Domingo 24 de Octubre del 2010
Un sol esplendoroso, temperatura admirable, colores, olores del camino, nos hicieron disfrutar de un hermoso día otoñal.
Comenzamos la ruta en Navahermosa, después de dejar los coches, hacia la Fuente de la Teja y contemplando el paisaje íbamos dejando a nuestro paso madroños, chopos, álamos, castaños, jara, orégano... con ésta mezcla de colorido y olor llegamos a la Fuente , una poza pequeña que derivaba en un arroyuelo aún más pequeño. El sonido del agua y el canto de algún pajarito nos alegro este rato de contemplación.
Seguimos camino, encontrándonos con que estaba cortado por una casa en construcción, al escuchar ladrar a los perros, salió el dueño una combinación extraña entre hippy de los 60 y trabajador,, que nos explicó que el camino era por allí, y aunque la ruta está en Internet, aquello era su finca. Después de explicarnos un poco de su vida nos dirigió hacia dónde teníamos que seguir, pero como haciéndonos un favor porque le habíamos caído bien. Era todo un personaje, solitario y extraño pero con ganas de hablar.
Continuamos nuestro camino encontrando al principio mucha vegetación que se estaba comiendo el sendero, luego fue despejándose y pudimos respirar el aire puro y ver el paisaje que seguía el curso del rió, fue un verdadero disfrute para los sentidos.
Llegamos a la explanada dónde dejamos los coches y debajo de un hermoso chopo, al cobijo de su sombra, comimos, sesteamos y contemplamos las hojas de los álamos temblones que como si fueran miles de mariposas atrapadas en sus ramas revoloteaban hasta desprenderse y suavemente se posaban en el suelo, formando una alfombra amarillenta.
Terminamos éste fantástico día, tomando café y pasteles en Aracena, como es ya habitual, en los días que los senderos son por la sierra de Aracena, y como siempre también en armonía y buen humor.
Maribel