lunes, 28 de junio de 2021

Fin de Curso en la Alpujarra. Lunes 7 de junio de 2021

 A pesar de la incertidumbre a la que estábamos sometidos con la pandemia del COVID-19 finalmente hemos podido realizar nuestra salida senderista del verano 2021; planeó sobre nosotros conformarnos con una salida de convivencia análoga a la del 17 de junio del año pasado en La Dehesa de Abajo donde disfrutamos de un campestre almuerzo pero nada que ver con nuestra tradición.

Hemos elegido como destino Fin de Curso 2021 “Las Alpujarras” y se han podido apuntar Encarnita y Justo; Lola y Miguel; Mari Trini y Juan Manuel; Mercedes P. y José Francisco; María G. y Joaquín; Mercedes F.; María y Enrique, es decir, un total de trece amigos.

El lunes 7 de junio a las 8,30 horas partimos desde la gasolinera de Cepsa de la calle Pino Albar y paramos a desayunar en todo un clásico como es “Don Polvorón” de Estepa. Aquí tomaron posesión de la tesorería Mercedes F. y Mari Trini, a las que desde aquí agradecemos su buena labor. No faltó adquirir unos ricos mantecados para dar cuenta de ellos en el momento oportuno. Continuamos nuestro viaje hasta llegar a nuestra primera sorpresa “Soportújar” que nadie conocíamos. Mientras recorríamos este pintoresco pueblo nos pusimos al día de lo que fue la idiosincrasia de La Alpujarra que aunque estuvieron habitadas por romanos y visigodos fueros los musulmanes los que le dieron su aspecto actual. Los moriscos granadinos se recluyeron en este lado de Sierra Nevada cuando el Reino de Granada cayó ante los Reyes Católicos en 1.492 pero aquí supieron instalarse y sembraron los campos de árboles frutales, cultivos en terrazas convirtiendo las laderas en auténticos vergeles, haciendo canales y acequias durante ochenta años hasta que fueron expulsados a otras regiones de la península a raíz de la “Rebelión de los Moriscos”. Únicamente dos familias de cada pueblo pudieron permanecer con el cometido de enseñar a los nuevos habitantes llegados de Galicia y Castilla la forma de trabajar y cultivar estas tierras. El pueblo de Soportújar fue repoblado por personas de origen gallego trayendo sus costumbres y leyendas sobre meigas, aquelarres y rituales y hoy los vecinos del pueblo han transformado las leyendas en “reclamo turístico” denominándose el “pueblo de las brujas”. Visitamos la “Cabeza de la Baba Yaga”, la “Fuente de la Fertilidad” y sobre todo el bonito mirador de “El Embrujo” con la famosa fuente de las dos brujas y el caldero donde nos hicimos fotos para el recuerdo y desde el que se disfrutaba de unas vistas sobre la sierra magníficas; luego llegó el turno del mirador del Aquelarre donde se supone que se llevaban a cabo los aquelarres y rituales iniciáticos. Las calles guardando la típica estética de los pueblos alpujarreños con retorcidas callejuelas, sus “terraos” que son cubiertas planas de las casas con sus chimeneas en forma de obús de cuatro ojos con un sombrerete plano y los “tinaos” que son unos pasadizos sostenidos por vigas. Queda para otro viaje visitar el centro de meditación budista “O Sel Ling” al que se puede ir andando en más de tres horas o por carretera. Nos marchamos de este pueblo con el agradable sabor de haber iniciado el viaje con “buen pie” llegando a Pampaneira, primer pueblo del Barranco de Poqueira, para comer en el restaurante Casa Julio que habíamos reservado previamente. Nos tenían preparado un menú de dos platos y postre que podían elegirse al gusto de cada uno y casi todos tomamos el cocido de hinojos que tan celebrado y recordado era por muchos de los asistentes. No faltó la sopa alpujarreña y el típico plato alpujarreño de patatas a lo pobre, cebolla, pimientos verdes, huevos fritos, morcilla, chorizo y jamón. Después de reposar el almuerzo nos dirigimos a Bubión, otro de los pueblos pintorescos del Barranco de Poqueira, para tomar posesión de nuestro alojamiento en el Hotel Villa de Bubión que nos dejó muy satisfechos excepto la lentitud del recepcionista en dar las llaves de las villas.

Aquí no acabó el día ya que todos estábamos deseando hacer más cosas así que aprovechando que el día es largo nos desplazamos a Pitres para realizar un pequeño sendero que nos llevó hasta una cascada del río Bermejo conocida por “El Chorreón”. Nuevamente fotos que nos permitirá recordar tan agradable momento con la naturaleza, aquí la temperatura bajó y la alta humedad hizo que algunas personas se protegieran del cambio de temperatura. Hecho el recorrido inverso hasta los coches decidimos cenar en el hotel de Bubión y así no alargar más el día; fue una cena tranquila, reposada y satisfactoria.

Fdo.: Enrique y María

Martes 8 de junio de 2021, sendero del río Trevélez

 En la mañana de este día 8 de Junio, reconfortados con un suculento desayuno en Las Villas de Bubión, partimos hacia Trevélez, por una carretera muy estrecha con abundantes curvas y ciclistas, para hacer el  sendero programado.

Hemos subido hasta la parte de en medio y aparcado debajo de un hermoso y frondoso Tilo, al lado de una excelente fuente.

Después de la foto de salida y despedirnos de Mercedes y José francisco, que se quedaron en el pueblo, iniciamos el sendero junto al rio Trevélez cuajado de rosas silvestres, mejoranas, peonías y preciosas coronillas, bajo los tilos junto a chopos, fresnos y cerezos cargados con sus rojos y apetitosos frutos. Destaca el contraste del rojo de las amapolas y el amarillo de las coronillas.

A continuación se abre la naturaleza aún más y vemos chopos negros y moreras de las que comentamos que lleva un gran desfase en tiempo de maduración respecto a las de Sevilla, en las que el fruto ya ha madurado y caído, mientras que aquí está empezando a apuntar.

En un punto del precioso y sombreado camino, el rio se derrama sobre un pequeño valle formando multitud de riachuelos, dando lugar a una sensación de frescor inigualable. Al finalizar el valle se van cerrando sus cursos y vuelven al torrente principal, dejando detrás un manto de verdor y belleza sin par.

Continuamos el sendero con dirección a Jerez del Marquesado, buscando el Horcajo o confluencia de otros dos cuya fusión dará lugar al rio Trevélez. Así entramos en el Parque Nacional de Sierra Nevada, donde encontramos un árbol muy peculiar llamado SALI de donde se obtiene la base de la aspirina (Ácido Acetil Salicílico).

La descripción de todo el panorama vegetal como siempre corre a cargo de nuestra querida Encarnita que no escatima esfuerzos para darnos una clase magistral cada vez que le solicitamos su opinión. Gracias Encarnita.

Sobre el camino y su transcurso, Justo, ayudado por Enrique, nos mantienen puntualmente informados y sin perdida. Nos indican ahora que hemos llegado al Puente De Los 14 Ojos. Los más incrédulos nos pusimos a contarlos para comprobar si el nombre era correcto. Lo era.

Al final no pudimos llegar al Horcajo por estar anegado el sendero, repusimos fuerzas con los bocadillos y dimos buena cuenta de las botas de vino. Ya en Trevélez recogimos a José Francisco y Mercedes, tomamos un café y nos pusimos en marcha para visitar Pampanéira, pueblo muy turístico donde sobresalía la iglesia de Santa Cruz.

Una vez duchados y arreglados, nos fuimos al pueblo de Bubión a degustar una excelente cena, el plato más solicitado fue la sopa alpujarreña.

Fdo.: Juan M. y Mari Trini

Miércoles 9 de junio de 2021, Las acequias de Mecina-Bombarón

 

Amanece de nuevo para el grupo de senderismo Andakano. 

Estamos en uno de los pueblos más bonitos del imponente Barranco de Poquéira en Las Alpujarras granadinas, espléndido y deslumbrante, con el Mulhacén asomándose mientras ve por donde escurren sus aguas como lágrimas que no volverán.

De entre los tres pueblos que se asoman a dicho barranco, estamos en Bubión, a nuestra derecha e izquierda tenemos Pampanéira por debajo y Capiléira en su parte más alta.

Después de desayunar en compañía de nuestros amigos senderistas, nos dirigimos a Mecina-Bombaron desde el que comenzaremos la Ruta de las Acequias. 

Una vez en el pueblo, buscamos el inicio de la ruta entre sus muy empinadas calles, y llegamos a la plaza donde aparcamos.  El recorrido hasta dicha plaza fue corto por no decir vertical en la que los coches son sometidos a una dura prueba por la falta de costumbre ante cuestas tan duras.

Costó algo de trabajo colocar los coches en la plaza totalmente ocupada. Allí nos encontramos con una señora que a todos nos parecía de avanzada edad, 😖 regando sus preciosas macetas y con la que mantuvimos una conversación sobre sus bonitas plantas y los habitantes del pueblo, escasos según nos explicó; como anécdota me sorprendió que había nacido en la misma casa donde vivía desde hacía más de 80 años. !Entrañable señora¡

Comenzamos el sendero por calles que ponían a prueba nuestra capacidad de avanzar, las cuales y a escasos metros nos puso en la acequia alta, motivo de nuestro recorrido.  

Pronto empezamos a encontrarnos con imponentes y enormes castaños centenarios, encaramados milagrosamente en sus laderas escarpadas y empinadas, las raíces de estos castaños nos explicaban parte de su larga historia, en ellas podemos ver e interpretar a nuestro antojo; caras, demonios, gárgolas y animales o dragones retorcidos, pero de extraña belleza.

La acequia que nos acompañará durante nuestro recorrido estaba sin agua, aunque con señales de haberla contenido, la explicación llegó pronto pues nos encontramos con una cuadrilla de hombres que desbrozaban y arreglaba el tramo por donde pasábamos, habían desviado el agua para poder trabajar. 

El recorrido por esta primera parte era muy bonito y agradable, se prestaba a admirar el lejano paisaje y tomar fotografías tratando de perpetuar esta hermosura en nuestras cámaras... aunque nunca se logra del todo, lo que sí nos llevaremos son las bonitas vistas que nos recordarán el día que estábamos viviendo. Algunos tramos eran de una vegetación y frescor muy agradables que nos sirvieron de descanso y recompensa al esfuerzo. 

A medio camino, encontramos una bifurcación que nos creó algunas dudas, pero al comprobar que las señales que indicaban el camino estaban bien nos hizo tomar la determinación de seguirlo.  

Fue un camino polvoriento, seco, y desprovisto de sombra, hasta que dichas señales nos encaminaron de nuevo a la acequia alta desde donde pretendíamos pasar a la acequia de abajo y no conseguimos. Por allí encontramos algunas casas y explotaciones agrícolas de cierto tamaño entre las que reconocimos guisantes y habichuelas verdes, estaba seguro que el agua de inmejorable calidad no le iba a faltar. El recorrido fue casi todo por el filo de la acequia, la cual por aquella parte nos aportaba su cantarín soniquete. Sentados en el filo de dicha acequia decidimos comer nuestros bocadillos con una buena y cómoda sombra, después algunos decidimos refrescar también nuestros ardientes pies en sus aguas...y doy fe que nos supo a gloria, después del caluroso caminar. 

Por el sendero encontramos unas eras empedradas que se utilizaban para la trilla de los cereales que como sabemos consiste en la separación del grano de la paja que se empleaban para el consumo propio pues en dichos pueblos formaba parte importante de la alimentación con unos hermosos y ricos panes que hacían de forma artesanal y que aprovechaban de mil maneras.

La vuelta no la hicimos por la acequia baja como pretendíamos, pero realmente no lo echamos en falta, pues era un camino precioso, refrescante y variado en su paisaje y arboleda. 

Cuando empezamos a coincidir en lo que habíamos recorrido en la primera parte ya corría de nuevo el agua por ello fue algo distinto y natural. 

Entre la vegetación casi de improviso aparecieron las casas y los peculiares terraos con sus típicas chimeneas, que nos indican que el sendero había terminado. 

Un nuevo y bonito día para recordar.

Fdo.: Joaquín y María

miércoles, 16 de junio de 2021

Jueves día 10/06/21: Ruta Pueblos del Poquéira

Amanece un día espléndido para enfrentarnos al reto del cuarto día por los caminos de esta maravillosa zona de nuestra entrañable Andalucía, como es Las Alpujarras, que ciertamente, aunque no es la primera vez que la pisamos no deja de sorprendernos.

 Como es de rigor, comenzamos la jornada con un abundante desayuno y un poco de charla y nos preparamos para una ruta que promete dura, pero algo distinta en el sentido de que no hay que utilizar los vehículos para desplazarnos, ya que empezamos desde el mismo Bubión, cosa que se agradece porque evitamos tantas curvas.

 Nos dirigimos a la parte baja del pueblo y después de la foto de salida de rigor, recorrimos algunas calles de la parte antigua o Barrio Bajo, que no conocíamos y que nos sorprendió agradablemente. En la salida del pueblo para incorporarnos al sendero que viene de Pampanéira, se recorre un agradable camino con higueras dando sombra, así como nogales y algún cerezo, bancales y alguna acequia. Y se observa algún que otro lugareño labrando sus pequeñas huertas, algunas con manzanos, perales y cerezos, y regando porque lo que no falta es agua.

Iniciamos un fuerte descenso con tramos de alguna dificultad por lo escarpado del terreno, aunque para dar sombra no faltaban castaños, algún roble y mucho matorral. Al final de la bajada del barranco llegamos al Puente del Molino, junto al que se encontraba descansando una cabra montesa que parecía preñada y que no se inmutó al vernos; pasado un rato se levantó y continuó su camino. Descansamos, sonido rugiente de las aguas que bajaban con fuerza, fotos de recuerdo, cambio de impresiones e inicio de un duro ascenso hacia Capiléira.

 La subida a Capiléira de más de 1,5 kms., aunque bastante exigente, tiene tramos con mucha sombra debido entre otros a castaños centenarios y variedad de flora, llegamos al Puente Chiscar, donde hicimos una parada y por fin el hermoso pueblo de Capiléira. Nos refrescamos en una fuente de agua fresca y cristalina y por supuesto seguimos refrescándonos, pero esta vez el gaznate. Aquí se incorporaron Mercedes P. y José Francisco, que no han podido recorrer los senderos por problemillas de movilidad de este último.

Ya estaba previsto e íbamos sin los bocatas y nos dimos un homenaje con un opíparo almuerzo. La sobremesa se alargó bastante porque siempre es agradable disfrutarla en compañía de buenos amigos.

Como colofón a la jornada tan intensa y teniendo en cuenta el abundante almuerzo, acordamos cenar solo a base de fruta, cosa que hicimos en la terraza de algunas de las viviendas, hasta que nos retiramos a descansar.

En esta última cena hubo un pequeño fallo y es que a algunos comensales se les antojó acompañar la fruta con alguna latita de atún, pero no fue posible porque los anfitriones no disponían de suficientes latitas (jajaja). Amén.

Fdo.: Loli y Miguel

Viernes día 11 de junio de 2021, Viaje de vuelta

Preparadas las maletas y el equipaje para el regreso, los andakanos fuimos a desayunar como en días anteriores.

El día era espléndido, ya veraniego y nos recibía con sus maravillosas vistas de Sierra Nevada coronada por su Veleta y las montañas con tupida arboleda de variados verdes salpicadas de flores multicolores.

Debido a una indisposición de María, Enrique, Juan Manuel y Mari Trini que ocupaban el mismo coche, se despidieron y pusieron rumbo a Sevilla directamente. Asimismo Joaquín y María, partieron para Almería a disfrutar de unas vacaciones en la playa. El resto de andakanos, nos subimos a los coches y nuestro gran guía Justo nos llevó por un camino serpenteado  poblado de encinas, robles y bonitas extensiones amarillas de retama y genista cuyos ramos, podrían estar hechos por el mejor floristero. Nos paramos en el Mirador del Ángel y contemplamos las preciosas vistas del Valle o Barranco de Poqueira y las de los pueblos alpujarreños Capiléira, Bubión y Pampanéira. Seguimos subiendo y el rio Bermejo nos sorprendió con el Tajo Cortés, una cascada con chorros de agua en varias direcciones y hasta un arco iris entre los chorros de agua reflejado en las rocas. ¡¡¡Espectacular!!!.  Dicho enclave quedó inmortalizado en las correspondientes fotos y videos de los andakanos.

Subimos de nuevo a los coches rumbo a Lanjarón, los planes eran hacer una visita turística y comer allí, pero unas obras impedían la entrada en el centro y después de intentarlo por otra calle no fue posible. Tampoco había  gran interés y hacía bastante calor, así que después de tomar un refresco continuamos hasta Riofrio donde nos paramos a deleitar las típicas truchas del lugar. Un almuerzo compartido en buena compañía ponía final a este viaje a la Alpujarra.

 Si la zona es preciosa, los senderos de ensueño, las viandas opíparas,  lo mejor de todo son las personas que componen este “joven” grupo de amigos. Desde que nos integramos, nos hemos sentido acogidos y queridos por todos. Son entusiastas, alegres, soñadores y de gran calidad humana, gustosa convivencia. Hemos echado en falta a los que por diferentes motivos no han podido venir, esperamos y deseamos que pronto podamos caminar todos en senderos por descubrir.

Firmado: J. Fco. y Mercedes P.