hace notar en el campo con sus mezclas de colores y olores.
El calor hizo mella en nuestros cuerpos, que perezosos llegaron a las fuentes dónde pudimos respirar un poco de frescor y remojar en sus frescas aguas nuestros cansados pies.
Comimos placidamente a la sombra de un olivo, charlando animadamente para luego terminar en un dulce sopor en la hora de la siesta.
Justo y Enrique, con su buen criterio, decidieron ir a buscar los coches mientras que el resto por una ruta alternativa bastante mas corta y fácil, íbamos hacia el punto dónde nos recogieron.
Terminamos este caluroso y hermoso día en el Bosque tomando refrescos, dulces y café, siempre con buen humor y disfrutando del fresquito del atardecer y dejando atrás el cansancio y el calor.
Yo particularmente llegué reventada pero como siempre me pasa no me arrepiento de ir porque me encuentro feliz de poder disfrutar de la naturaleza con un grupo de amigos de los de verdad.
