La luz rota en mil tonos rojizos incendió el cielo, un
hermoso espectáculo que pudimos contemplar desde el tren los 9 andakanos que volvíamos
a Sevilla después de haber gozado de un precioso día en El Pedroso y su
entorno.
Nos reunimos en Santa Justa, y el tren nos llevó a través de
la fértil vega del Guadalquivir, contemplando los campos bien labrados, los
naranjales y los melocotoneros en flor, para luego pasar a las onduladas
colinas de encinas y alcornoques que dan entrada a la sierra norte Sevillana.
Al llegar a El Pedroso, y antes de comenzar el camino,
Enrique nos preparó un recorrido cultural por el pequeño pueblo de unos dos mil
habitantes, que valió bien la pena, comenzamos por la iglesia de Nuestra Señora
de Consolación, con su amplia nave, sus
retablos y sus santos, a resaltar la Inmaculada de Martínez Montañés, luego nos
acercamos a las “Escuelas Nuevas”, un hermoso edificio, en lo más alto del pueblo,
que si no es del maestro Aníbal González si lo es de su escuela, allí con ayuda
de una guía local visitamos el museo de la minería en la parte baja del
edificio, y en la planta de arriba, la historia de la escritura desde los
primeros signos en arcilla hasta la era digital, ambas muy interesantes.
Desde aquella atalaya divisamos el camino del Arroyo de las
Cañas, que pronto emprendimos por un sendero circular que discurre por los
vestigios de un poblado calcolítico donde se encuentran esparcidos grandes
bolos graníticos que es la piedra propia del lugar, y de donde le viene el
nombre al pueblo. Cerca del arroyo de las cañas encontramos un gran rebaño de
ovejas con sus crías corriendo entre sus patas buscando el sustento, cosa que
también hicimos los caminantes buscando un sitio agradable para comer y
descansar.
Regresamos al pueblo por el camino que pasa junto a la
ermita de Nuestra Señora del Espino, en cuya entrada hay un calvario de granito
blanco que se eleva 5 metros del suelo, y que
es uno de los símbolos del pueblo, desde allí nos fuimos a la estación para
esperar el tren que nos devolvería a Sevilla en un hermoso atardecer.
Fdo.: Blanca
Andakana Mayor